Dias Soleados

Capítulo 22

ANGELINE:

— ¿Les gusta la pizza con picante? —pregunto, masticando mi segunda rebanada.

— ¿Angeline? —mi cuerpo entero se tensa cuando escucho mi nombre.

Bajo la mirada como si eso sirviera para ocultarme, ¿hay alguien aquí de la escuela? No estamos cerca y normalmente no escogen este lugar, es demasiado familiar para los de mi edad.

— ¿Qué haces aquí? —Jonah se acerca a la mesa.

Me obligo a verlo, mi corazón palpita con fuerza. Tomo una servilleta y me limpio rápidamente los labios, veo detrás de él para confirmar que no esté aquí con el resto del grupo.

—Jonah —lamo mis labios, están grasosos—. Um, ¿Qué haces aquí?

Él voltea hacia Douglas y Lester, tiene las cejas juntas y las manos contra la mesa. — ¿Por qué ahora te juntas con ellos, Angeline? ¿Qué estás haciendo?

Muerdo mi labio inferior. —Um, estábamos haciendo un proyecto.

Señala a Douglas. — ¿Con él? Seth nos contó lo raro que actuó hoy con él, ¿Qué rayos estás haciendo con personas así?

No me gusta que hable como si él no estuviera aquí. —Jonah…

Douglas se reclina hacia atrás, doblando un poco su cuerpo para verlo. — ¿Cuál es tu problema?

Jonah entorna sus ojos hacia mí, ignorándolo. —Mira Angeline, no te conviene estar aquí. Están hablando de ti y si alguien se entera de lo que estás haciendo, te irá mal.

— ¿Qué? —mi corazón se detiene—. ¿De qué estás hablando?

Jonah se pasa la mano por el mentón. —Alguien está diciendo cosas de ti, que vas por todos lados ilusionando a los chicos —toma mi muñeca—. Ven, te llevo a tu casa.

Tira de mí pero no me muevo. —Espera, Jonah…

Me toma con más fuerza. —Angeline, tienes suerte que esté aquí solo pero si hubieran personas de la escuela tu reputación se arruinaría, ¿Quieres que hablen de ti como lo hicieron con Janet Almar?

Janet Almar era una chica del año pasado que alguien comenzó un rumor sobre ella. Primero decía que tenía dos novios, luego que se acostaba con alguien diferente todas las semanas y finalmente comenzaron a decir que ella estaba saliendo con un profesor.

Después de las vacaciones, no regresó.

—Jonah, mira, no es cierto nada de eso —explico—. Yo no estoy haciendo nada malo.

—Pero estás con Clay —señala—. Estás saliendo con Clay y ahora estás sentada aquí, con dos chicos que no son tus amigos y…

—Basta —Lester habla elevando un poco su voz—. ¿Puedes solo detenerte?

Jonah junta el entrecejo. —No te metas, ¿bien? —Tira de nuevo mi muñeca, logrando moverme un poco—. Ven conmigo, te llevaré a otra parte.

—Déjame —odio como suena mi voz ahora—. Me estás lastimando.

—Angeline —Jonah se inclina, su rostro demasiado cerca y puedo sentir el aroma a su colonia—. Estoy protegiéndote, ¿Por qué nunca aprecias lo que hago por ti?

Muevo mi mano pero me sostiene con firmeza, estoy segura que me dejará una marca. —Jonah, detente, ellos solo son mis compañeros. No estamos haciendo nada malo, nadie sabe que estoy aquí, déjame.

—Angeline —me mira a los ojos—. ¿Estás segura?

—Jonah —siento la garganta tan seca, como si no hubiera estado bebiendo café frio hace unos minutos—. Detente.

—Ya —Lester sale de su asiento y se levanta—. No le hagas eso, la estás lastimando.

Jonah no me suelta, lo mira con una sonrisa burlona. —No te hagas su héroe, jamás se fijaría en ti.

Douglas también se mueve, sale rápidamente y ahora ambos están cerca de él, de pie. Jonah me suelta solo para retarlos, enderezando la espalda, aunque ambos siguen siendo más altos que él.

—Angeline es mi amiga y ustedes son unos extraños, ¿Qué rayos querían hacer con ella? ¿Dormirla para llevarla a la cama después? —pregunta con su tono de voz prepotente.

Mi boca se abre, ¿Cómo puede decir algo tan horrible? Es cierto que no conozco a Douglas y a Lester a la perfección pero ninguno de ellos ha intentado absolutamente nada conmigo.

Es más, ninguno de ellos me ha mirado como lo hace él o Clay, incluso Seth y todos los demás. Ni una sola vez.

Lester niega, indignado. — ¿Qué?

Douglas da un paso al frente. —Escucha, vete de aquí —aprieta la mandíbula—. No vamos a dejar que tú te lleves a Angeline, ¿Quién te crees que eres para tratarla como un objeto?

Lester me da una mirada y lo empuja a un lado para acercarse a mí. — ¿Quieres irte con Jonah? —me pregunta, a pesar de toda la tensión su voz es calmada.

Niego, es todo lo que puedo hacer ahora.

Lester gira con él. —No lo hará, ella no quiere.

—Largo —Douglas recuesta su cuerpo en la mesa, como si fuera a sentarse sobre ella.

Jonah me mira, enojado. — ¿Estás segura? Esto no terminará bien.

Trago con dificultad, mi corazón está latiendo irregularmente y mis manos sudan. Yo tengo miedo pero no estoy segura de qué, o de quien. —Jonah… yo no…

Suelta una carcajada, una amarga. —Bien, me voy —retrocede—. Haz lo que quieras, ya no te ayudaré nunca más.

—Ve a llorar a otra parte —Douglas cruza sus brazos.

Jonah sale, caminando rápido al fondo, saliendo sin voltear por un segundo. Yo bajo la mirada, la pizza se ha enfriado y he perdido el apetito. Mis ojos se llenan de lágrimas, estoy abrumada de nuevo.

Lester se sienta a mi lado, en el espacio que he dejado en mi asiento, marcando una pequeña distancia. —Angeline, tranquila. Lo siento, perdón… creo que, um, yo…

Niego. —No —una lagrima se escapa— yo no sé… yo…

Douglas se sienta al frente. — ¡Ey! —Me habla—. No llores por esa basura.

Resoplo. —No es por él.

Es por mí.

Lester toma una servilleta del medio y me la extiende. — ¿Necesitas algo?

Asiento, necesito muchas cosas. —No entiendo… yo solo quiero ser normal y feliz, quiero… soy tan tonta y torpe y ahora todos mis amigos me odian y no…

Douglas recuesta su codo sobre la mesa. — ¿Por qué te odian?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.