Diario de una suicida

Capitulo 17

"Borrare la estúpida sonrisa que tienes en la cara"

 

La cena se termina entre anécdotas del colegio y otras cosas sin nada de importancia, yo soy la primera en subir, Leo ha dicho que les dará su habitación lo que significa que el dormirá conmigo, así que arreglo una cama para el en mi habitación, entro a cambiarme y a ponerme el pijama cuando escucho que la puerta se habré 

-Leo ¿eres tú? - cierta desconfianza hace que me ponga alerta y cuando salgo veo a Alejandro en mi cama- ¿Qué haces tú aquí? - me vuelve a mirar de la misma forma rara e intolerable de antes

-Tú no tienes la edad de mi hermano, eres mayor seguro él te aburre- se levanta- eres muy bonita y ese rostro inocente a siento que me enamoro- se muerde el labio- yo solo quiero que nos divirtamos un rato

-Sal de mi habitación y déjame en paz- repulsión es lo que me da este tipo- yo quiero a tu hermano y lo respeto- voy y abro la puerta - así que sal por favor no quiero que me fastidies.

-Yo sé que eso no es cierto- empuja la puerta y la cierra- él te aburre

-Si no te vas ahora...- se acerca a mi 

-Termina- esta tan cerca que su respiración se agita con la mía, la mía por miedo y la de él no sé porque, de mi boca no pueden salir más palabras estoy asustada, con cierto empujón dentro de mí me doy fuerzas

-Borrare la estúpida sonrisa que tienes en la cara- lo empujo alejándolo de mi espacio- no soy una cualquiera así que sal de la habitación y déjame en paz- sonríe como diciendo maldita, mueve la cabeza en forma de desconcierto y me termina dando una última mirada, cuando se va cierro la puerta y me acuesto sobre la cama dejando salir todo el aire. que estuve conteniendo.

Personas como esas son las que siempre evitare en mi vida, son personas que no te traen nada bueno y a pesar de que en novelas literarias, películas u otros ellos sean los protagonistas y por la chica indicada cambien y todo sea color de rosa, no todo es tan bonito como lo pintan, esas personas consumirán tu vida y si tal vez cambien, pero recuerda que tu integridad y felicidad son lo que debes poner primero y que no te pase como a mí que siempre puse primero los intereses de otras personas o deje que los demás me mataran lentamente.

 Sin darme cuenta me voy quedando dormida y todo se va nublando.

- ¿Quién eres tú?

-Vaya ya ni siquiera me reconoces eres muy grosera.

-No te recuerdo, no sé ¿qué quieres? o ¿quién eres?

-Sí, eso es porque eres egoísta, pero verme así joven y saludable no golpeada y sangrando debe confundirte, quería que me vengues, pero dejaste que mi asesino se matara el mismo que egoísta y así dices quererme.

-No, yo si te Quiero

-Eso es mentira tú a mí no me quieres

Una niña vestida de blanco con su cabello largo me miraba enojada y con desprecio. Reclamándome, es mi tía, pero cuando era una niña feliz y soñadora.

-Nadia- sentía como mi cuerpo caía por un gran abismo asiéndose cada vez menos pesado, todo oscuro a mi alrededor mi mente no pensaba en nada más que en alivio- Nadia- mi respiración vuelve, pero ni siquiera me había dado que no estaba respirando, abro mis ojos y veo a Leo asustado.

-Estoy bien- me siento- veo la hora son las 3 am, miro a Leo y sus ojos están rojos y un aroma a alcohol llega a mi nariz- ¿tomaste? - mi voz suena decepcionada

-Un poco- aun lleva el traje- no está enojada ¿verdad? - sus palabras salen a rastras de su boca

-Claro que si- sueno muy molesta, no tolero a las personas que toman o hacen ese tipo de cosas, tengo muchos malos momentos vividos con personas que tomaban y no quiero vivir otra vez ese tipo de escenas- vete a dormir- tomo la cobija y me cubro con ella acostándome

-No te enojes- pone su brazo sobre mí, están pesado que me cuesta moverme, me giro y ahí está el frente a mí, mirándome con sus ojos rojos como la sangre.

-Realmente no tengo animo de lidiar contigo

-Es la primera y la última vez- el olor a alcohol me marea y me da nauseas 

-Vete a dormir, déjame tranquila- me roba un beso y hace que abra mis ojos como dos platos sorprendida por tal acto, sus labios están fríos, el sabor a alcohol que tiene no me dejan sentirme feliz por tal acción, solo siento que me está manipulando y eso no me gusta.

-No me digas que me vaya- me abraza y se queda dormido, me intento mover, pero es imposible ya que él es más pesado y grande.

Sus palabras me calan muy fuerte en la cabeza, pero aún no he decidido si quedarme con él o si es bueno para mi quedarme aquí, si es bueno para el o si aceptara toda la verdad que tengo que decirle, aun no lo sé.

-Algún día tu desearas irte y yo no te detendré- sé que pasara o siento que será algo inevitable así que no le prometo no dejarlo ir o no pedirle que se vaya porque sería una mentira para ambos.



#7630 en Thriller
#4292 en Misterio
#18326 en Otros

En el texto hay: miedo, angustia, muerte

Editado: 12.10.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.