Dijiste Quererme (amores En Peligro)

Capitulo 31 Al Cielo

-¿Acaso ves que sea yo tu ángel de la guarda que te cuida mientras bebes alcohol con tu amante? 

-¿Pero qué rayos estás diciendo? ¿Cómo te atreves, gata? 

Natalia comprendió de inmediato que no estaba siendo cortés como lo sería una mucama. 

-Perdone, joven. No es mi día. Yo soy la mucama y me toca hacerles la limpieza. 

-Pero no puedes entrar así nada más. Debes tocar. 

-Lo hice pero nadie abrió. 

-¿Tendría que hacerlo? ¿Acaso no alquilé la habitación para tener privacidad? 

-No se enoje, joven. Soy nueva aquí y si no me regañan por una cosa lo hacen por otra-. Natalia juntó las manos pidiendo compasión. 

-¡Sal, ahora mismo!- El tipo tomó un extremo de la sábana que lo cubría y jaló de ella para descubrirse en calzoncillos, y desnudo del torso. 

Natalia quiso aprovechar el incidente y fingir exagerado interés por el torso desnudo y el paquete de la entrepierna de mediano tamaño del tipo. Hizo evidente la forma como abría los ojos y no los apartaba del bulto que se ajustaba bajo el bóxer. 

Pero el tipo volteó los ojos en señal de desagrado. 

-¡Sal de aquí!- Repitió, y fue entonces cuando Natalia se dio cuenta que había un aire de diva en la voz del hombre. Lo que dio al traste con su plan, pues aquel tipo, lejos de interesarse por su sensualidad, estaba viéndola con desagrado, como si fuera una mujer que la mira con recelo. 

-¿Qué esperas? ¡Muévete! 

-Si-. Respondió Natalia torciendo los labios. 

Estaba a punto de salir cuando un recuerdo vino a su mente. 

-¡Mercedes! ¿Cómo era que…? 

Se giró la media vuelta y miró de nuevo al tipo que ahora se había acomodado en la cama dándole la espalda a ella y con la cara mirando la nuca del otro fulano que estaba bajo la sábana. 

Si estos hombres eran gays, entonces, ¿cómo fue que violaron a la mucama?- Natalia sopesó la situación…  ¡bisexuales! ¡Le entran a todo! 

-¿Todavía no te largas?- El mismo tipo gritó después de alzar la cara hacia ella como una tortuga que vuelve a asomarse sacando la cabeza del caparazón. 

-Es que le quiero decir algo muy delicado-. Natalia decidió arriesgarse. Se apresuró a hablar antes de que el tipo la volviera a echar a gritos  -La mucama que atendió en la mañana está habitación se ha quejado con la policía. Ha dicho que ustedes la han violado.

La reacción del hombre fue de asombro y de rabia. 

-¿Qué dices?! ¡Esa Perra está mintiendo! 

-Ella me dijo que ustedes abusaron de ella y llamó a la policía. Yo quiero ayudarlos a escapar. 

-Nadie tocó a ese adefesio. Bueno, no como ella quisiera. Solo la golpeamos. Esa gorda es la ex esposa de mi amigo. La dejó para estar conmigo-. El tipo sonrió y enseñó un colmillo chueco que sobresalía de su dentadura. 

Natalia actuó muy bien poniendo una cara de preocupación.

-Ella salió brava de esta habitación y dijo que ustedes se las pagarían muy caro. No tarda en llegar la patrulla. Así que será mejor que se escondan en otro cuarto. 

-¡Pinche vieja! ¡Sabía que no se iba a quedar tranquila con la madriza! 

-También, no te pases. Fue buena la golpiza.

-Bueno, y tú a todo esto, ¿porque nos quieres ayudar?

A Natalia le temblaron los labios por un momento, pero enseguida recuperó el sentido de la plática.

-Pues mira, si la policía viene, nos va a cerrar el hotel. Y la verdad, Estoy bien, amolada de dinero y no quisiera quedarme sin empleo por culpa de esa gorda, como tú le dices.

el hombre se paró de la cama.

-Mejor dime dónde está esa perra para ir a quebrarla ahora mismo.

-¿Es que no entiendes? Ya no hay tiempo, mejor refugiense en la habitación de al lado, que la policía está por llegar. 

Natalia le agregó a su voz una nota de angustia y corrió hasta la ventana.

-Y no es por espantarte, pero esa gorda, se me hace que tiene algo con el jefe de la policía, ¿por qué crees que le llamó? 

El sujeto con cara de malviviente estaba cayendo en la trampa. 

Se acercó también a la ventana, y coincidentemente, afuera, Mercedes caminaba por el pasillo. 

-¿La ves? Ella está esperando a la policía. Por eso se ve tan tranquila. Sabe que la policía vendrá y los arrestará.

-Pero eso no se lo voy a permitir-. El tipo chasqueó los dientes. -¡La voy a matar antes de que el maldito policía llegue hasta acá!

-Te digo que mejor se escondan.  Yo los ayudaré. y Después, haz lo que quieras, ¡vamos!

Natalia lo empujó y lo obligó a caminar hasta la cama para despertar a su amigo.

Al tipo no le quedó más remedio que sacudir al bulto que permanecía en la cama.

El otro hombre despertó amodorrado y sin encontrar una explicación de por que se le despertando así de intempestivamente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.