Dias Soleados

Capítulo 28

ANGELINE:

— ¿Por qué no nos dijiste que hoy es tu cumpleaños? —reclamo.

Rueda sus ojos. — ¿Acaso estoy obligado a hacerlo?

—Yo que sé —me siento en el suelo y tengo que subir mi rostro para verlo—. ¿Qué hiciste para celebrar? ¿Qué te regalaron?

—Hice lo que hice —me contesta, evadiendo el tema—. ¿Para qué querías que nos viéramos hoy?

— ¿Necesito un motivo? —Entorno mis ojos—. Eso hacen las personas, se juntan y ya.

Lester se sienta también en el suelo. — ¿No te gusta celebrar tu cumpleaños? —le pregunta.

Douglas se sienta frente a nosotros, en medio. —Me da igual, solo es una fecha más.

—No es cierto —digo—. Es tu día especial.

Se encoje de hombros. —Es un día ordinario, y es menos especial si has venido a molestar.

— ¡Oye! —Lo fulmino con la mirada—. Eres un grosero.

—Um… feliz cumpleaños —Lester le dice.

Él levanta su mentón. —Gracias.

—Sí, feliz cumpleaños —le digo, jugando con mí cabello—. ¿Quieres hacer algo especial? Ya sabemos que es un día ordinario pero ahora estamos aquí y no sé, ¿Quieres?

Los cumpleaños deberían ser días donde sales y te diviertes, ¿no? En mi caso, no he hecho nada fuera de lo común pero sí me han felicitado mis amigos y mis padres me compran regalos sorpresas.

Lester asiente. —Sí, digo… ya fuiste con tu familia pero, ¿Hay algo que te gustaría hacer?

Mira a Lester por varios segundos y luego a mí. —No, no hay nada.

—Que aburrido eres —doblo mis piernas—. Vamos, hazlo porque hoy realmente es el último día que nos juntaremos.

—Eso hemos dicho desde hace días —suelta.

No sé si me gusta la idea de ya no pasar tiempo con ellos, no es como si somos los mejores amigos pero me agradan.

—Entonces, ¿Algo que quieras hacer? —Lester pregunta.

Douglas inclina su cabeza, parece que realmente lo está pensando. —En realidad… creo que sí hay algo.

—Dinos —pido, me sorprende que finalmente aceptó, Douglas es bastante terco.

Sonríe de lado. — ¿Conocen el juego de “La rueda salvaje”?

La Rueda Salvaje es un juego donde te sientas con un monto de extraños en algo que parece una rueda, no hay cinturones y te sacuden sin parar, avanza en ambas direcciones y el objetivo es hacerte caer y empujarte contra los demás.

Nunca me he subido ahí, creo que vomitaría por todas esas sacudidas.

— ¿Eso quieres hacer? —pregunto, con la frente arrugada.

Douglas asiente haciendo una mueca. —No he ido jamás —admite—. Mis hermanos son muy pequeños y mis padres no les gustan esos juegos —levanta sus hombros—. Ese es mi deseo de cumpleaños.

Abro la boca, ¿Debería ir al parque de diversiones con ellos? Una cosa es vernos en nuestras casas pero, ¿Qué pasa si me encuentro con alguien de la escuela? ¿Y si Jonah me encuentra de nuevo?

Aunque quiero divertirme. A Daniela no le gustan esos juegos y Beverly se marea, nunca vamos ahí.

Lester ríe. — ¿Quieres ir?

Asiente, viéndolo por unos segundos antes de contestar. —Sí.

—Bueno, supongo que por tu cumpleaños —lo señalo—. ¡Después no digas que no soy amable!

Rueda sus ojos.

 

—Voy a vomitar —aviso, mientras esperamos en la línea y veo como las quince personas en el juego se tropiezan y caen por todos lados.

Douglas está recostado sobre el tubo que organiza a las personas, como un pequeño laberinto. Lester está a mi lado y solo suelta aire por su nariz por mi afirmación.

—Hablo enserio —creo que no fue buena idea esto—. Quizás yo debería…

—No —Douglas se cruza de brazos—. Tú estabas soltando todo eso de ser mi día especial y ahora lo tienes que hacer.

Ruedo os ojos. —Que malo eres.

Frente a nosotros en la fila hay un grupo de cuatro chicas, parecen tener unos catorce o quince años. Una de ellas se gira y mira a Douglas, ríe nerviosa y susurra algo para las demás.

—Puedes irte —afirma—. Los cobardes huyen, hazlo.

Junto mis cejas. —Eres demasiado molesto —miro a Lester—. ¿No te da miedo?

— ¿Miedo? No, creo que será divertido —responde tranquilo.

Ahora otra chica, bajita y con las mejillas brillantes por lo que parece ser iluminador, mira a Lester y acomoda su cabello. También se acerca a otra de sus amigas y susurra algo, ellas ríen.

Observo a Douglas, luego a Lester y de regreso a Lester. Supongo que aunque no son los chicos más guapos del mundo, si tienen algo de atractivo en ellos. Ambos son altos y eso les ayuda, Lester tiene un rostro más amigable y Douglas se ve “misterioso” quizás eso es atractivo para ellas.

— ¿Qué tanto nos miras? —Douglas pregunta, viéndome.

Señalo al grupo del frente cuando no están volteando. —Tienen fanáticas.

Lester eleva una ceja. — ¿Qué?

Douglas suspira y se gira un poco, dándoles la espalda.

Un minuto después, todos los que estaban en el juego se bajan entre risas, sudor y cabellos despeinados. Sigo pensando que esta es una muy mala idea pero ya estoy aquí y creo que lo único que puedo hacer es hacerlo sin pensar.

—No tienes que subirte —Douglas habla sin verme, camina para subirse al juego.

Lester me mira. —Sí, puedes salir y esperarnos.

—No —respiro profundo—. Yo puedo hacerlo.

Un chico con un uniforme gris y una gorra verde mueve su brazo para pedir que suban rápido, yo levanto una pierna y subo una plataforma plateada, Lester me espera y deja que pase primero.

—Siéntate en medio —Douglas me dice, viendo a unos chicos que se ríen y ven a las otras chicas que iban al frente. Parecen ser de la misma edad, quizás se conocen.

— ¿En medio? —pregunto—. ¿De ustedes?

—O en la orilla —Señala—. Te vas a deslizar y puedes terminar cerca de alguien que no quieres.

Ah, ahora entiendo, Douglas me está cuidando de esos chicos.

Creo que es por esto que Lester afirma que Douglas no es tan malo como quiere verse, él hace estos pequeños actos de amabilidad disfrazados con desinterés.




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