Diecisiete
17 de mayo del 2003
Eduardo está en mi sótano, amarrado de pies y manos, llorando por su vida. Justo lo que necesitabas ¿verdad, amor? Sé que es lo que requerías para que te dieras cuenta de lo que es bueno para ti, casi era un mes de malos hábitos y no lo iba a permitir.
Ahora tienes que verme.