Diez Deseos

ONCE

De nuevo estamos en el estacionamiento de la escuela.

—No tenemos que hacer esto —Jack dice al apagar el motor.

Me encojo de hombros. —No es como si nos fuéramos a casar realmente, además, pienso que yo tengo derecho a divertirme. Digo, este será mi último Festival, el otro año ya no estaré en la escuela.

Jack asiente. —Es una buena forma de verlo. En ese caso, vamos.

Bajamos del auto y como lo esperaba, todo está en silencio. La mayoría ya se fue o está en la parte de atas de la escuela.

Me siento diferente. No puedo decir que estoy completamente bien o que olvidado a Cameron, creo que tengo que tomarme un rato a solas para analizar lo que sea que estoy sintiendo pero sí puedo decir que me alegra estar aquí.

Y que tal vez, solo tal vez, Jack no es tan malo como pensaba.

—Oye… —aclara la garganta—. Um, no he tirado esto —Jack saca de su bolsillo la lista que él encontró.

—Ah… eso…

Aprieta un ojo. —Mira, sé que me odiarás pero antes de tirarla quería asegurarme que no fuera algo importante y la leí.

Cuando estábamos en mi casa y le pedí que regresáramos a la escuela, me bajé por unos minutos para finalmente cambiarme la blusa y quitarme la chaqueta aunque luego decidí dejármela con los broches abiertos. Supongo que fue ahí cuando él leyó todo.

No sé qué decir. Me siento avergonzada y un poco tonta. —No es nada importante.

Jack respira profundo y se acerca a mí lentamente. Desdobla la hoja y la levanta a la altura de su rostro. — ¿Aun quieres un San Valentín perfecto?

Mis ojos se abren por sus palabras. —Uh, bueno, eso no es algo importante. Digo, fue algo tonto que hice, olvídalo.

Jack baja la mirada por un segundo. —Puedo ayudarte. Tal vez no en lo del beso pero, podríamos hacer algunas cosas de la lista.

Mi corazon pega un salto. Cuando escribí todo eso tenía a Cameron en la mente pero ahora Jack es quien está ofreciéndome su ayuda para que este día sea lo que esperaba.

Lamo mis labios. —Um, ¿no crees que es tonto?

Sonríe de lado. —Creo que es interesante. Siempre me has parecido una chica que sabe lo que quiere, ¿no?

No sé si esa es la manera correcta de describirme pero me alegra que así me perciba. —Entonces, ¿quieres ayudarme? Digo, no en todo pero tal vez, algo de eso. No sé.

Jack asiente. —Sería divertido. Quieres bailar y yo soy un gran bailarín.

Ruedo los ojos. —No creo que lo seas.

—Lo soy —estira su mano hacia mí—. Esto también está en la lista, ¿no? Tomarse de las manos.

Respiro profundo mientras asiento. Aunque hoy ya he tomado las manos de Jack y ha sucedido antes varias veces, hacerlo después de su gran confesión y que conozca mi lista es diferente.

Estiro mi mano y tomo la suya, él la estrecha y me sonríe. —Vamos a mejorar tu San Valentín.

Tal vez es el viento, la luz o todo lo que ha sucedido el día de hoy pero veo a Jackson y pienso en que realmente entiendo porque derrite a las personas con su mirada.

La manera en que me está viendo hace que por un segundo olvide la forma indiferente en cómo me vio Cameron.

—Entonces, llevamos una —dice.

Asiento, sabiendo que las demás cosas de esa lista son todas relacionadas con el romance y no sé cuáles sí haremos y cuáles no.

—Podemos ir a casarnos ahora —sugiere.

Suelto una carcajada con un huracán en mi estómago. —Um, sí, supongo… será raro pero…

—Será más raro cuando veas que mamá está ahí —afirma.

Abro los ojos. — ¿Qué? No. No lo hemos así, yo creo que ya me odia después de ese espectáculo en su clase.

Jack me atrae a su cuerpo y estamos a tan solo centímetros el uno del otro.

Desde aquí no se puede escuchar la música, solo un ruido mezclado y lejano pero este momento es como una de esas escenas que he visto en muchas películas. Una donde el silencio entrelazado con ruidos del exterior se va mezclando con una melodía suave mientras dos chicos se ven a los ojos.

Siempre pensé que tendría todos los clichés con Cameron pero este momento no es con él y creo que está bien. Creo que aun puedo encontrar muchos rastros de él en mi interior pero sé que lo que merezco es dejarlos ahí, como huellas en la arena que algún día nunca más estarán ahí.

Tal vez Cameron y yo, mañana, seremos solo amigos otra vez. Tal vez todo lo que pasó sea el punto final en nuestra extraña amistad. No estoy segura qué ocurrirá ni de lo que yo quiero que pase.

Jack sonríe lentamente y mi corazón pega otro salto. Ojala se pudiera encontrar una guía o un manual de cómo funcionan los sentimientos. Ojala hubieran reglas para todos pero creo que no las hay. Creo que a veces, dos cosas pueden suceder en menos de veinticuatro horas.

Dejas ir y encuentras.

—Vamos —dice.

Asiento y así, comenzamos a caminar hacia la escuela. Cada paso tiene un significado, cada segundo está dirigiéndonos a un lugar que aún no conozco y por loco que suene, no quiero alejarme.

Entramos a los pasillos que se llenan poco a poco del ruido y la música del Festival. Sigo sosteniendo la mano de Jack como si fuera algo que hiciéramos todo el tiempo.

A mitad del pasillo final donde está la puerta para la parte de atrás de la escuela, Jack deja de caminar.

— ¿Qué pasa? —pregunto.

—Esa canción es tan cursi —dice.

Me encojo de hombros. —Pues es el día de San Valentín, se supone que sea así. Todo cursi, en especial en el festival.

—Entonces, bailemos —sin darme cuenta, se gira para colocarse frene a mí y me toma de la cintura.

— ¿Qué haces? —pregunto.

Me da una sonrisa de lado. —Bailar.

Jack comienza a sacudir nuestras manos de arriba hacia abajo, me da una vuelta y luego me inclina hacia abajo. Poco a poco, mientras bailábamos como tontos, comencé a reírme por sus muy malos pasos de baile.

Me da una última vuelta y termina acercándome a él. — ¿Feliz?

Estamos tan cerca que ver el lunar a un lado de su ojo es muy fácil. Sentir el aroma a lavanda es fácil. Ven los cabellitos de su mejilla es fácil.




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