Dilema

Capítulo Cinco

La mudanza

La risas, los llantos, los berrinches, los enojos, los golpes y las caídas. Todo parece venir a mi mente de golpe, parecen estarse reproduciendo como una película en mi cabeza mientras recorro por última vez toda la casa, los pasillos, los cuartos, los balcones, incluso el jardín y el patio de juegos me resultan tan nostálgicos. En este columpio fue donde descubrí que Noah estaba saliendo con nuestra vecina Amely, antes de que a su padre los transfiera a Canadá y cambiase a mi hermano de raíces irlandesas por un canadiense de mierda que la dejó preñada. Regresando al contexto, todo parece ser tan doloroso cuando se vuelve real, no parecía tanto las noches anteriores mientras empacábamos todo en cajas de cartón, pero ahora que no hay nada, esto se siente tan real. Entro de nuevo a la casa y miro las escaleras, aquellas en donde Noah se fracturó la rodilla, aquellas en las que me lastime el tobillo, aquellas en las que papá y mamá siempre se detenían y se besaban cuando estaban un poco ebrios después de su celebración de aniversario. Una sonrisa nostálgica se hace presente cuando recuerdo que esas mismas escaleras fueron las causantes de nuestra visita al hospital aquella tarde en la que descubrimos que mamá iba a morir pronto, y fueron esas mismas donde mamá se desvaneció por completo, en un vestido rosa, con la mirada sin brillo, el rostro pálido y el cabello muy bien arreglado, ellas sostuvieron a mamá mientras yo lloraba pidiendo ayuda. La escena había sido tan bella; la mujer bajando de manera elegante, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, pero que a una distancia considerable parecía que se veía feliz, comenzó a desvanecerse lenta y dramáticamente, como en una película sucediendo en cámara lenta y con luces reflejando detrás de ella, rodeándola y envolviéndola una vez que llegó al azulejo de los escalones, luego la voz de una niña llegando después del movimiento de sus labios, se escucha en alto mientras corre hacia aquella mujer. Suplicaba ayuda, de una manera desesperada pues al final de cuentas, ella era su madre. Me es imposible no llorar mientras la escena de una “pequeña yo” se hace presente en mi mente, ella está gritando, suplicando por ayuda, su mamá se muere en esas escaleras y no puede hacer nada. Siento su impotencia y su frustración combinarse con rabia. La sensación en mi pecho es horrible, dolorosa, tanto que siento como me quema el pecho. La niña sigue gritando mientras intenta revivir a su madre, pero nadie llega y sabe que ya no hay nada que hacer, aunque muy en el fondo esperaba a que alguien llegara y le dijera que había esperanzas y que todo terminaría bien. Pero no sucedió, las cosas no siempre pasan como uno quiere y ese día tuve mi primera lección.

Alguien toca mi hombro y me obligo a despegar la vista de aquellas escaleras, es Noah quien al parecer no sabía cómo acercarse a mí sin asustarme o sacarme de mis pensamientos.

—No te sigas atormentando. Eras una niña.—Exclama. Fueron muchas noches cuando Noah me vino a acompañar en esas mismas escaleras, intentaba llorar de manera silenciosa cada que la extrañaba o cada que me visitaba en mis sueños. Me pedía que no le llorará, pero eso hacía que lo hiciera aún más. Y fue mi hermano quien siempre estuvo para mí.

—Es hora de irnos.—Comento porque no quiero hablar del tema ahora. Él no dice nada, solo me toma entre sus brazos y me pega a su cuerpo.

—Limpia tu rostro, papá y Anne están allá fuera.—Asiento, no es como que luciera horrible, pero al menos debía de fingir que todo iba bien. Noah sale y después de unos minutos más aquí, salgo con una pequeña sonrisa nostálgica para mirar todas nuestras pertenencias en el patio de enfrente, el camión de la mudanza estaba casi por llenarse y aún quedaban cosas, cosas que irían en la camioneta de papá y el auto de Noah.

—Querida, pensé que estabas ya en el auto.—Niego.—Ven aquí, linda.—Me acerco a él y le sonrío. —Aquí, en esta casa te juro, que no me olvidaré nunca de tu madre, es más, no puedo mientras estés tú siempre cerca de mí.—Sabia que lo decía porque era idéntica a ella. Es como si hubiera reencarnado desde hace mucho en mí.

—Nadie lo hará papá. Ahora vayamos a esa nueva vida.—Ambos reímos un poco ante mi tono de voz, un acento horrible en irlandés. Mamá tenía raíces irlandesas y Noah había crecido allá hasta los seis años, pero aun así tenía un buen acento.

Me giro a mirar por última vez la casa y cuando siento las lágrimas picar nuevamente mis ojos me acerco al auto de Noah. Siento que era la compañía que necesitaba más en este momento.

Luego de pasar un rato aquí sin movernos, papá hace unas señas para que Noah baje y para poder darle indicaciones, tomo mi celular y le envío una foto a Cassie para que vea como quedó la casa, como una pequeña descripción le coloco: *Ahora ya no hay colores* porque así es como la veía. Sin vida, sin color, sin nada. Sé que ella debe de estar en la escuela o ya debe de estar llegando a casa o debe de estar durmiendo. No soy buena recordando por cuántas horas nos dejan, ni mucho menos sus horarios. Ella solía recordármelos todo el tiempo.

Noah regresa al auto conmigo y enciende el motor, debemos de seguir al camión de la mudanza, lo cual es sencillo, aunque hubiera sido más sencillo que nosotros los guiáramos, papá suele perderse un poco. Aun así, llegamos sanos y salvos después de cuatro horas de viaje en carretera, no hemos detenido ni un solo segundo, ni siquiera para ir al baño. No sé a qué hora papá pasó por nosotros, no sé qué hora es cuando llegamos a esta nueva casa, lo que importa es que estamos en la nada. Literalmente la casa se encuentra a las afueras de la Oklahoma, colindando con Kansas, en específico con Arkansas City a la que supongo deberemos de asistir a clases. Anne nos explica que el nuevo colegio mío me queda a media hora de casa, es una buena noticia, la mala es que es en auto personal, en trasporte público serían dos horas. Y además agrega que aquí no hay muchos autos que pasen cerca, entonces ahí el problema. Envío la primera foto de la nueva casa a Cassie:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.