Quiero contarte que anoche logre cerrar mis ojos y tomar un poco de líquido. Mi familia me dice que no vale la pena llorar por alguien que se va, pero ¿Cómo les explico que mi vida entera estaba en tus venas?
Las voces y los sonidos del aire me recuerdan tu nombre; los murmullos que escucho son el tormento del silencio. Los ecos de las personas son tu nombre gritado a los cuatro vientos. Cada palabra que pronuncian es tu nombre que golpea mi alma, son palabras dichas y frases escritas. Tu nombre en diferentes labios es una triste sensación que me recuerda que no te tengo...
Posd: ¿Puedes algún día decirme quien era para ti?