Dias Soleados

Capítulo 16

ANGELINE:

La madre de Beverly me llamó justo después que saliera de mi última clase.

Me preguntó si sabía porque su hija no estaba contestando sus llamadas y le aseguré que estaba ocupada en las clases. Ella me preguntó también si yo estaba con ella y le dije que en ese preciso instante, no. Luego solo me pidió que la llamara si sabía algo de ella, solo estaba intentando hablar con ella.

Me preocupé así que le envié un mensaje a Daniela para que me ayudara a contactar a Beverly pero no me respondió. Daniela se enojó conmigo pues Jonah estaba a mi lado en la fila de la cafetería y sin yo esperarlo, me tomó de la mano.

Según Jonah solo lo hizo para mostrarme algo (algo que nunca explicó) yo le afirmé a Daniela que yo no hice nada pero no me creyó, me preguntó si yo estoy engañando a Clay con Jonah. Intenté arreglar todo pero Jonah nos seguía y solo empeoraba todo.

No entiendo porque todo tiene que complicarse, es tan estresante. Ni siquiera sé si Clay está enojado conmigo, Beverly no contesta las llamadas y Jonah sigue insistiéndome para que salgamos. Todo esto me está agobiando pero no puedo hacer nada. Solo fingir que estoy bien.

Mientras salía, después de enviarle muchos mensajes a Beverly y a Daniela para que me confirmaran que todo está bien, me encontré con Lester. Él va caminando con la cabeza baja, lleva audífonos y mueve sus dedos con la música que escucha.

Me acerco, volteando un par de veces para asegurarme que ninguno de mi grupo esté cerca. No es que me importe lo que digan de mi o lo que sea que Douglas dijo pero sé que la reacción de Clay y de Jonah fue negativa cuando yo estaba cerca de ellos. No quiero meterlos en problemas.

Realmente no me importa lo que digan los demás.

Levanto mi mano y la sacudo, caminando a un lado de él. Lester se detiene, se quita un auricular y parpadea varias veces. —Hola —sonrío—. ¿Vas a casa?

Odio irme a casa tan temprano pero ahora que mis amigos no quieren estar conmigo no tengo a donde ir. Sé que Daniela ya no estará enojada conmigo mañana, eso enojos por Jonah ya han sucedido antes. Desearía que Beverly sí hubiera venido a la escuela hoy, ella me ayuda a mantener todo tranquilo entre Daniela y yo. Ella le recuerda que a mí no me interesa Jonah.

No sé porque Daniela sigue negándolo, es obvio que siente algo por Jonah pero no lo quiere admitir.

Lester se aclara la garganta y me saca de mis pensamientos. —Ah, hola —saluda—. Um, sí, yo ya me voy.

Miro a mí alrededor, Douglas dijo que iban a pasar la tarde pero no está con él. — ¿Dónde está Douglas? Pensé que era tu amigo.

Douglas es mucho más amable con Lester que conmigo y que con el resto de la escuela. De verdad pienso que ellos ya se conocían o algo, si no es así, ¿Por qué actúa diferente con Lester?

Digo, me da igual que no quiera ser mi amigo pero mínimo, que me trate bien. No creo que me comporte mal con él, he intentado ser amable y cordial con él. Algo que es muy difícil.

Lester levanta sus ojos unos segundos y sonríe un poco. —Está atrás de ti.

Me giro incrédula pero es cierto, él se apareció aquí como un fantasma indeseado. —Vaya, ¿De dónde saliste?

—De tus pesadillas —responde, moviéndose al lado derecho de Lester—. Vámonos ya antes que ella quiera acompañarnos.

Ella está aquí —contesto, fastidiada—. ¿Van a su casa? ¿Entonces si podemos ir por el pastel? Porque Lester sí aceptó y me importa más su opinión que la tuya.

Está bien, tal vez no soy súper amable con Douglas, pero él no me inspira a serlo.

Aunque luego recuerdo que fueron ellos quienes me ayudaron cuando lloré, fue muy extraño, pero lo hicieron. Pensé que Douglas se reiría de mí y que Lester simplemente se iría para no tener que lidiar conmigo pero no lo hicieron.

La razón por la que lloré es muy complicada, no estoy lista para hablar de eso con nadie, aunque sí estoy agradecida.

—Ni siquiera sabes si nos gusta el pastel —reclama Douglas.

Miro a Lester. — ¿Te gusta el pastel?

Asiente. —Sí, supongo.

—Entonces es suficiente, a mí me gusta también y a los niños les gusta el pastel —señalo a Douglas—. Si tú no quieres, es tu problema.

Un chico y dos chicas pasan a nuestro lado, ellas me miran a mí y se secretean algo. Siento una sensación en mi estómago, como un vacío. Me obligo a retirar la mirada y respirar profundamente.

—Vamos por pastel —sugiere Lester en voz baja, viendo a Douglas.

Yo sonrío un segundo. —Vamos, será divertido, ¿sí? —pido y avanzo unos pasos para que me sigan.

Caminar a su lado es algo extraño, no sé qué pensarán las personas de mí pero realmente lo hago por agradecimiento y porque no son tan malas personas como creía. Bueno, no creía que Lester era malo pero nunca imaginé que estaría a su lado después de la escuela.

Me agrada Lester, él no me ha tratado mal y cuando le pedí su ayuda con una excusa muy vaga, no se negó. Sabe sobre Evan, sobre como él suele molestarme cuando estoy de camino a casa y no lo usó en mi contra.

Salimos de la escuela y mi cuerpo está más relajado. Aquí las personas se han dispersado y ya no veo a nadie. Normalmente me regreso con mis amigas pero hoy no tenía más opción que caminar hasta que esto sucedió.

Estar aquí, en camino a comprar pastel con Douglas “Cold” y Lester Gómez.

— ¿ustedes saben conducir? —pregunto, tocándome el estómago, con antojo de algo dulce y con mucho chocolate.

Lester asiente, Douglas también, casi imperceptible.

—Sí —Lester afirma—. Pero no tengo auto.

Yo quiero aprender a conducir pero mis padres no me han dicho nada sobre comprarme un auto así que esperaré hasta que cumpla dieciocho para poder ahorrar y buscar algún instructor que me enseñe.

— ¿Qué hay de ti? —Le pregunto a Douglas—. Si sabes conducir, ¿Por qué no llevas tu auto a la escuela? ¿O tampoco tienes como yo?




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