Luna que canta en silencio a los vientos del este,
que encanta con su invisible voz, a través del viento y su corriente.
Luna que encamina los pasos de los poetas del presente,
cuyas palabras deja inmortales en su resplandor,
acariciando las olas y su espuma con su luz.
Luna que conoce el secreto de la oscuridad,
que entre sombras nace tras la tempestad.
Esfera de compasión que llora sobre la tierra y sus deseos,
cuando la humanidad no encuentra en ellos mismos el consuelo;
Luna de plata que derrama lágrimas de esperanza sobre nuestro suelo.
Sana con tu magia el dolor de haber perdido,
el dolor de anhelar, de amar hasta odiar.
Luna que enamora al cielo y su amanecer,
danzando entre las nubes, cautivando sin querer.
Dama alvina de rayos plateados,
ilumina con el milagro de tu fulgor la noche.
Purifica la arrepentida alma que se ahoga en el pecado
de ésta mujer que te escribe con los ojos cerrados;
que te escucha aún sin siquiera buscar tu voz,
que siente tan cálida tu gélida luz.