¿Con qué sueña un maricón ?
No me lo preguntó así, no usó esas palabras aunque algo
en su gesto turbado
me convenció
de que sí lo pensó... Siempre me fue difícil hablar con mi padre, porque en todas nuestras charlas, siempre habla él...
¿Con qué sueña... sueñas...?,
me preguntó,
¿No te gustaría formar una familia, tener hijos,
como lo he hecho yo...?
"Formar una familia..., tener hijos
de los que difícilmente recuerda sus cumpleaños
o sabe qué les gusta, a qué aspiran, qué necesitan...
Tener hijos, un gato siamés,
un perro de raza, acciones en el club,
una casa de verano en la playa
y un par de títulos universitarios de sus hijos,
colgados en la pared que puedan ver las visitas,
para que envidien que el negocio familiar continúa en pie...?"
¿ Con qué sueña un maricón ?, escuché que pensaba,
mientras me hacía señas para que contestara.
"¿ Con un matrimonio largo y feliz como el suyo,
en el que perdonar
las traiciones y deslices fue lo que tuvo que aprender mi madre
y en el que una buena terapia para descargar frustraciones
son un par de gritos y de golpes,
cuando no ganamos el primer lugar o alguna medalla...?,
me escuché pensar.
Aquellos ojos oscuros, que supe heredar, me miraban tan fijamente que me acobardé y dije, casi sin pensar:
" Sueño con... ser normal..."
Sonrió, asintió,
" Aún hay esperanzas, hijo. Yo te voy a ayudar..."
Lloré casi toda esa noche,
hecho un ovillo en mi cama,
sintiendo la tormenta pasar.
Lloré de rabia...
"Mientras sigas siendo cobarde, me dije al despertar, jamás lograrás volar..."