Dictadura de Metal #1 Princesa de Bronce

Capitulo 36: Emboscada

Texas, Estados Unidos

Estaban a punto de entrar al interior de la cabaña cuando Henry escuchó el silbido de una flecha ir en la dirección de Regina, esta se volteó justo a tiempo para que la flecha se quedará paralizada a centímetros de ella. Al principio no entendió como pudo haber pasado eso, primero pensó que había sido obra de Henry, pero él estaba tan estupefacto como ella, entonces observó su relicario este comenzaba a emitir un resplandor. Se miraron entre los dos con preocupación, no perdieron más el tiempo y entraron rápidamente a la cabaña.

- ¿Cómo nos encontraron tan rápido? -preguntó incrédula-. ¿No tenía este lugar salvaguardas?

-Yo también pensé lo mismo -respondió asombrado-. No tengo ni la más mínima idea.

- ¿Será porque elegimos el mismo lugar para escondernos? -le reprochó.

-No es momento de reclamos -repuso alarmado-. Ayúdame a bloquear la puerta principal ¿Hay otras puertas además de esta?

-Es antigua por lo tanto esta es la única entrada y salida.

Regina obedeció enseguida, juntos movieron uno de los estantes donde su madre guardaba su costosa colección de libros y bloquearon la puerta, luego movieron el sofá para reforzar la pequeña barricada que habían construido. Al no escuchar ruido afuera pensaron que se habían retirado lo cual no tenía sentido porque vendrían a matarla, se quedaron pensativos mirándose entre ellos, esperando su siguiente movimiento cuando escucharon el grito de Olena.

-Mierda me queme -se quejó, salió de la cocina-. La comida esta lista -se quedó confundida al verlos aterrorizados-. ¿Por qué parece como si hubieran visto un fantasma?

-Cierra la boca -gruño Regina, vieron unas sombras por la ventana afuera de la cabaña, enseguida se agacharon Henry y Regina, pero al ver que Olena se quedaba quieta la tuvo que jalar esta para tumbarla al suelo. Antes de que pudiera quejarse Regina le tapó la boca-. Nos han encontrado así que cállate.

Esta asintió en silencio, Regina le destapo la boca y se pegaron a la pared para que no pudieran ser vistos.

- ¿Cómo nos encontraron? -susurro-. Esperen pregunta equivocada ¿Cómo nos encontraron en tan poco tiempo?

-No lo sé -respondió Henry-. Esperemos que sean solo nixers o los cazadores de lo contrario no tendremos oportunidad.

-Esas siluetas no parecen personas -mencionó Olena, señalando las siluetas-. Creo que es momento de pensar en cómo vamos a salir de aquí con vida.

Las sombras desaparecieron de la nada dejándolos confusos a los tres, aun así, prefirieron permanecer callados esperando que no los hubiera visto, para su desgracia los habían visto.

-Sabemos que se oculta aquí caballero de azufre junto con la princesa y otra invitada -hablo una voz femenina detrás de la puerta-. Será mejor que se entreguen los tres sino quieren que las cosas se salgan de control y alguien salga herido. Lo único que quiere mi Reina es conocer a tal adversaria por tercera vez para saber si es competitiva o fácil de eliminar. Promete dejarlos libres después de su charla.

-Así como prometió que solo quería reintegrar el reino de la Noche a Myssia y después todos podríamos ser libres -dijo Henry con sarcasmo-. Estas equivocada linda, será que sepas mentir mejor si quieres que salga.

-Tan listo como nos habían dicho -mencionó, su voz era elegante y firme no había ningún atisbo de inseguridad-. Muy bien entonces voy hacer lo más directa posible: Tenemos su pequeña cabaña rodeada con múltiples de mis oficiales y nixers, si salen la Reina la mantendrá viva, pero la mantendrá cautiva en una torre hasta que envejezca, si te portas bien caballero puede que la acompañes.

Henry comenzó arrastrarse hacia la cocina y le indico a Regina que hablará con ella para distraerla mientras él iba por algo.

-Así que es conmigo con quien quieren hablar -dijo Regina, mirando a Olena sin saber que más decir-. Muy bien ya lo están haciendo.

-Ya no escuchó al caballero interesante -dijo pensativa, soltó una risa-. Está bien quiero esperar a que harán.

-No necesito a nadie como mi intermediario si quieres hablar conmigo a quien me tienes -dijo tajante-. Si nos dejas ir considerare dejarte viva a ti y a todos tus oficiales.

Eso les provoco una carcajada no solo a ella sino a sus acompañantes, Olena levanto sus pulgares como aprobación indicándole que siguiera hablando.

- Claro con la única condición que me reconozcan como la verdadera y legitima reina -dijo socarrona.



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En el texto hay: diosas, reinas y princesas, guerra

Editado: 26.04.2020

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