Dias Soleados

Capítulo 26

DOUGLAS:

Hemos practicado, hemos comido con mis hermanos y hemos vuelto a practicar.

Y ahora Angeline quiere hacer un tonto juego mientras estamos en mi habitación. Ty se ha turnado para cuidar a mis hermanos, es algo que no me molesta hacer y lo disfruto. Realmente los amo, no solo a los gemelos sino a Ty también.

A mi familia en general.

—Bien, entonces —cruza sus piernas—. Vamos a poner una botella y…

—No —ruedo los ojos—. No haré nada de eso.

Ella hace una mueca. —No será con besos, que asco. —Lester ríe viendo las expresiones de Angeline—. Será verdad o reto, pero sin besos, será algo más normal.

Suspiro. Acepté que vinieran un día más para practicar nuestra presentación pero ya que terminamos, ellos deberían irse de mi casa. — ¿No tienes algún lugar donde ir?

Ella me ve ofendida. Es probable que no tenga planes con nadie más, ya que sus amigos se han peleado con ella. Me siento un poco mal por mi comentario así que me estiro para tomar la botella de refresco vacía que estaba tomando hace un rato y la coloco en medio.

Ella sonríe de nuevo. —Genial, yo giro primero.

Da dos vueltas y cae frente a mí. —Nada de retos —advierto—, escojo verdad.

Angeline tuerce la boca. — ¿A qué le tienes miedo?

No tengo que pensarlo, sé la respuesta. Le tengo miedo a que las cosas vayan tan mal como hace unos años atrás. Le tengo miedo a que las personas descubran lo que sucedió conmigo y con mi familia, que los vuelvan a lastimar con sus prejuicios y condenaciones.

—A nada —respondo, no puedo confesar nada de eso.

Bufa. —Sí, claro, todos tenemos un miedo a algo.

—A nada —repito, usando mi tono de voz frío para que deje de indagar—. No me dan miedo las alturas ni los payasos ni los fantasmas, nada.

Me hace una seña. —Gira esa botella.

Lo hago, ahora termina frente a Lester. — ¿Qué escoges? —pregunto.

Lester lo piensa un momento. —Creo que reto.

Angeline aplaude. — ¡Si! Eso es más interesante.

Yo tengo que retarlo con algo así que me tomo un segundo para decidir. —Um, te reto a…

Podría retarlo a muchas cosas pero todas me parecen malas ideas. Si este momento fuera como en esas películas de adolescentes quizás podría proponer algo interesante, pero no lo haré.

— ¿A? —Lester me mira, esperando.

Paso mis dedos por mi cabello. —A que comas pizza con piña.

Él sonríe, Angeline se queja por lo aburrido del reto. Ahora es el turno de Lester para girar la botella y de nuevo cae en mí, Angeline advierte que tengo que escoger reto de nuevo y lo hago, rindiéndome.

Lester sonríe provocando que sus mejillas se inflen un poco. —Te reto a que le digas algo amable a Angeline.

Arrugo mi nariz. —Ya perdí, no puedo hacerlo.

Ella bufa. —Que horrible eres, solo dilo. Tengo muchas cosas buenas, ¿no?

Niego, con el ceño fruncido. —No, no veo nada.

Entorna sus ojos. —Si pierdes nosotros te vamos a retar a algo más y esta vez, será peor.

Lamo mi labio inferior, no quiero saber que se le ocurre. —Te diré algo bueno tuyo —muevo un poco mi pierna para acomodarme—. No eres tan mala como pensaba, tienes muchas malas cualidades pero no tantas.

Resopla. — ¿Supongo que gracias?

Giro la botella y apunta a ella. —Escojo verdad —responde inmediatamente.

Junto mis manos. — ¿Por qué sales con Clay?

Eso es algo que yo no entiende. Ese chico es un asco de persona, se la pasa molestando a muchos en la escuela y cuando está con Angeline actúa como si ella fuera un premio y no una persona.

Eleva sus cejas. — ¿Qué?

Me encojo de hombros. No me interesa en absoluto pero es algo que creo que ella debe preguntárselo, ¿Por qué sale con alguien que la hace sentir incomoda? — ¿Por qué sales con alguien como él?

Baja la mirada. —Um, bueno, yo le gusto.

— ¿Y ya? —pregunto—. ¿Eso es suficiente para ti?

Sonríe, nerviosa. —Es solo una pregunta por persona y bueno, um… —se levanta—. Tengo que ir al baño, ¿Dónde está?

Señalo fuera de mi habitación. —Ve al fondo, la puerta cerca de un cuadro con flores.

Lo hace, toma su teléfono y sale rápidamente. Creo que no tenía ganas de responder algo como eso y solo, huyó.

Yo giro la botella a pesar que ya no estamos jugando, cae frente a mí.

—Oh, te toca —Lester bromea.

Lo miro levantando una ceja. — ¿De verdad? —asiente—. Bien, escojo reto.

Toca su mentón. —Te reto a que sonrías ampliamente —pide.

Junto el entrecejo. — ¿Por qué? —es un reto muy raro.

—Porque te he visto con tus hermanos y con ellos sonríes mucho. En la escuela, la mayor parte del tiempo luces intimidante pero cuando sonríes, no lo eres, luces amable.

Trago saliva. — ¿Tu reto es que sonría? No soy un robot sin sentimientos, puedo hacerlo, solamente no me gusta.

—Hazlo, es un reto —me toca la rodilla con su rodilla.

Niego, respirando profundo. —Ya perdí, no tengo motivos para sonreír.

— ¿Ah, no? —da un saltito para acercarse—. ¿Ni con cosquillas?

—Lester —lo señalo—. No uses eso en mi contra, no te dejaré que me hagas cosquillas.

—Sonríe —pide de nuevo—. Vamos, no es tan difícil —sube la comisura de sus labios y me muestra sus dientes mientras sonríe.

Muerdo mi mejilla por dentro, esa acción estuvo a punto de provocar una sonrisa en mí. Prefiero rodar los ojos y lucir desinteresado. —Tú también eres un poquito molesto, te llevarás bien con Angeline.

—Angeline te agrada, ¿no? —Pregunta—. Sé que no te cae tan mal.

Supongo que no. — ¿Por qué? Da igual, ya no nos volveremos a hablar.

—Douglas —baja la voz—. ¿De verdad no te gusta que estemos aquí?

Supongo que, aunque no me encanta, tampoco me molesta. —Me da igual, Lester. Si tú y Angeline se van ahora mismo mi vida no se afectará, es lo mismo para mí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.