Tres minutos después...
Desde mi balcón puedo observar el mar...mi gato me mira con amor y me inspira la voluntad de vivir una vida color de rosa…
Sin embargo tres minutos después le grite : ¡Cuidado! se acercaba una ola de gran altura e iba a impactar contra los vidrios, lo primero que pude hacer fue sostener al gato en mis brazos y rápidamente correr hacia la puerta. En ese momento la ola gigante choco contra el ventanal partiendolo en mil pedazos …cerré mis ojos…
Desperté en una cama de hospital , estamos bien, mi gatito había logrado refugiarse en la casa de un amable señor que pudo rescatarlo.