Dias Soleados

Capítulo 7

ANGELINE

— ¿Tienes goma de mascar? —Daniela me pregunta mientras se arregla el cabello frente al reflejo de su auto.

La escuela ha acabado y es momento de hacer cosas divertidas con mis amigos.

Busco entre mis cosas, siempre llevo un paquete con goma porque a ella le gusta pero creo que le he dado todas las que tenía. —Eh, no pero creo que en mi casillero hay más, ¿Quieres que vaya por ella?

Toma su teléfono y revisa algo. —Si quieres, de todas formas los demás aún no están.

—Está bien —digo—. ¿Puedo dejar mi bolsa dentro de tu auto?

Ella sigue ocupada con su teléfono, sonríe por algo que leyó. —Ajá.

Abro la puerta de atrás y la dejo ahí, cierro con cuidado. Me apresuro a caminar de regreso a la escuela, esquivo a las personas que están ocupadas saliendo de ella, no corro porque sé que me veo como una tonta cuando lo hago pero camino tan rápido como puedo.

Mi casillero no está tan cerca pero no importa, yo también quiero goma de mascar de todas formas.

Finalmente llego, abro la puerta metálica y encuentro el paquete con sabor a menta. Cierro de nuevo y tomo el mismo camino de regreso, casi me caigo con algún líquido en el suelo pero logré sostenerme de la pared. Voy hacia la salida moviendo mi cabello a un lado para refrescar mi cuello, camino a través del estacionamiento.

Ahora ya están nuestros amigos ahí, todos hablan y ríen. Me acerco respirando profundo, cuando estoy cerca de Daniela extiendo el paquete hacia ella. —Aquí está.

Lo mira arrugando la nariz. —No me gusta la menta.

Quedo con el brazo extendido hasta que Jonah se acerca y quita el paquete de mis dedos. —Yo si quiero, ¿Puedo?

Me encojo de hombros.

Beverly esta recostada en Seth, quien está recostado en el auto de Daniela. — ¿Ya nos vamos? ¿Quién falta?

—Noah Ruiz —Daniela sonríe y levanta un hombro—. Lo invité a que venga con nosotros y Grant.

Jonah se coloca a mi lado, nuestros brazos se tocan y yo me aparto. —Gracias —me sonríe—. Grant está ocupado ahora con el entrenador, seguro nos alcanza después.

Tomo el paquete cuando siento unos dedos picar mi cintura. Me giro para encontrarme con Clay, a quien no le he hablado mucho el día de hoy, solo he recibido sus besos.

Antes que pueda decir algo él me toma de la cintura y besa mis labios. No cierro los ojos solo dejo que lo haga al mismo tiempo que siento el olor a desodorante.

Mis amigos hacen “uuh”

Él me suelta. —Te veo después.

Solo nos vimos en la mañana y ni siquiera me habló, solo elevó la mano para saludarme y se acercó para darme un beso frente a Beverly y Daniela.

¿Esto es tener un novio? Digo, sí había salido con chicos antes pero, ¿Qué somos Clay y yo?

—Espera —Beverly habla—. ¿No quieres venir con nosotros?

Jonah habla antes que Clay. —Ya no cabemos en el auto.

Daniela suelta una risita. —Puede irse en las piernas de Clay.

Trago saliva con dificultad. Clay es agradable pero no quiero sentarme en sus piernas. No puedo hacer eso.

No de nuevo.

Lamo mis labios y aparto los recuerdos. —Ah…

Clay sonríe, emocionado con la propuesta. —Claro, suena bien.

Yo no quiero eso, digo, no estoy segura. Supongo que es normal, tener interacciones así con el chico que sales, además, mis amigas están aquí. No tiene nada de malo. No es como si fuéramos a hacer algo más.

Pero no puedo, si lo hago seguramente comenzaré a sentirme como esas veces y no quiero tener un momento incomodo frente a todos.

—Ay, no —Daniela suspira—. Noah me acaba de cancelar, que mal.

Beverly se encoje de hombros. —Igual no importa, es más bajo que tú, ¿no?

Ella asiente. —Pero tiene un gran cuerpo.

Seth suelta una carcajada, Clay da un aplauso y Jonah solo exhala.

—Bueno, aun así puedes sentarte en mis piernas —Clay toca mi cuello con dos dedos.

Respira profundo, Angeline.

Jonah habla. —Yo olvidé que tengo algo que hacer. Pueden irse sin mí.

Beverly se cruza de brazos. — ¿Qué rayos tienes que hacer?

Jonah se encoje de hombros. —Algo, nada que sea de tu incumbencia.

Ella rueda los ojos pero yo me siento aliviada, al menos ahora no tendré que estar en las piernas de Clay. Jonah me da un vistazo antes de despedirse de todo el grupo en general.

Daniela toma mi brazo y tira de mí. —Vete atrás y siéntate en medio de Seth y Bev, odio escuchar cómo se besan.

Ambos se quejan, yo sonrío un poco. Clay se acerca a mí para tomar mi mano. — ¿Dónde quieres irte? Aun podemos compartir un asiento.

Mi corazón pega un salto pero no por felicidad. —Um, prefiero ir atrás. Me marea sentarme adelante.

Eso no es cierto pero Clay no necesita saberlo.

Beverly abraza a Seth. —Vámonos con Angie, ella puede sostener nuestras bolsas.

Daniela da dos aplausos. —Bien, muévanse, muero de hambre.

Seth estaba a punto de entrar al auto cuando mira a alguien con los ojos entornados. —Ahí va ese idiota.

Todos giramos el rostro. Es Douglas, caminando con una gorra hacia atrás y la espalda totalmente recta. No creo que exista otro adolescente que tenga la postura tan bien como la de él.

—Seguro va a drogarse —Beverly dice.

Clay suelta una carcajada. —Uno del equipo me dijo que le vende a universitarios.

Daniela habla: — ¿A dónde creen que vaya? ¿A robar algo?

Seth propone: —Deberíamos seguirlo, seguramente su casa es una porquería.

Yo miro a mis amigos y ellos siguen concentrados en Douglas. —Mejor vamos a comer, no perdamos el tiempo —digo.

Daniela me ignora. —Vamos, tal vez sus padres son los locos que viven cerca de ese restaurante mexicano.

—Quizás ni siquiera tiene padres —Beverly suelta.

—Vamos a seguirlo —repite Seth y nos apresura para que todos entremos al auto.




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