Dictadura de Metal #1 Princesa de Bronce

Capitulo 25: Amistades Rotas*

Kalium, Metalion

Recordar aquella noche hacía que todo su cuerpo vibrará de la emoción, había esperanza para que en un futuro oscuros y metalianos pudieran vivir entre ellos en paz… como iguales. No todos eran crueles como pensaba, respetaban sus tradiciones y eso lo pudo verificar ayer ante semejante danza que hizo que todo su cuerpo temblará, tuvo que retener las lágrimas que amenazaban con salir ayer en la noche, nunca había visto algo tan hermoso y majestuoso como aquel baile. Eso le daba esperanza en un futuro los dos enemigos jurados se pudieran convertir en aliados y tal vez en amigos. Los metalianos odiaban a los oscuros más que otros myssianos, su gente era conocida por ser guerreros orgullosos y haber sufrido aquella derrota hirió el corazón de todo un pueblo y ese rencor ha pasado de generación en generación. Los oscuros se podía decir que odian a los metalianos más que a otros reinos, pues fueron ellos quienes les dieron más batalla y eso implico casi ser derrotados y perder a la mayoría de sus seres queridos.

un odio puro entre razas y Leari creía que era imposible que ese odio disminuyera, pero al ver que algunos hasta seguir con sus tradiciones le daba la esperanza que nunca había tenido. Se encontraba ensoñada pensando en las bailarinas y su manera de bailar, la música de fondo tan fascinante y el fuego como lucia como pequeñas luciérnagas en el cielo nocturno. Francis chasqueo los dedos frente a ella llamando su atención, haciendo que saliera de sus sueños y volviera a la cruda realidad.

- ¿Te aburrimos Leari? -pregunto Alexandra sarcástica.

Los demás guardianes miraron inquietante a Leari quien era la única distraída, Marian le dirigió una mirada confusa por su comportamiento pues en estas juntas siempre era ella la más atenta y estar distraída era algo anormal en ella. Eso siempre habían admirado los demás guardianes de ella seguramente ellos también se preguntarían lo que le sucedía. Francis también la miro como si fuera una extraña y no reconociera a su mejor amiga, la Guardiana la miro impaciente esperando una respuesta suya. Tuvo que parpadear varias veces para adaptarse a la realidad y pensar en que responder:

-Claro que no guardiana -le negó-. Estaba pensando en nuestras opciones en este asunto.

Esa respuesta pareció no convencerla, pero fue al parecer lo suficiente para que la dejara en paz durante el resto de la junta. Al salir no le pidió que se quedara para regañarla lo cual le extraño, pero tampoco se opuso, lo que sucedió fue que Francis y Marian la siguieron por los pasillos, seguramente para pedirle una explicación de su comportamiento. Entre los dos la llamaron, pero Leari solo se hizo la sorda, lo último que quería era darles respuestas. Fue hasta que les dio la cara cuando dejaron de seguirla.

- ¿Qué quieren? -preguntó harta.

-Te conozco desde pequeño sé cuándo actúas rara y hoy lo estás haciendo -dijo serio-. ¿Qué fue lo que te afectó tanto anoche?

-Solo quiero estar un rato sola -les pidió-. Necesito pensar claramente.

- ¿Qué paso? -preguntó Marian- Tu podrías ser todo menos irresponsable así que es mejor que nos digas que te pasa o no te dejaremos en paz.

Se debatió mentalmente entre si decirles o no lo que paso la anterior noche, estaba a punto de decirles que se metieran en sus asuntos cuando vio la determinación que tenían en su rostro, sabía que no la dejarían en paz hasta que averiguaran lo que le sucede. Los jalo a los dos hasta meternos adentro de su habitación, le echo llave a la puerta asegurándose de que no entrara nadie deseado a interrumpirlos. Respiro tratando de calmarse sin saber porque estaba nerviosa, tal vez por como pudieran tomar la noticia de su encuentro o lo que había descubierto. Los dos la miraron impacientes mientras estaban cruzados de brazos en su cama.

- ¿Nos piensas decir? -inquirió Marian.

Tuvo que agarrar mucho valor para contarles todo lo que había sucedido y así lo hizo. Les contó desde el principio para que Marian entendiera toda la historia, les relato lo que había sucedido con el encuentro con el regente, como la había llevado a un lugar secreto en el bosque donde se encontraban las piedras sagradas y como había oscuras que bailaba para seguir la tradición de ellos, festejando en secreto el festival de luces. Al terminar de contar toda la historia se quedaron sorprendidos sin saber que decir, la reacción que ahora tenía no era lo que esperaba pues se habían tomado bien la noticia lo contrario a la reacción que esperaba. La primera en hablar fue Marian quien se quedó pensativa durante unos momentos:

-Me estás diciendo que hay oscuros que nos tratan bien -dijo sorprendida-. ¿Estas segura que lo vistes?

-No lo creería ni les estuviera diciendo si no estuviera segura de lo que mis ojos han visto -aseguro Leari-. Eran ellos.



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En el texto hay: diosas, reinas y princesas, guerra

Editado: 26.04.2020

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