— ¿Qué haces? —Ruby, mi hermana me pregunta.
Me encojo de hombros intentando no parecer demasiado feliz. —Nada, solo decorando estos pastelillos. Se los daré a unos amigos.
Ruby sonríe de lado. — ¿Amigos? ¿O un amigo?
Creo que me atrapó. No es difícil que la gente descubra que me gusta Cameron, aunque decir que solo “me gusta” es algo pequeño. La realidad es que es el chico de mis sueños.
Pero hay varios problemas. Numero uno, Cameron es bastante frio. Es una buena persona pero me cuesta demasiado trabajo entender qué está pensando. Numero dos, no cree en el amor. En absoluto.
No, Cam no tiene una de esas historias tristes. Sus padres se quieren, sus familiares permanecen casados y todo es perfecto en sus vidas. Es solo que Cameron cree que las relaciones a esta edad son una perdida de tiempo y él está mucho más interesado en su futuro académico que en citas, bailes de San Valentín y novias.
Novias… no, Cameron no ha salido con nadie. Al menos que yo sepa. No es como si tengo mis informantes y como si presto atención a cada moviente que hace en las redes sociales. Digo, no es como si reviso constantemente a quien tiene agregados.
Ya sé, es una obsesión pero yo lo llamo amor.
—Amigos —repito, colocando el último corazón de azúcar sobre el pastelillo de chocolate y vainilla.
Ruby niega y me da esa misma mirada que me ha dado desde que me descubrió observando a Cameron por nuestra ventana. Ella y yo compartimos habitación pues tengo tres hermanos más y una abuela que viven con nosotros.
— ¿Por qué no simplemente le confiesas lo que sientes? —Ruby toma un corazón de azúcar y se lo lleva a la boca.
— ¡Ruby! —Le grito—. No los arruines.
Ella suelta una carcajada y me muestra dos dedos, como el símbolo de paz. —Me voy ahora, ten un feliz día del amor unilateral.
Ugh, la odio. (No realmente)
Debe ser fácil para Ruby existir, ella es perfecta. Es alta, ojos grandes, labios rosados naturalmente y linda en todos los sentidos. Además, es inteligente y divertida, yo soy… yo.
Enzo, mi hermano de mi edad entra luego que Ruby sale. Escucho que se dan un saludo/despedida rápido y abre los ojos cuando ve la mesa llena de postres.
— ¿Para mi? gracias, Harmony —extiende la mano pero le doy un manotazo.
—Aléjate, ni se te ocurra — ¿Por qué todos mis hermanos quieren robarme mis postres?
Enzo no es mi hermano completamente, es mi hermanastro al igual que Jeremy (hermano gemelo de Enzo y mi otro hermanastro por consecuencia) y Nash, quien es un año menor que nosotros.
Ruby es dos años mayor y mi hermana biológica. También está Dallas, nuestro hermano de siete años.
Mi padre murió cuando yo tenía como dos meses de nacida, hablo de mi padre biológico y mamá se casó de nuevo tres años despues con quein considero mi padre real. Es mi padrastro pero yo no los veo así.
La madre de ellos tambien murió y bueno, nuestros padres volvieron a encontrar el amor y la esperanza para formar una nueva familia. Todos ellos, Ruby, Dallas, Nash, Jeremy y Enzo son mis hermanos sin importar quien es nuestro padre biológico.
Pero eso no significa que les daré algunos de mis pastelillos.
Enzo hace una mueca y ruedo los ojos. Quizás debí prerparar más para ellos pero, todos son especiales. Hice especialmente diez para Cameron. Sé que son demasiados pero es especial, digo, ¿es el catorce de febrero? ¿Acaso no es normal hacer algo grande y significativo?
Además, cada uno de ellos significa un deseo para mí. Cameron no lo sabe, nadie lo sabrá pero yo sí. Cada uno representa todo lo que he deseado con él.
Nuestro primer beso
Tomarnos de las manos
Bailar juntos,
Ir a una cita
Ver las estrellas
Que me regale flores
Que me abrace muy fuerte
Que me bese (sí, otra vez)
Que me pida que sea su novia
Y bueno… que se case conmigo.
Tal vez no ahora, pero en algún momento. Sin embargo, sí quiero que nos casemos en el “Festival Del Amor” que prepara la escuela para recaudar fondos.
—Bien, ¿Ya estas lista? Nos vamos en cinco.
Asiento, apresurándome cuidadosamente para colocar todos los pastelillos en las dos cajas. Cuando Enzo sale de la cocina otra vez, yo me muevo a la ventana y me inclino sobre la encimera para obtener un vistazo de la casa de Cameron.
Entorno los ojos. Su auto no está, ¿se habrá ido ya?
Siempre pensé que hoy iba a preguntarme si quería salir con él. Mi mejor amiga HeeSoo y yo lo hemos calculado por un tiempo. Asumimos que los chicos prefieren ciertas fechas para que sea más especial y ambas creemos que nuestros chicos se nos declararan hoy.
Tiene que suceder.
Pero Cameron no está y eso me hace preguntarme si quizás, será en la escuela cuando me “sorprenda” con flores y globos. Estoy segura que va a suceder.
Me muevo para tomar todo lo que tengo que llevar, me miro una última vez en el espejo comprobando que mi atuendo que ha sido planeado para hoy especialmente esté en orden.
Mis hermanos empiezan a salir como siempre. Ninguno de ellos parece especialmente feliz por el día de San Valentín. Creo que para todos es un día más.
En especial Dallas, quien está ocupado jugando con su teléfono algo que produce sonidos de armas y hombres dando órdenes.
Salimos al auto y dejo que todos entren en la camioneta antes que yo, así puedo acomodarme sin peligro que mi regalo se caiga. Me siento con la mochila al lado y las dos cajas en mi regazo.
Jeremy se duerme, Enzo conduce, Dallas sigue con su juego. Yo veo hacia el exterior. No está tan despejado como me gusta, prefiero los días soleados y no los que están opacados por las nubes pero no importa. Hoy será el mejor día de mi vida.
O el primer mejor día de mi vida.
El camino a la escuela es corto y como siempre, tengo que darle un codazo a Jeremy para que se despierte. Él arruga la frente y bosteza, estirando sus brazos para golpearme la cabeza.
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Editado: 02.02.2025