Dile al corazón

Capítulo 25: Cumpleaños Problemático.

 

«La vida a veces te confiesa que no conoces a una persona, y no sabes hasta que lo conoces, que tan ciertas son esas palabras».

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—¿No te has dado cuenta de nada? 

—No, ¿de qué me tenía que dar cuenta? 

—La víbora. Podemos decirle lo que sea, hacerle lo que sea y no hará absolutamente nada. Está vulnerable, y no hay nadie que esté a su lado. Se lo merece. Es una total perra.

—¿Quieres decir que podemos cobrarnos lo que nos ha hecho? 

—Por supuesto, ella misma lo aceptará con gusto —entré al aula, logrando que ambas se quedaran calladas. Les sonreí con cortesía.

—¿Les gusta hablar de la gente a sus espaldas ahora? No las veía de esa manera chicas —una de ellas sonríe cínicamente.

—¿Y qué? No somos amigas ni nada por el estilo. Podemos ser y hacer lo que se nos venga en gana, y tú no tienes el mínimo derecho de impedírnoslo —asentí, totalmente de acuerdo con lo dicho.

—Pero ¿sabes qué? El hecho de que quieras lastimar a alguien cuando está en ese estado, no significa que seas mejor persona de lo que es ella. Estarás siendo peor, además de que, ni siquiera conoces a Naomi como para afirmar esas cosas. Actitud que recibes, es por como la has tratado desde el principio —finalicé, sin querer argumentar nada más. Sentándome en uno de los penúltimos asientos.

—¿Y acaso tú lo haces? No seas hipócrita Luna, bien que no la soportabas antes. ¿Acaso te hiciste amiga de la vida de ella? —Sonreí de costado, aguantando las ganas de pegarles.

—Diana, el pasado es pasado. Y de hipócrita no tengo nada, alguna vez peleé con ella; sí. La juzgué en su tiempo; sí. Pero en ningún momento negué que lo hice, en cambio ustedes —alcé mi cabeza, fijando mi mirada en ellas con atención—. Hacen totalmente lo contrario, blasfeman sobre ella, planean lastimarla, ¿y así dicen que yo soy la hipócrita; revisen bien que es lo que sale de su boca, a veces, no tiene ningún sentido.

Ríe con sarcasmo, acercándose a mi pupitre con prepotencia. Calmada, seguí sacando mis libros, sin importunarme por su presencia.

—¿Acaso eres la defensora de esa perra? ¿No has visto como ha tratado a la mitad de la universidad? Se ve que eres igual de adredista que ella. Sin duda son tal para cual. Dios los cría y el diablo los junta —agarro un mechón de mi pelo, calmando mi ansiedad.

 No he tenido ningún reporte, y no será la primera vez que lo tenga. Resolveré esto de manera civilizada, aunque esté realmente tentada a romperle la cara, no lo haré. Sería demasiado arisca, más de lo que comúnmente soy.

—Déjame preguntarte algo, ¿cómo lo han hecho ustedes desde qué comenzamos la carrera? Solo por el hecho de que sea una persona engreída, ya la catalogan como mala persona, ¿por qué? Un diseñador que no sea engreído con sus diseños no puede triunfar, bien por ella que no le falte autoestima, en cuanto a su actitud —sonrío brillantemente—. Nadie se salva de tener mal carácter, que eso sea su modo de defensa no les incumbe a ustedes, y si en primer lugar tanto les molesta su forma de ser; ignórenla. Lo han hecho conmigo, lo he hecho con muchos, ¿por qué con ella es tan diferente entonces?

—Ya Diana, es inútil discutir con ella, a nadie le gusta que hablen mal de su amiga. Cálmate —la agarra del brazo y la aleja de mí, lo más posible.

Esta me dio una última mirada penetrante, a la que ignoré, y seguí con mis apuntes. En pocos minutos, Naomi y algunos compañeros más entraron al aula, la susodicha no llevaba maquillaje, tampoco resaltaba su ropa en negro, con cualquier color neutro. Esta vez estaba llena de colores vivos, lo que lo hacía más extraño. Ella no era así. 

Me quedé viendo cómo se sentaba al final del aula, mirando fijamente a la ventana, agarré mi celular con rapidez, buscando su chat.

Callen, puedo decir que ya no esperaré más por usted, me pone de los nervios. ¿Qué diablos está pasando? 

Miré hacia ella, pero ignoró completamente en el mensaje. Fruncí el ceño.

Mira Callen, no me está gustando esa actitud tuya, ¡al menos coge el maldito teléfono sino me vas a dirigir la palabra por tantos días! Enojada es lo que estoy. No merezco este trato. Es difícil aguantar esto cuando te ves de esa forma, Naomi.

Busca Pleitos: Haz lo que quieras. No está en mí el hacer que dejes de preocuparte, lo haces sola querida, no hay nada de extraño en mí.

Bufé molesta, claro, ¿ahora estamos en la faceta de negación? Vas a buscar que termine por volverme detective.

Muy bien, dejémosle ahí. Ya entendí. Puedes hacer lo que pienses más beneficioso.

Busqué inmediatamente el número de Matthew, a la tarde tenía que estar allí, pero como quiera, necesitaba algo de información, a pesar de que estaba segura de que no sería así. Valía la pena al menos hacer el intento ¿no?

Matthew, ¿estás ocupado? Tengo algo que preguntarte. Estoy realmente preocupada.

Esperé unos minutos, mordiéndome las uñas, por la ansiedad. Recibí unos cuantos mensajes más de Naomi, pero no les di total importancia, necesitaba saber algo, al menos, para no sentirme tan inútil.

No realmente. ¿Qué sucede? ¿No puedes venir al cumpleaños de Cathlyn?

No es eso, ya tengo listo lo que me pondré esta noche. Es otra cosa. Y no hay que ser tan inteligente para saber de quién estoy hablando ¿o sí?

Para nada. Sé a quién te refieres. Pero, no puedo darte información Luna, lo sabes.

No estoy pidiéndote que me vendas su historia completa Matt, la verdad es que no deseo saberla hasta que ella esté lista, lo que me interesa es por qué está de esa manera. El atuendo es lo que define el estado de ánimo de una persona ¿cierto? Naomi está usando algo inusual en ella. Es diferente. Y me preocupa lo que le puede estar pasando. Por favor, cualquier cosa, la mínima que sea que pueda ayudarla, quiero saberlo. En serio.




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