- ¿Cómo va el libro? - Miro fijamente a Bianca y suelto un largo suspiro.
- Lento, pensé que a estas alturas estaría un poco más adelantada, pero hay Días en los que estoy bloqueada, como si no supiera que escribir, tengo la idea en general... Pero hay cosas que se me dificultan. – No quiero dejar esto a medias, me gustaría poder terminarlo.
- Bueno pero eso no significa que no vas a lograrlo, es un mal momento, cuanto estés mejor puede que escribas tres capítulos en un día. – A veces me asusta como puede leer mi mente.
- Tienes mucha fe en mí. – No tenía la intención de sonar desganada para que no se preocupara.
- Confió en ti. – tres palabras que tienen un enorme peso.
Hay un dicho muy popular, que dice “La confianza una vez perdida, jamás es recuperada.” Creo que es cierto, te pueden decir que todo se ha solucionado, que cualquier error cometido será perdonado; cuando en verdad en el fondo de su corazón, siempre quedara la espinita de lo que ocurrió.
Necesitaba tanto esto, venir a su casa, salir de mi encierro, estoy agotada mentalmente, siempre es bueno buscar algo para distraerte... Mis ánimos pueden estar por el suelo pero si tomo la decisión de venir hablar con ella es porque sé que puedo mejorar mi estado de ánimo, sobre todo cuando hay un pequeño demonio que hace que mi corazón se llene de alegría.
- Tíaaaaaa Evie! – Creo que con ese grito he perdido parte de mi audición.
- Que ven mis ojos, es chucky. – Abro mucho mis ojos haciendo expresiones raras solo para verlo reír.
El pequeño se lanza encima de mí y lo alzo, esta tan pesado, mi sobrino, ahijado, hijo, parte de mi corazón Julián tiene 3 años y 11 meses, no es que lo esté contando.
Es un terremoto con muchísima energía, sé que cuando llegue a casa terminare con dolor de espalda con todos sus juegos... El amor nos vuelve masoquistas.
- ¿Cómo esta lo más lindo? – Es una pregunta constante en cada momento que hablamos
- Bien. - Si claro quién no lo conociera.
- ¿Mmm, te estar portando bien?
- Si. - Me mira con esos enormes ojos negros como si estuviera poseído igual que su mamá, tan tierno como si nunca hubiera roto un plato pero en el fondo destruye la vajilla.
- ¿Qué me trajiste tía? -
- Ahh, el amor y el interés se encontraron un día.
Busco en mi bolso y saco unas galletas, le doy pocas y las otras se las entrego a Bianca para que las guarde para más tarde. Julian se sienta entre mis piernas a comer.
- Te amo tía. - Bianca y yo nos miramos, yo con los ojos humedecidos y ella con cara de "estas dejando que te manipule" no lo puedo evitar soy demasiado blanda.
Cuando nos enteramos de su embarazo no era el mejor momento, no sabíamos que era lo que pasaría... Unas de mis filosofías luego de un gran evento que les contare en otro momento, es dejar que las personas tomen sus propias decisiones, podemos dar nuestro punto de vista, lo que haríamos si estuviéramos en el lugar de esa persona pero solo hasta allí.
Al final la decisión no la tenemos nosotros, sea buena o mala, sana o alocada mi trabajo como buena amiga es estar ahí para apoyarla.
En un abrir y cerrar de ojos, nueves meses después llego julian.
Saben esa sensación de amor a primera vista, cuando sabes que algo toco tu corazón, que estarás para esa persona hasta el último aliento que exhale tu cuerpo, que te puedes llegar a convertir en una mente asesina si alguien llegara hacer algo malo... Todas esas sensaciones las viví en una secuencia rápida cuando lo vi por primera vez.
- Cuando vas a sostenerlo, eres su tía...
- Estás loca, está demasiado pequeño, como lo voy a cargar, se me va a caer.
- Evie, relajate es un bebé, no una bomba.
Así que como haría cualquier mejor amiga me dio a su bebé... Sostenerlo fue aterrador, nunca había cargado a un bebé. Como jamás, fue raro e incomodo, lo amaba pero me daba miedo que la forma en que lo hacía estuviera mal, como si pudiera dañarlo sin querer, fueron segundos, pero a la vez parecía una eternidad, al ser tan expresiva mi cara demostraba lo asustada que me sentía.
Bianca reía, no por ser mala sino porque confía en mí, más de lo que yo confió en mí misma, así que ella estaba segura de que todo estaría bien, de que no ocurría nada malo.... Lo mismo pasaba cuando tenía que cambiarle el pañal, o alimentarlo, me sentía espantada, pavorosa pero al final lograba el trabajo.
Un llanto hace que giremos nuestro rostro a una mesita, y ahí está nuestra pequeña y reciente princesa....Nicole es la copia exacta de su hermano, es el clon, cara redondita, cachetes a punto de estallar, ojos tan negros como la noche y enormes.
La segunda bebé de Bianca mi sobrina, ahijada, hija, parte de mi corazón versión femenina nació hace tres meses, y ha sido la cosita más chillona, coqueta y risueña que he conocido.
Si… provoca comerla, Dios los bebés son tan hermosos. Si solo se quedaran así, inocentes, tiernos, justo en estos momentos es cuando hay que aprovecharlos al máximo.