Dictadura de Metal #1 Princesa de Bronce

Capitulo 31: Doble caída*

Kalium, Metalion

Gezel se había adelantado observando en los puestos de comida que iba a ser lo primero en comprar siendo seguido por unos guardias oscuros por petición de Clark para que lo cuidaran, ellos no lo tomaron tan bien, pero tampoco se atrevieron a discutirlo. Detrás de ellos estaban Leari y Clark caminado a una distancia razonable para que no pudieran ser escuchados por ellos, caminaban en silencio pues este solo estaba esperando a que Leari hablará acerca de querer verlo, pero esta no se atrevía a mencionar una sola palabra.

- ¿Me piensas decir porque me has querido ver? -inquirió.

- Quien dice que yo te quiero ver -dijo a la defensiva-. Este encuentro es solo una coincidencia.

Clark se rio ante su comentario y la miro fijamente, teniendo que desviar esta la mirada para no sentir sus ojos celestes sobre los de ella.

-Los dos sabemos que no nos hemos encontrado “por accidente” -dijo serio-. Has venido a buscarme por alguna razón.

Leari se detuvo de golpe al igual que Clark y se atrevió a mirarlo a los ojos con firmeza.

- ¿Es cierto lo que me dijiste aquella noche o solo has estado jugando conmigo? -preguntó directamente.

Claramente Clark no se esperaba esa pregunta, ahora fue el quien desvió la mirada hacia enfrente evitando mirarla.

-Así que es mentira… todas esas palabras dulces que me susurraste eran más que vacías -dijo decepcionada-. ¿Para qué?

-No son vacías -le susurro al oído-. Sigo pensando lo mismo.

Siguió caminado observando a Gezel comerse un ramo de uvas y corriendo hacia otro puesto para comprar oranxa, una fruta color rosada que era bastante deliciosa y dulce. Leari lo tomo bruscamente del brazo y lo detuvo, mirándolo ferozmente.

-He venido porque necesito saber que si vale la pena haberme peleado con la única persona que he querido en mi vida -dijo frustrada-. Porque si me estas mintiendo entonces no habrá valido la pena destruir lo que tenemos.

Sus ojos habían perdido aquella chispa y pareció por un momento decepcionado.

- ¿Has venido a mi para consolarte? -preguntó molesto-. No sé cómo sea en tu lugar, pero no puedes acudir a mí solo cuando te plazca, yo no tengo tiempo libre.

Leari frunció el ceño confundida, comprendiendo a lo que se estaba refiriendo.

-No es eso -corrigió rápidamente-. Es mi mejor amigo de la infancia -esas palabras hicieron que ese brillo volviera a sus ojos-. Él ya sabía de “nuestros encuentros” y hemos peleado por eso.

-Adivino ¿amor no correspondido?

-Algo así, pero no he venido a platicarte de mi vida amorosa sino de otra cosa -respondió seria-. Solo quería saber que me estabas diciendo la verdad.

- ¿Y cómo sabes que no te estoy mintiendo? -cuestionó-. Si te estuviera utilizando no te diría la verdad.

-Tampoco me harías desconfiar de ti.

-Eres rara Leari -reflexionó, se acercó hasta a estar a unos centímetros de su rostro-. Y eso me da curiosidad.

- ¿Solo eso?

Clark se alejó de ella y le sonrió divertidamente.

-Deberías reconciliarte con tu amigo -se burló-. No me gustaría ser el motivo de que su amistad se arruine -le guiño el ojo-. Solo soy el responsable de separar a doncellas infelices en sus matrimonios.

Antes de que pudiera responder llego un guardia plateado montando un caballo negro, que en el momento de verlos se paró enfrente de ellos haciendo que el caballo relinchara y se parara en dos pies para después adoptara una posición natural. Los dos guardias parecieron haber reaccionado y corrieron hacia Clark junto con Gezel que miraron con asombro al guardia de armadura plateada que bajaba del caballo, tenía en su armadura el signo de una estrella de cinco picos lo que decía que era un mensajero y no de cualquiera sino de la Reina Oscura.

-Su excelencia -hablo cortésmente, le hizo una reverencia-. Me ha costado encontrarlo excelencia, pero al fin que lo encuentro tengo una carta de fuego que ha enviado la Reina para usted -le tendió la carta con el sello de un cisne con una corona en su cabeza de color plateado-. Debe de leerlo a solas -sabía que la indirecta era para ella, Leari se dirigió hacia Gezel y lo tomo de los hombros-. Me han dicho que es de suma importancia.

Clark se alejó a una distancia considerable de ellos, leyendo la carta en silencio y rápidamente pues debía de ser urgente si la misma Reina le había escrito. Al ver la cara del regente como palidecía y mostraba confusión para después pasar a preocupación y por último puso una mirada llena de seriedad y frialdad que nunca antes había visto en él. Eso provoco que Leari se preocupara por la noticia que debía de haberle traído el mensajero. Se acercó peligrosamente hacia él y le enseño la carta.



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En el texto hay: diosas, reinas y princesas, guerra

Editado: 26.04.2020

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