Dias Soleados

Capítulo 27

LESTER:

— ¿Acaso crees que soy un idiota? —Papá le grita a mamá—. ¿Dónde estabas ayer?

Mamá lo ignora y toma su bolsa.

Papá se acerca, mi corazón pega un salto. A pesar que jamás él le ha hecho algo físico a mamá, siempre estoy sintiendo ansiedad, no quiero que ese día llegue. No sé qué tan lejos podría llegar él.

Papá grita constantemente y cuando está muy molesto, empuja las cosas, golpea las puertas y no deja de insultar. Su carácter es explosivo y aunque jamás la ha golpeado o a nosotros, no significa que no pueda llegar a hacerlo.

— ¡Por eso tus hijos son así! —Papá eleva más la voz—. Tania no me respeta y Lester es raro.

Cierro los ojos, no sé si él sabe que estoy escuchándolo todo desde mi habitación pero creo que no le importa. Le da igual si lo escucho, si estoy cerca de él cuando suelta todas esas palabras llenas de desprecio.

La primera vez que me llamó de esa forma me dolió mucho, también el resto de las veces donde me comparaba con otras personas y los hijos de sus amigos, pero a este punto de mi vida ya sé que no tengo que tomarlo realmente en serio. Solo dejo que diga lo que quiera y lo ignoro, no vale la pena ofenderse por sus palabras.

A él le encanta ofender.

Abro el cajón de mi mesa de noche y busco mi libreta, busco una página al azar y leo una de las muchas frases que he apuntado para hacerme sentir mejor cuando todo a mí alrededor se sacude como si estuviera quebrándose la tierra.

“Cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mi”

Repito este versículo una y otra vez, apretando mis puños y respirando profundo. Lo repito en voz baja hasta que mamá sale de la casa, papá tira algo al suelo y también se va.

Muerdo mi labio, desearía que ellos se hubieran divorciado hace años. Sé que las personas normalmente le piden a la vida o a Dios que sus padres no lo hagan, que permanezcan juntos pero yo ya estoy cansado de todo esto. No es agradable escucharlos pelear todos los días, ninguno aquí adentro es feliz.

Muy pronto me iré a la universidad, buscaré un empleo y saldré de aquí para siempre. Sé que regresaré a ver a mi mamá y a mi hermana, asegurarme que estén bien pero yo ya no soportaré todo esto por más tiempo.

Cuando el silencio ha ocupado todo el lugar, yo veo al reloj. Es domingo y apenas son las nueve de la mañana. No sé qué harán las familias normales a esta hora, algunos seguramente salen a caminar o de compras pero la mía siempre va en direcciones opuestas.

No tengo idea a donde sale mi hermana, ni a donde escapa mamá y con quienes se queja mi papá.

Y yo permanezco aquí, solo.

Mi teléfono vibra, seguramente es una notificación de la transición en vivo de una iglesia que yo veo, comenzará en una hora. Lo tomo y me doy cuenta que es un nuevo mensaje.

Es Douglas.

Lo abro y leo: ¿Qué hay?

Sonrío, casi nunca recibo mensajes. Me sorprende que me haya escrito, pensé que Douglas no daba los primeros pasos por nadie, solo esperaba  a que las personas se le acercaran.

Responde: “Hola, solo estoy en casa”

Douglas escribe inmediatamente después de mi respuesta: “¿Vendrás más tarde?”

Envía algo más: “¿Quieres escuchar otra canción?”

Me sorprende que Douglas solo quiera conversar, pensaba que él buscaba una razón para no ser mi amigo.

Yo respondo: “Si llegaré con Angeline pero, ¿A qué hora? No sé si tu familia se molestará. Ah, sí quiero otra canción”

“Mi familia no se molesta por eso” responde.

Después de unos segundos, me envía un link para otra canción.

Lo abro y ya que no hay nadie más en casa, la escucho sin auriculares. El título de la canción es “Future” de Jordan Feliz. No la conocía pero el ritmo me gusta bastante, es muy de mi estilo y la letra es genial. Era justo lo que necesitaba en este momento.

Toda la tensión que estaba sintiendo desaparece mientras la canción avanza. Sé que la escucharé muchas veces, me ha llenado el corazón de esperanza y confianza.

Volteo hacia la ventana y veo el cielo azul con un poco de nubes adornándolo, el sol se proyecta en las hojas del árbol que está al otro lado d la calle. Es un buen día, al menos en el exterior.

Aunque, ahora mismo, escuchando esta canción, se siente como si todo estuviera mejorando.

Abro de nuevo la conversación con Douglas y le envío: “Gracias por la sugerencia, es genial”

Quería agregar todo sobre como mejoró mi día pero no lo hice, no quiero parecer intenso.

Él contesta: “De nada. Ahora no estoy en casa, después de la una pueden llegar si quieren”

Sonrío cuando leo “si quieren” es algo que noto que él dice mucho, como para restarle importancia a sus respuestas.

“Estaré ahí” respondo, luego agrego: “Con Angeline”

“Con Angeline, ¡¡¡Que emoción!!!” Douglas envía, sin duda es sarcasmo.

Suelto una risa pequeña, me lo imagino sonriendo falsamente y levantando las manos. Douglas me ha hecho sonreír mucho, más que nadie, y eso que nos conocemos de muy poco tiempo.

Le escribo: “Bien, nos vemos. No quiero interrumpirte ahora”

Aunque no sé qué está haciendo pero no quiero molestarlo, tal vez solo se acordó de la canción y quiso enviármela, no quería toda una conversación.

Douglas me contesta después de un minuto: “No me interrumpes” agrega: “¿Qué estabas haciendo ahora?”

Pensando en mi familia y en todo lo que va mal.

No envío eso, en su lugar escribo: “Nada, ya no tengo tareas y estoy solo en casa”

“Hablando de tareas, ya que llegarás a mi casa necesitaré que me ayudes con algo de física, ¿está bien?” pregunta.




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