-"Para ir de un lado al otro, rompiéndose y volviéndose a unir, trazando caminos y senderos con sus angustias y manías, dibujando sus muertes como flores marchitas en un horizonte que ya no pueden divisar, marchitos; se quedaron para dar un vistazo final al último momento de sus vidas, pero la memoria de sus propias muertes es como el reflejo turbio en un lago, manchado por la lluvia; es imposible de distinguir, nada los encadena a los lugares donde yacen, pueden irse, pero aún así deciden quedarse, se confinan voluntariamente, para los que se han quedado, su suplicio será su soledad y así es como se pudren".
Asi terminaron las palabras de Jaen antes de caer inconsciente en el piso de madera, un aire putrefacto invadió la habitación, yo estaba paralizado, mientras Camila tomaba a Jane en sus abrazos, Camila estaba pálida más no se petrificó cuando vio desplomarse a Jane, aún después de haberla oído hablar con esa voz sepulcral, la tomó en sus brazos, y se apresuró a salir de la casa.
El aire viciado invadió mis pulmones, comencé a toser, reaccione rápidamente y me apresuré a salir, jamás pensé que esto funcionaria, debo agradecer a Camila por toda su ayuda aún que la reacción jamás fuera la esperada.
nos apresuramos a llevar a Jean a el hospital, volvió en sí durante el camino y nos detuvimos a darle algo de agua, estaba sumamente consternada y nos preguntaba qué pasó, no recordaba nada, pero yo jamas podre olvidar esa voz que me heló hasta los huesos con una sola sílaba, aquella voz de mujer 3 tonos más grave que la de Jane, su voz que irrumpió en la habitación y nos narró algunos detalles de lo que ahí sucedería.