Diario de un Mercenario(capitulo 1)

Vampiros/Ogros

Vampiros 


 

Vampiros que tema raro, son como yo solo viven en la noche y están encerrados durante el día. Mis últimos meses como mercenario tuve como vecinos una familia de vampiros. Son molestos, tienen un ego muy grande como tienen juventud eterna y pocas cosas los matan, se creen invencibles.

Los vampiros son difíciles de matar, son muy rápidos y que puedan “volar”, en realidad saltar muy alto, los vuelven una de las cosas con las que un mercenario desearía no toparse.

Una vez me dieron un trabajo para asesinar a un señor llamado Neuman Cros, era un vagabundo de los barrios bajos de “Colty Can”, más adelante hablaré de esta ciudad, hay bastantes historias que me gustaría escribir. Este vagabundo tenía más o menos 300 años, pero nunca decidió dejar de vivir en las calles, ustedes se preguntarán ¿por qué? La respuesta es fácil, la gente no respeta a los callejeros, entonces se vuelve fácil conseguir víctimas.  

Habían mandado, según me dijeron, 30 mercenarios, pero ninguno volvió con cabeza. Apenas me lo dijeron, supe que se trataba de alguien poderoso y de un buen peleador, consideré que era una pelea justa, no le podía ganar en fuerza pero si en estrategia. Tenía algo pensado para utilizar los datos que me ofrecieron.

Lo primero que hice fue localizar la presa y ver sus características. Era un hombre barbudo, mal cuidado, pero se veía que tenía buen físico, un poco impulsivo y feroz con sus víctimas. 

Entre a un supermercado a comprar unas papas y lo vi a través de la ventana, saltó a la escalera de emergencia camuflándose con la oscuridad, pasó una persona por ese callejón. Él velozmente salto y le chupo hasta lo último de sangre que tenía en el cuerpo.

Me senté en la banca que había delante del supermercado, abrí las papas para que me escuche lo máximo posible y poder molestarle los oídos.  Se sentó al lado mío secándose la sangre de su boca con su chaqueta marrón rota. Le ofrecí papas y sonrió un poco amenazante, riéndome le dije:

—Tranquilo, señor Cros, no lo asesinaré esta noche, acaba de cenar y no acostumbro darle una última cena a mis víctimas.

Me levanté y caminé unos segundos para ver como reaccionaba, me agarró del cuello y me puso contra la pared, me miró a los ojos, lleno de tranquilidad y furia, y me dijo:

—Mire, no sé quién se cree, pero no es el primero que mandan a matarme, no tengo miedo de arrancarle la cabeza, se está enfrentando a un vampiro como para sentarse a amenazar. 

Miro para abajo y vio una estaca tocando su ropa, sorprendido, me soltó y le sonreí diciendo:

—Fue un placer conocerlo, Señor Cros, ojalá tenga una buena noche, sé que el día no es tan bueno para los vampiros. Ah, no quiero amenazar, yo solo me presento, Ya nos veremos otra noche, habrá tiempo para amenazas.

Tire la estaca al suelo y seguí mi camino, si era inteligente me mataría en ese momento, pero se quedó quieto mirando el suelo, apretando su puño. Se había encontrado alguien que no tenía miedo en hacerle frente, eso para alguien con comodidades y tranquilidad por 300 años es un golpe de realidad, como todos sabemos, la realidad duele.

Deje pasar un par de días estando en el Hotel “Looky Lyes”. Mi habitación tenía un ventanal, durante las noches dejaba las luces prendidas para que sepa que estoy ahí y llenarlo de dudas. Sabía que me vigilaba en el edificio que estaba a tres cuadras, no tenía supervisión, pero desde ese edificio se veía el ventanal de la mejor manera.

Preparé bien mis armas, ya estaba ganando la guerra psicológica, ahora tocaba prepararse para la física. Cuando te enfrentas a un vampiro no puedes pretender ser más rápido, sino más inteligente. Adivinar sus movimientos, ponerlos nerviosos para que ataquen desde la imprudencia y la furia.

  Hay mitos y leyendas que dicen que el ajo los asesina, pero en realidad no, son historias que se remiten a un antiguo cazador de vampiros que ponía ajo en los colmillos de sus víctimas. No le llegué a conocer, se llamaba El Gran Kailin, sacó libros llenos de delirios. Lo mataron a los 100 años aprovechando que ya estaba viejo.

Lo que sí hizo para matar a los vampiros fue la madera y las piedras que absorben luz solar. Hice un trabajo para una bruja a muy temprana edad, como pago, ella me enseñó las debilidades de los vampiros.

  Volvamos a mi caza de Neuman Cros. Prepare mi cuchillo de piedra solar y dos estacas chiquitas, ustedes me dirán “Es muy poco”, pero para pelear prefiero moverme tranquilo a ir con trescientas armas en la ropa, contal la pelea es más estrategia que otra cosa.

Salí a la calle y me senté en la misma banca y me puse a hablar al aire:

—Hola, Señor Cros, ¿Tuvo un buen día? Sé que me está escuchando, no tenga miedo, suelo dar bastante charla. 

Se me cayeron al suelo unas papas que había traído de casa, mire para atrás y lo vi sentado en la banca, mirando al cielo él comenzó a hablar:

—Usted me recuerda a Kailin, dos personas que se creen dios por ser más inteligente que los demás, pero ya conoce el final que tuvo, tarde o temprano te llega lo que buscas.

 Sonreí y le contesté: 

—Y a usted, ¿cuándo le llegará lo que busca? Digo vive en la calle y asesina a toda persona que pase por sus callejones, yo solo hago mi trabajo.



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En el texto hay: diario, cuentos cortos, duelodolor

Editado: 15.09.2022

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