ANGELINE
¿Alguna vez le has confesado algo personal a alguien y luego te arrepientes?
Bien, así me sentía. Estaba a punto de tomar un boleto de avión a cualquier lugar con tal de escapar de mi realidad. No podía creer que realmente le había dicho eso a Lester Gómez, un chico que no es mi amigo y no le he hablado más que un par de veces.
Es solo que me sentía cansada, muchas cosas habían sucedido y no podía creer que realmente mis amigos me hubieran dejado ahí. Daniela me explicó que decidieron irse cuando notaron a Douglas y que sería una mala idea que los descubrieran.
No me enojé con ellos, les gusta hacer ese tipo de bromas y está bien. Pero lo que no está bien es que yo le haya contado eso a Lester. Solo espero que no se lo diga a nadie, me prometió que no lo hará y no sé porque pero le creí.
Beverly se acerca a mi cuando estoy terminando de guardar mis cosas en el casillero. —Hola Angie, necesito pedirte un favor.
Le veo. — ¿Qué pasa?
Se señala a la cara. —Hoy cumplimos cinco meses con Seth y queremos hacer algo muy especial pero necesito que mientas por mí —explica—. Le dije a mamá que dormiría en tu casa y le di tu número de teléfono, si te llama le dices que estoy contigo, ¿bien?
Junto mis cejas, no estoy segura si eso es algo bueno y soy mala mintiéndoles a las personas sobre cosas como estas.
—Está bien —pero Beverly me necesita y quiero ayudarla.
Me da un abrazo rápido. —Eres la mejor.
— ¿Qué exactamente harán? —pregunto.
Rueda los ojos. —Nada fuera de lo común, queremos ir a la playa y todo eso —sonríe—. Pero no podía decirle que dormiría en casa de Dani porque su mamá y la mía son amigas y ya sabes cómo es todo eso con las madres cuando quieren saber cada detalle de tu vida.
En mi caso, no sé qué es tener una madre así.
Alejo esos pensamientos y le muestro una sonrisa. —Sí, yo te cubro, no te preocupes.
Mira al fondo del pasillo. —Ah, después te veo, ahí va mi novio.
Va corriendo con Seth y yo suelto una exhalación. Estoy pensando en lo que me dijo Beverly, eso de tener una madre así de presente.
Mi estómago me duele de pronto, quizás es porque no he comido mucho.
Quizás es por algo más.
Cuando voy de camino a mi clase, Jonah me mira mientras habla con unos chicos. Él se despide rápidamente y corre para encontrarme. —Hola Angeline —sonríe de lado, usando esa sonrisa que Dani me confesó una vez que es su “técnica para coquetear”—. ¿Cómo estás hoy?
Mi primera reacción fue sentirme molesta por esa pregunta pero ahora que lo recuerdo, Jonah no sabe nada de lo que pasó con los demás. —Bien.
Rasca su brazo, tiene una picadura justo en el borde de su manga de lo que parece ser un mosquito. —Ahora tenemos una clase juntos, ¿no?
—Sí —respondo mirando a un lado y al otro, asegurándome que Clay no esté cerca. No sé porque lo hago, supongo que me siento culpable hablando con Jonah cuando sé que le gusto.
Ambos vamos lento hacia el salón de clases. —Entonces, ¿Puedo preguntarte algo?
Lamo mis labios. —Sí.
Se tarda unos segundos. — ¿Estás saliendo realmente con Clay?
Miro hacia el otro lado y suelto el aire por mi nariz lentamente. —Eso creo, la verdad yo no estoy segura.
Él hace un ruido, como quejándose. —Entiendo, pero Angeline, es solo que…
— ¡Quítate! —ambos escuchamos que alguien grita al fondo del pasillo, giramos al mismo tiempo para encontrarnos con Daniela reclamándole a una persona entre la multitud que se acumuló.
Me apresuro para acercarme, ¿Le han hecho daño?
—Daniela —me acerco y empujo un par de personas para pasar—. ¿Estás bien?
Ella me mira con alivio. —Angie, ¿puedes creerlo? Ese idiota me pasó empujando el teléfono a un lado.
Veo al lado que señala imaginariamente con sus ojos, no sé de quién está hablando, hay muchas personas aquí. — ¿Quién?
—Ese idiota de Cold —reclama—. Es un tonto —se inclina para tomar su teléfono que por suerte no se rompió.
Levanto una ceja. — ¿Por qué hizo eso?
Rueda los ojos. — ¿Quién sabe? Quizás porque es un demente psicótico, sin duda debe llenarse de drogas y por eso su cerebro está arruinado.
— ¿Todo bien? —Jonah también llega hasta aquí.
Daniela mira a las personas que la observan, ella los reta con sus ojos y finalmente se apartan para continuar con sus vidas. Se acomoda el cabello y endereza su postura. —Sí, todo está bien, solo ese raro con problemas de ira.
Él niega, cursándose de brazos. — ¿Cuál es su problema?
Veo a Daniela y recuerdo la manera en que Douglas estaba con quienes seguramente son sus hermanos. Con ellos parecía diferente, incluso la escena puede ser descrita como tierna. ¿Por qué en la escuela es tan agresivo?
—Da igual —suspira—. Vámonos a clase, tenemos cosas mejores que hacer.
Tengo una clase más con Douglas y con Lester, algo que no había notado hasta ahora.
Como siempre hago cuando estoy sin mis amigos en algún periodo, me siento en la parte de atrás. Douglas está sentado dos escritorios a mi lado y Lester está en el otro extremo. Es raro, los conozco pero al mismo tiempo, no lo hago.
Durante el resto de la clase de filosofía me pasé respondiendo mensajes de Daniela y Beverly, incluso unos de Clay. Me gusta contestarles rápido a mis amigas porque sé que eso demuestra interés en la otra persona y quiero que sepan que siempre pueden contar conmigo, no importa si estoy en clase.
Claro, después tengo que repasar todo en la noche y me duermo tarde pero no importa. Puedo manejarlo todo perfectamente, soy buen haciendo esto. Tengo una buena vida social, tengo buenas calificaciones y ahora salgo con uno de los chicos más populares de último año. Así es como debería ser la vida a los diecisiete, no me hace falta nada.
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Editado: 15.06.2023