Número Once.

El final se ha acercado, mi vida acabó por completo. No pediré perdón por todas aquellas almas que maté, niños, mujeres... Mi legado terminó, encontré la razón por la cual tengo amnesia (falta de memoria), y sé cómo recuperar mis recuerdos. Ahora me encuentro en Estados Unidos, sentado en una silla eléctrica. Me han dejado escribir en mi diario con un tiempo aproximado a una hora antes de mi ejecución; no he confesado nada, por éso me van a ejecutar, aunque me encontraron culpable. "Una hora para escribir y confesar, sino se cumplirá tu ejecución", aquello era lo que me habían dicho. Pero tengo una gran, gran idea: guardé en mi bolsillo una jeringa, me inyectaré un suero sumamente potente antes de que me maten; ése líquido, ése hermoso suero, me matará en sólo diez segundos, no más.

No tengo nada por decir, solamente he matado personas, las he torturado, las he violado... Soy un asesino identificado como mitad sociópata y motad psicópata. Pero siempre hay una pregunta muy importante aquí: ¿cuál es la razón?. La pura razón, cuando no se la encuentra, dejan sin resolver este tipo de crimen es. Me parece bien dejarle la seductora y preciada duda a los agentes de Londres, Argentina y Estados Unidos, ellos son los responsables de mi vida criminal.

En este mismo instante, ya me he inyectado el suero en mi brazo izquierdo... Se distribuye rápidamente por todo mi cuerpo, me quedan diez segundos exactos de vida. Sólo, sólo por esta sensata ocasión, diré mis últimas palabras de forma oral...

"I'm more than came".