Diario de un Sin Memoria | Libro Uno.

Número Tres.

qυerιdo dιarιo: (sigo lo que pasó en la entrada de clases).

Me desperté en la enfermería de la universidad, vi por un espejo que estaba todo vendado y con moretones... ¿Qué había pasado?. No sabía qué había pasado antes de que me desmayara... Ya estoy empezando a odiar esto. La enfermería estaba despejada, vacía. Todo era silencio. Estaba yo solo, y eso me daba un poco de miedo. Alguien podría estar vigilándome por detrás de la ventana o en algún agujero que yo no me estaré dando cuenta. No sé... No conozco tipos de escondite. No sabría qué decir si me dicen que tenga que enumerar los escondites más fáciles para el ser humano.

De pronto, se me vino la imagen de un hombre en mi cabeza; ¿quién era ése hombre?. Miré para mis costados, luego a mi alrededor. Vacío, en silencio nuevamente. No me acordaba nada de lo que me pasó, ¿dónde estoy en realidad?. Cabe decir que el lugar me parecía familiar, pero no lo conozco. Me asusté mucho cuando vi la puerta, noté que un hombre estaba apoyado sobre esta. Extrañado, lo observé de un lado a otro y de arriba para abajo. Era raro... Parecía alguien de mucha plata, y me solía ser familiar. ¿Lo habré visto en algún lugar?. Capaz que sí, sinceramente no me acuerdo de nada.

− ¿Te conozco?. −le pregunté. 

Se hechó una sonrisa y rió levemente, no sabía qué le causaba gracia.

«Es muy raro... ¿Qué le parecerá gracioso?.», pensé.

− Sí... Más o menos. −agitó un poco su mano izquierda de un lado a otro.− Me llamo Abraham Smith, soy tu tío.

Allí fue cuando me sorprendí, abrí los ojos casi como platos. Ése hombre era el de las notas de mi reloj. Suspiré con levedad y me raqué la nuca, para luego pasar mi mano por mi frente y dejarla allí unos segundos (casi un minuto). Es inútil si mi memoria me falla gracias a mi "enfermedad", no me acuerdo quién era. Sé que es mi tío porque las notas de mi reloj Smart Watch lo dice, pero no me acuerdo dónde lo habré visto la última vez. Siento que mi memoria reinicia cada vez que estoy dormido, y hace que lo que trate de pensar se borre directamente. Es un esfuerzo inútil, y en vano, porque al final no me acordaré de nada.

− Usted debe ser el hombre de mis notas, pero... −tomé aire.− ...Lamentablemente no lo conozco, para nada. −di un suspiro de tristeza después de aquellas palabras.

Mi contrario conprendió todo, y me acarició del hombro. Por ahora, era la única persona que comprendía lo que sentía y me daba amor, en vez de golpes y sangrados. Saqué mi mano de mi frente y lo observé atentamente otra vez, ¿porqué era bueno conmigo?. Y si es un familiar mío... ¿Cuántas veces me habrá visto en éstos días y no me estaré acordando?. Eso me dejó mucho por pensar.

Él y yo hablamos un poco, me contó cuántas veces me vio en la semana y cosas sobre nuestros momentos juntos en mi niñez. Era algo único, en un momento me puse a llorar porque me quebró el corazón no acordarme de aquellos momentos ideales que pasamos juntos. Joder... Odio que pase esto. Apenas me enteré, por una de mis notas, que yo tenía falta de memoria a corto plazo. Quisiera saber de alguna manera si esto fue de nacimiento, o si un accidente hizo que yo tuviera esta enfermedad.




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