Diario de una mente Ansiosa

Capitulo 1

         - ¡Estás loca! Como puedes estar con el teléfono en la mano justo ahora.

Decir que estoy sorprendida de que esas palabras salgan de la boca de mi mamá seria mentira, porque aunque suene como el comience de un libro, justo ahora está cayendo una lluvia torrencial... Bueno quizás eso si sea una mentira, está lloviendo pero en lo que a mí respecta no es un diluvio.

        - Solo porque haya truenos y una que otra centella no significa que algo malo me pase por usar el teléfono.

        - No te diré nada más Evangeline, tú sabrás lo que haces.

Esas palabras son su manera de evitar una discusión en la que ambas trataremos de tener el dominio pero al final ninguna cederá. No me mal interpreten Amo a mi mamá pero es una persona bastante dominante que no entiende que su hija ya tiene 26 años y que literalmente puede hacer lo que quiera, siempre y cuando no afecte a un tercero.

Ahora se preguntaran como una chica de esa edad aun vive con su familia. Adivinen, la vida real no es un cuento de hadas, en el lugar a donde vivo y en la época en la que estamos resultaría muy complicado ser una persona independiente a menos que:

1. Seas millonario de cuna.

2. Tengas una Suggar que te de lo que pidas.

3. Cometer actos delictivos.

4. Tu trabajo sea muy bien remunerado.

La segunda opción últimamente es algo que me llama mucho la atención, pero venga imaginarme estar con un viejito no es algo que sea de mi agrado, y la ultima bueno es una historia  para más adelante.

           - ¿Qué haces?   Andrea es una de mis mejores amigas, recibir su mensaje me hace sonreír. Me siento mal de que casi no hemos hablado en estos días, mi mente ha sido un caos.

Aquí comienza mi indecisión, contarles a mis mejores amigas que estoy en proceso de crear algo que seria para mí un gran proyecto o esperar hasta tener todo hecho para decirles.

           - ¿Nada, que tal tú?  las mentiras suele deslizarse a veces tan fácil.

           -  Terminando de hacer unos pedidos, ya quiero que lleguen, prepárate porque en lo que estén aquí iré a tu casa a sacar mil fotos

Otra risa salió de mi y mama me mira raro, como tratando de averiguar con que hombre estaba hablando.

La primera vez que Andrea me dijo que quería que fuera modelo de sus productos, no lo podía crear, la verdad estuve a punto de decirle que no.

          - ¿Qué harás el sábado?

          - Leer, Quizás dormir, realmente espero dormir.  Siempre he pensando que eso es uno de los mayores placeres de la vida, pasar el fin de semana haciéndolo no es algo que me moleste.

          - Ahh bien iré a verte me llego una mercancía y necesito que seas mi modelo.

         - Andrea, Te amo pero estas loca modelo de que, yo no puedo ser modelo me has visto.

         - Evie por amor a Dios, tu cara no se va a ver, y lo que llevare se verá muy lindo en ti, tu piel es clara y la luz natural ayudara a que todo se vea mejor, pedí collares hermosas, y los anillos que tanto te gusta.

Rara vez les decía que no a Bianca y Andrea, este era uno de esos casos, ni siquiera era por no querer ayudarla era más bien un problema mío.

Cualquiera mujer se siente insegura con su cuerpo, creo que es normal, pero súmale a eso tener ansiedad y el plus depresión, lo que pasa por tu mente... No es que me hayan dado un diagnostico clínico oficial. Es más como ser consciente del antes y el después de mis actitudes, el comenzar a leer sobre el tema y descubrir que mayoría de los síntomas los padezco. No es sencillo, pero ahí vamos.

         - Hay tantas cosas que he perdido, ya quiero que lleguen, estoy muy emocionada.

         - Estoy feliz por ti, te lo juro, después de toda la mierda que has pasado estos meses, es bueno tener algo con que distraer la mente.

Andrea ha estado enferma, no sabemos exactamente lo que tiene, son exámenes tras exámenes y no le dicen nada en concreto. Dinero invertido en estudios, placas, doctores, uno tras otro… Si es una situación frustrante para mí no quiero imaginar cómo se siente ella.

          - Gracias bebé, no ha sido fácil pero esto me va ayudar se vienen cosas muy buenas.

Luego de un rato hablando con ella, decido continuar con mi súper proyecto, es difícil porque mi familia es bastante ruidosa, es súper raro tener un momento de paz y para lo que quiero hacer necesito tener mi mente centrada.

No han pasado ni 10 minutos cuando quedo en blanco, solo así, rápido, veloz, mi corazón comienza a latir un poco más deprisa como si hubiera corrido un maratón, mis manos sudan, y siento mis ojos humedecer. Lo esperaba, lo que estoy haciendo es algo que me pone nerviosa, me da miedo, pavor, me siento tan insegura de esto. Siento que sería una pérdida de tiempo, que no lo voy a concluir, que lo dejare a medias como la mayoría de las cosas que hago, siento que voy a vomitar, no vale la pena, no es importante, no tiene relevancia. Aunque una pequeña parte de mi anhela poder concretar esto.

Sé que debo hablar con mis amigas o con alguien, sentir los ánimos de una persona que me diga que todo está en mi mente que si puedo, que no será fácil, que habrá Días en que no seré constante pero que al final lograre terminar. Así que pienso, pienso, se va media hora en ese estado,  me animo y tomo la decisión de escribirles a mis amigas.

Pero ¿Que hago? ¿Cómo inicio? como puedo decirles que tome una decisión sin pensarlo siquiera, que fue un lapsus momento donde comencé a descargar varias aplicaciones para comenzar a trabajar de lleno, como les digo que quiero hacer algo que muchos hacen, como les digo que comenzaré  a hacer un libro...



#6518 en Otros
#505 en No ficción
#2126 en Joven Adulto

En el texto hay: ansiedad, saludmental, diaadia

Editado: 28.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.