Dias Soleados

Capítulo 30

LESTER:

Llego a la escuela escuchando música con volumen bastante alto.

Doy un par de miradas a mí alrededor solo para asegurarme que ninguno de los que me molesta está cerca. Llego a mi casillero y veo el de Douglas, no está por aquí tampoco.

Me siento triste, por una semana tuve lo más cercano a amigos y se ha terminado. Solo queda que Angeline, Douglas y yo hagamos la presentación y volvamos a nuestras rutinas de siempre.

Llegué a clase de Sociedad y Cultura, me senté al fondo como siempre y detuve la música. Saqué mi cuaderno, tome un lapicero y abrí la siguiente página en blanco.

Mis ojos se mueven a los asientos de al lado, donde Angeline y Douglas se sentaron la clase cuando nos agruparon. Hoy no es la presentación, es el miércoles, pero me pregunto si se sentarán en otro lugar. Si realmente ya no nos habláremos en absoluto, ni siquiera un saludo.

Douglas es un chico muy callado y por el tiempo que ha estado en la escuela he notado que no se detiene a conversar con nadie, que siempre parece querer irse de este lugar lo más pronto posible.

Y bueno, Angeline es amiga de todas las personas que solo se dirigen a mí para burlarse.

El profesor llegó y ellos no se han aparecido aun. Intento que no me afecte en absoluto pero lo hace, siento un poco de tristeza.

Diez minutos después Douglas se aparece en la puerta, mira al profesor con una expresión de disculpa.

—Siéntate, Douglas —pide.

Él se mueve hasta el fondo y se sienta en el escritorio de la última vez, pero no me voltea a ver.

 

La clase terminó, el profesor nos recordó sobre las presentaciones del miércoles y yo tomé mis cosas, dando un par de miradas hacia un lado. Douglas sale, sin hablarme y me siento tan tonto por pensar que éramos amigos ahora.

Que quizás iba a hablar conmigo hoy.

Salí de ahí, paso al baño y cuando salgo veo que al fondo del pasillo Angeline está caminando al lado de Clay. Ambos están viéndose, él la toma por la cintura y ella sonríe un poco.

Así que sí, la vida volvió a como era antes.

 

Fue hasta el final de este día en la escuela que Douglas y yo nos encontramos en los casilleros. Él me miró con una expresión seria, yo asentí, sin mayor emoción. Abrí el casillero para guardar todo, sacar mi libro de matemáticas y un envoltorio de goma de mascar que dejé ahí.

Cerré el casillero mientras Douglas seguía con el suyo abierto y no podía verle el rostro. Giré y casi me golpeo contra alguien.

Es Seth.

Me mira sonriendo de lado, luego mira a Douglas y levanta sus cejas. —Hola, amigo.

Me muevo para esquivarlo, de todas formas ya me voy. Él mueve su pierna y me hace tropezar pero no caigo, solo respiro profundo y doy un paso para seguir con mi camino.

Iba a irme, pero él soltó con un tono de burla: —Me impresiona que te acostaras con Angeline.

Siento una sensación en mi estómago de vacío.

Me giro y lo veo confundido. — ¿Qué?

Seth eleva sus cejas y sonríe ampliamente. —Pensaba que eras un perdedor —mira a Douglas por encima de su hombro, él también está viendo a Seth—. ¿Quién de ustedes lo hizo primero con ella?

Mi boca se abre a la mitad, ¿Qué está diciendo?

Ahora me lleno con una sensación de pánico mientras pienso en Angeline. Hoy no la he visto más que esos pocos segundos cuando iba con Clay, ¿Habrá sucedido algo?

Seth se mueve y pasa a mi lado, suelta una risa burlona.

Douglas da unos pasos hacia mí. — ¿Has hablado con ella?

Niego. —No, no… no la he visto realmente.

No llegó a las clases que compartimos.

Él frunce el ceño. —Yo tampoco la he visto.

Me muerdo la uña del pulgar derecho. — ¿Crees que está bien? Digo… yo, la vi un rato con Clay pero no sé…

Douglas baja la mirada, luego se pasa la mano por el cabello y la frente. —Rayos —susurra— Seguro está bien, estoy seguro que arregló todo con sus amigos.

Eso es posible y espero que sea así.

Asiento, sin saber qué más decir. —Bien… eh, ya me voy —no queda más por hacer aquí.

Douglas exhala ruidosamente. —Lester —aclara su garganta—. Yo… eh, ¿Crees que deberíamos ver si está bien?

Asiento. —Yo creo que sí.

Aun si no somos amigos de Angeline, no puedo confiar en ninguno de ellos y solo necesito saber que ella está bien. No quiero que vuelva a hablarme si ya no quiere hacerlo, pero no deseo que la esté pasando mal.

Me da una palmada en el hombro. —Vamos a su casa.

Ambos nos movemos para salir de la escuela, mientras tanto yo le pregunto: — ¿Por qué crees que dijo eso Seth?

Se rasca el mentón. —No tengo idea pero puede que estén hablando de ella.

—Pero, estaba con Clay —digo, cuando los vi asumí que habían arreglado todo entre ellos.

Douglas exhala. —Eso no es necesariamente bueno.

Salimos de ahí y caminamos a su casa, pasamos por la de él, luego la mía. Espero que esté bien, Angeline es sensible y no sé, no la conozco bien pero se nota que aguanta muchas cosas que no están bien. Solo espero que no le haya pasado nada malo.

— ¿Estará en casa? —me pregunta.

No sé. —Podemos llamarla.

Douglas asiente, yo saco mi teléfono y busco su nombre entre mis pocos contactos. La llamo y espero por varios segundos pero no contesta. Douglas camina hacia la puerta y llama golpeando su puño. Tampoco sale alguien.

Nos miramos, confundidos. Puede que esté con varias personas y no conteste su teléfono porque no lo escucha o se le haya olvidado en algún lugar.

Pero tengo un presentimiento extraño, uno que me dice que tengo que encontrarla.

— ¿Dónde puede estar? —le pregunto cuando regresa a mi lado.

—No sé —admite, con el rostro bajo—. Pero no es nuestro problema.

Supongo que no lo es, Angeline ni siquiera me hablaba hace unas semanas atrás. Quizás debería solo ignorar todo esto y seguir con mi vida, olvidándome de la amiga de Seth, Clay y todas esas personas que se burlan de los demás.




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