Diario de un Sin Memoria | Libro Uno.

Número Nueve.

qυerιdo dιarιo: Mismo día (10:02 A.M)

Seguí llorando en el salón de terapia, la pregunta me dejó pensando: «¿Con qué sentido lloro?».
Me sentí fatal en aquél momento, no sabía qué hacer. Inhalé y exhalé varias veces, como me habían enseñado en una de las clases de terapia, pude calmarme. Luego, largué un profundo pero depresivo suspiro. No le encontraba sentido a mi llanto ni a nada de lo que me rodeaba o realizaba. Me encontraba muy mal, extremadamente mal. ¿Qué podría ser para remediar esto, eh?.

– Porqué no re-recuerdo nada... ¿Acaso mi enfermedad hará que muera de alguna vez por todas?, ¿cuándo comenzaré a recordar eh?. ¿Mañana, pasado?. ¿Nunca?.

Silencio, nuevamente. Comencé a pensar y me senté nuevamente en el sofá, muchos recuerdos se me vinieron a la mente. ¿Qué era esto?. Vi que un pequeño niño realizaba un viaje a un lugar muy parecido a este, el hombre psicoanalista me comenzó a ser conocido. ¿Quién era?. No podía reconocerlo del todo, me faltan memorias. No me vinieron muchas como para recordar el momento completo, sé que el niño estaba aquí: lloraba, comenzó a gritar desesperadamente y tiró todo al suelo, lo revoleó con todas sus fuerzas. Lloraba de pena, dolor, sufrimiento... Parecía ser que había una navaja allí, el pequeño la agarró y se cortó un poco. Tenía muchas heridas antiguas.

Revoleó la navaja y quedó clavada en la pared, pasé a otro recuerdo. ¿Qué era esto?. Había sangre y dos cuerpos no identificados manchados por este líquido. Una camioneta gris y un vehículo normal que parecía ser suyo estaban totalmente destruidos en el medio de una ruta de algún campo. Se podía ver que era de madrugada, pero tengo una duda... ¿Y el niño dónde podría estar?. No lo he visto ni en la carretera ni dentro del automóvil, ¿habrá muerto?.

– ¿Qué ha recordado, señor Smith?. –dijo tranquilamente, observó que yo lloraba con más ganas.

Grité. Tenía que hacerlo, no sabía cuál era la razón. Solamente, grité.

– ¡Ése maldito niño, ¿dónde carajos está?!, ¡¿dónde está?!.

Mi voz sonaba totalmente alterada y llena de dolor, me sentía totalmente identificado y no sabía la razón. Traté de secarme el rostro, aunque no podía: más lágrimas seguían recorriendo mi rostro y no paraba de hacerlo.

– Noté un niño aquí dentro... Era un niño de cinco a siete años... Se cortó con una navaja, revoleó todo al suelo y comenzó a gritar y a llorar. Lo hacía con dolor, mucho dolor. Aunque... Después pasó a ser una escena de homicidio... Dos adultos muertos por una masacre automovilística... Era tétrico, mucho ¿no cree?.

Silencio. Se volvió a inundar de silencio el lugar, eso me puso totalmente nervioso. Me di media vuelta y le di la espalda, no pregunten el porqué. Solamente quería hacerlo y ya está, sin dramas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.