Diciembre Negro

Epílogo

Voy a mandar esta nota de suicidio a mis queridos e incompetentes amigos de la policía. He pensado bien y no me voy a quitar la vida, esos bastardos no merecen que yo sea un trofeo al cual exhiban cuando ellos nunca estuvieron ni cerca de detenerme aunque ya conocían mi identidad. Sí, así de poco eficientes es este sistema de justicia de Midgard Valley.

Envíe la nota vía correo postal a las oficinas de la policía en calidad de urgente, me dijeron que tardaba quizá dos días en llegar así que tuve que poner manos a la obra a lo que llevaba trabajando en mi mente cuando escribía la nota.

Alquilé el cuarto por dos noches más, la señora aceptó el pago por adelantado y yo salí con el tsuru a buscar a alguien.

La verdad me daba igual quien era, si tenía familia o no, si era buen hombre, lo único que necesitaba era alguien de mi estatura y de mi complexión para culminar estos eventos de manera excelente.

Conduciendo por Kavardachi divisé a un hombre que caminaba sólo por la acera y según lo vista era de mi estatura y más o menos de mi complexión, así que lo adelanté en el carro y me bajé del mismo cuando el tipo se acercó; pasé junto a él y mediamos lo mismo. Quizá por milímetros él era un poco más alto que yo pero supuse que no sería ningún problema.

Cuando reconocí que había encontrado al hombre que buscaba me emocioné y podía hacerlo en ese mismo momento, como ya es costumbre en mí mis latidos estaban tranquilos. Eran las 11:00 pm de un sábado, ya sabes que yo soy como un acechador nocturno y no sé porque este hombre que me iba a ayudar estaba solo pero le agradezco.

Observé por arriba de mi hombro si el hombre seguía su camino calle abajo y cuando no volteaba a paso veloz llegue hasta el, lo avente contra una pared de la calle y sin que pudiera ver que pasaba le propiné un golpe certero en la barbilla que hizo que su cuerpo perdiera compustura y cayera. Lo agarré por los hombros y como si fuera un amigo borracho que lo sacas de la fiesta, así lo lleve al vehículo que esperaba en la oscuridad. Metí el cuerpo del hombre inconsciente en el asiento trasero le até las manos y piernas y el trapo que tenía para limpiar el carro pasó directamente a su boca para evitar cualquier grito de ayuda o súplica.

Así pues me fui a dónde rentaba el cuarto, el reloj marcaba la 1:00 am, ya faltaba poco para llegar cuando el hombre despertó y comenzó a moverse como loco aventado su cuerpo contra la puerta del carro. Detuve el tsuru en el costado de la calle y fui al asiento trasero.

- Quedate quieto y no te va a pasar nada. Te lo prometo.

El hombre se movía como loco quería gritarme de cosas pero no salía palabra alguna.

- ¡Ya callate! - le di de golpes en la cara hasta que su cuerpo volvió a desmayarse por otro golpe muy bien puesto en la barbilla. (K.O. muchacho)

Llegué a mi cuarto, quien estaba de cuidador solo me saludó y yo le devolví el gesto levantando mi pulgar hacia él.

Tenía una ventaja y es que la habitación que yo rentaba quedaba hasta el rincón del lugar, justo abajo de un árbol y ahora que era noche no se veía nada de lo que pasaba ahí. Saqué el cuerpo del hombre arrastrandolo por las axilas hasta estar los dos adentro.

Lo recargué en la pared, me puse guantes de látex de esos que usan los médicos, saqué las cosas de la maleta que reposaba en una almohada encima de la cama, y agarré mi escopeta todo tan minuciosamente cuidado que me sorprendió como con el tiempo me volví más preparado en esto de ser un asesino.

Lo que a continuación hice me resultó un poco difícil ya que tuve que poner mi escopeta en las manos del hombre que aún tenía vida, su mano derecha la coloqué en donde estaba el gatillo del arma que descansada en su pecho.

- Gracias por tu ayuda - susurre en su oído. Me coloqué enfrente de él y puse su dedo índice en el gatillo, encima el mío y disparé.

La cabeza voló y llenó de sangre toda la pared, estaba totalmente desfigurado el rostro del hombre, dejé que su cuerpo cayera de lado.

Dejé mis cosas en la maleta, solo me llevé las llaves del tsuru y un poco de dinero. Me subí al carro y me fui ¿a dónde me iré? No lo sé. Y no sé preocupen, no volveré a matar... ¿O si?

 



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En el texto hay: locura, muerte, venganza

Editado: 10.02.2022

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