Dictadura de Metal #1 Princesa de Bronce

Capitulo 3: La Hija Menor*

Ciudad de Selenio, Metalion

Al sentir los suaves rayos del sol sobre su cara no tardo en despertarse, tenía que darse prisa si quería ser la primera entre sus hermanas en llegar temprano al desayuno, siempre se acababan los wafles y no le dejaban ni siquiera una migaja. Los miércoles su madre les preparaba wafles de su antigua ciudad con miel de abejas y era la mejor delicia que había en Metalion para ella, por eso era importante despertarse temprano.

Saco de su armario el primer vestido que alcanzo, era un vestido frondoso de color azul real del mismo color de sus ojos, el vestido era de escote cuadrado y sin mangas. Trato de ponérselo por si sola, pero era todo un caos por la grande falda del vestido, cuando logró ponérselo batallo para amarrar por si misma el corsé del vestido.

- ¡Maldita sea cierra! -se maldijo-.

A veces se le olvidaba que ella tenía magia como la hechicera que era, pero sus padres les prohibían utilizar su magia para cosas pequeñas como vestirse cuando eso podían hacerlo por sí mismas, aunque ahora Celine no podía hacerlo por sí misma. Solo basto con agitar varios dedos para que el corsé se amarrara por sí mismo. Se puso sus botas negras de cuero y una bolera de manga larga del mismo color que el vestido solo que con holanes blancos en el puño de la manga.

Una vez estando lista salió corriendo de su habitación hacia el comedor teniendo que recoger sus faldas para no caerse en el camino. Justamente cuando estaba bajando las escaleras su hermana Tarian estaba a unos metros de ella, su cara deslumbro sorpresa no se esperaba que Celine se despertará antes que ella, no perdió ni un segundo más y comenzó a corree hacia las escaleras. Celine tampoco perdió el tiempo y empezó a bajar tan rápido las escaleras como su falda se lo permitía.

- ¡Rubia malnacida! -exclamo Tarian detrás de ella-. ¡Debiste quedarte debajo de tus almohadas!

Llego rápidamente al comedor llevándose una gran decepción, ya se encontraban desayunando sus padres en compañía de Aheli, la hermana mayor de todas y futura hechicera real de Metalion. Su hermana siempre se había caracterizado por ser la más obediente y puntual de todas ellas, si el desayuno se servía a las ocho en punto ella ya estaba diez minutos antes que todos, nunca le podía ganar, pero al menos era la segunda en llegar. Tomo asiento a lado de su madre tranquilamente sabiendo que le había ganado a Tarian.

-Buenos días familia -saludo alegre-. Veo que aún no empiezan.

La comida olía a recién hecha sin ningún signo de haber sido tocada, Aheli soltó un quejido.

-Pudimos comer ya antes si ustedes trío de flojas se levantarán más temprano.

Unos segundos después llego Tarian mirando con molestia a Celine quien le había ganado su lugar a un lado de su madre. Se sentó a un lado de ella, sabía cuál eran las reglas: si llegas primero al comedor tienes la oportunidad de elegir primero el asiento. Y era el asiento preferido de ellas ya que su madre siempre se servía mucho y deja la mitad de su comida, y la que estaba al lado de ella podía reclamar su porción.

-Buenos días -saludo amargamente, sabiendo su derrota.

-No sé porque se pelean por unos simples wafles -dijo su padre sin creerlo-. Parece que llegarían a matar por ellos.

La última en llegar fue Scarlett, era la hermana más calmada de todas, no le importaba competir contra ellas por unos simples wafles si alcanzaba se daba por bien servida y si no esperaba que ellas lo disfrutarán. Por esa razón siempre dejaban una pequeña porción para Scarlett que nadie podía tocar. Llego calmadamente a tomar su asiento enfrente de Celine y a un lado de Aheli, puso una servilleta en su regazo y comenzó a comer.

La admiro por un corto tiempo, Scarlett era la mejor guerrera en todo el templo de los hechiceros mejor que sus hermanas a pesar de su estatura ya que era la más pequeña de todas, parecía un ángel guerrero con su cabello escarlata amarrado en una coleta, había heredado ese rasgo por parte de su madre, su tez era blanquecina, sus ojos eran grises como el de todas sus hermanas pues lo habían heredado de su padre menos Celine, ella había sido la única de sus hermanas en heredar los ojos azules de su madre. Era dos años menor que Aheli, siendo la segunda hija del hechicero real por lo tanto la segunda sucesora si su hermana llegará a morir.

Aheli por su parte era la más obediente de todas al ser la primogénita del hechicero real. Desde pequeña supo cuál era su papel en la historia de Metalion y estuvo veinticuatro años preparándose para su destino. Aheli y Celine eran las únicas que habían heredado el cabello rubio de su padre, solo que su hermana mayor lo tenía de un tono platino mientras ella de un tono dorado, y claramente estaba la diferencia del color de ojos, siendo extremadamente bella con su tez nítida siendo realzada por el color de su cabello y ojos.



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En el texto hay: diosas, reinas y princesas, guerra

Editado: 26.04.2020

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