Yo también me pregunto: ¿en qué mierda estaba pensando cuando fui a esa fiesta? Para eso tendremos que remontarnos unos días atrás. Siendo más precisos, al miércoles tres de marzo; fecha que no solo me involucra a mí, sino a todos a mi alrededor. Danny, Paula, Miranda, Isaac y Emilia. En dos días pasaron muchas cosas que desembocaron en aquella catástrofe.
Trataré de contar todo lo que sé, así que no es mi culpa si omito algo.
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Miércoles 3 de marzo de 2021.
Como la profe Nancy me había solicitado hace varios meses, hoy comenzaré mi trabajo de fotografía para el anuario de la escuela.
Le pedí a Danny que posara en algunas fotos para mostrar a la estudiante insignia a todo el mundo, y gritarles que es mi novia. Incluso estoy orgulloso de que ella salga conmigo, y le juro a los cielos que jamás haré algo que pueda ponerla triste (imbécil).
Me tengo que concentrar en captar los mejores momentos del día para que al menos me paguen por pena. No recuerdo la última vez que me esforcé así…
Tratando de obtener un ángulo perfecto entre la ventana, la pared y el sol, mi lente enfoca algo increíblemente extraño… Era Isaac caminando junto a Emilia.
Bueno, no era nada más que él ayudándola a llevar unos libros, pero me parece que hay cierta tensión entre ellos.
No quiero ser un metido, pero es mi mejor amigo de quien estamos hablando…
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-Gracias por ayudarme.
-¡Cuando quieras! Además, me queda al paso. Por cierto, ¿cómo has estado?
-¿Te refieres a lo de hace años?
-Ammm… ¿No? Hablo en general…
-Agradecería mucho que dejaras de relacionarte conmigo solo por la pena que sientes, y en lo que a ti te concierne, estoy bien, gracias -muy violenta, le arrebata los libros y abre la puerta-. No necesito tu compasión, así que puedes irte olvidando de mí.
-No es eso… ¡Espera…! -Antes de poder excusarse, Emilia le lanzó el portazo en la cara.
Esa frustración en el rostro de Isaac era algo que jamás había visto en él.
Desde que lo conozco, siempre ha sido muy alegre y fugaz; como una vela que danza con el viento. Solo lo he visto molesto dos veces y esta es la segunda… Es un tipo con mucha paciencia y se lleva bien con quienquiera que conoce. Es la primera vez que lo veo tan agitado…
Creo que necesita estar solo; me iré a otro lugar. Tal vez la azotea funcione de maravilla.
Sigo avanzando por los pasillos, y tomando fotos de lo que pueda parecer interesante, y otra vez (y por accidente) enfoco algo que llamó mi atención: Miranda y Paula discutiendo al final de las escaleras.
Voy en esa dirección. No pueden culparme si escucho algo…
-Debo pedirte que te alejes de él -Paula luce intimidante. Me da miedo.
-¿Por qué? ¡Nos llevamos bien desde hace tiempo, es natural que sigamos siendo amigos!
-No puedo permitir que sigas viéndolo con segundas intenciones. Él ya está saliendo con alguien -¿Estarán hablando de mí?
-¡A mí no me molesta eso, me agrada Danny! -a paso depredador, Miranda se acerca al oído de Paula- No me digas que a ti sí te molesta…
Continúa bajando las gradas saltando como una niña pequeña. Tiene un toque incluso siniestro y me da miedo que me encuentre…
-¡No dejes que el pasado arruine nuestro presente! ¡Después de todo, lo que hacemos aquí será todo lo que recordemos cuando seamos mayores, así que vivamos felices, ¿sí?!
Sin darme cuenta, ya me había escondido en una hendidura de la pared para que no me viera. Se sintió como estar escapando de un asesino…
Regreso a las escaleras y ahí veo a Paula, cabizbaja.
-Oye… ¿Qué sucedió? -Eso, hazte el tonto…
-No te importa -baja corriendo y se va como una centella de luz.
Es Paula, no hay mucho qué esperar de ella.
Se acerca la hora de salida. Me hice tan tarde con lo de las fotografías que incluso puedo sacar algunas con la puesta de sol de fondo. El cielo está particularmente anaranjado y púrpura hoy. Está hermoso…
La directora autorizó que subiera a la azotea y tomara alguna panorámica, y estando ahí arriba, diviso a Isaac, recostado bajo el árbol al que frecuentamos durante los almuerzos.
Tomo las fotos que creí necesarias y bajo corriendo para darle el encuentro. Después de todo, tengo varias cosas que preguntarle. Digo, lo que me contó Danny tiene pinta de ser algo grande, y tengo curiosidad de lo que estará sintiendo ahora.
-Oye, hace tiempo que no te veía tan decaído -Me sonríe con los ojos cerrados. Está ocultando algo-. ¿Vas a decirme qué te tiene así?
-Tal vez… ¿Es importante?
-Sí. Eres mi amigo, además… Escuché esta historia sobre ti…
-Debí suponerlo -ahora está sonriendo, pero con los ojos abiertos. Creo que por fin me dirá cómo se siente-. Era cuestión de tiempo para que lo supieras.