Diario de una perdedora

#9. Mentes dañadas 2/2

Mailo

Mi pierna se mueve rápido de arriba hacia abajo, nunca había sentido tanta ansiedad como en este momento, bueno…si, pero eso ya no es culpa mía, estoy en esta maldita clínica por problemas alimenticios, siempre fui gordo, tan gordo que sentía que en cualquier momento explotaría, simplemente baje un poco de peso y mis padres enloquecieron.

Greta hace dos días que está encerrada en el cuarto especial, ese cuarto es para personas que están estado delicado ya sea mental o físicamente, en este caso Greta tiene ambos estados, nadie me deja entrar, maldición.

—Greta está bien — habla un chico rubio.

—¿Quién eres?

—Soy Kilian.

—Eres enfermero o alguien funcionario en esta clínica — pregunto y me mira con una ceja enarcada.

—Soy…el nuevo amigo de Greta.

—¿Nuevo?

—Siempre había estado rodeado de personas enfermas — frunce el ceño — no quiero ofender.

—Tranquilo, al menos esta vez me ofendió un guapo.

Me mira confundido, le restó importancia.

—Prosigue — el chisme es primero.

—Greta…se perdió a si misma — hace una pausa, como si le costara hablar — yo…no quiero ayudar…tengo miedo de arruinarlo.

—Greta no necesita ayuda de nadie, necesita ayuda de sí misma, si ella no se apoya nadie puede hacerlo.

El rubio me mira expectante.

—Ella esta imaginando otras cosas porque es su única manera de ocultarse del mundo, si ella no es valiente para enfrentar el mundo real no hay príncipe como tal para salvarla.

—Normalmente cuando nos sentimos tristes, queremos que alguien nos abrace y nos diga que todo estará bien —habla el rubio.

—Al final del día seguimos solos y debemos aprender a vivir así, Greta esta así porque no le gusta la soledad, pero tampoco hace nada por no estarlo.

El rubio me mira, aunque no estoy seguro si lo hace pareciera que esa cabeza esta maquinando a toda velocidad, me levanto de la silla y me marcho, llego a la habitación de las chicas, es un cuarto amplio en el cual duermen cuatro chicas, entre ellas Greta y alondra a excepción de Greta que ahorita está en la habitación V.I.P.

Me recargo sobre el marco de la puerta, alondra está cubierta por la sabanas, puedo notar su silueta en forma de feto, parece que solo somos personas normales, sin embargo, si escarbaran en cada cabeza se darían cuenta del bichito que nos carcome poco a poco que nos lleva a ese hoyo tan profundo que podríamos caer y no volver.

Cuando tenía 15 años me enamore de una chica muy linda, me rechazo por ser gordo, cambie, me volví invencible, lo que no supe es que inconscientemente me estaba destruyendo, porque cambie físicamente pero mi mente seguía pensando que daba asco y quería más y más…hasta que termine aquí. Días como los de hoy es cuando me dan ganas de comer hasta reventar por el simple hecho de querer llenar algo que no se llena.

Miro la ventana de mi habitación, hay un leve aire agitado la rama del árbol que se asoma por la ventana, a veces extraño estar en mi habitación, mi privacidad, mi comodidad, mi hogar, no elegí enfermarme, nadie de los que está aquí lo eligió, es triste conocer sus historias y saber que están aquí actuando de una manera… ¿lamentable?




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