Dias incomodos
—¡Callie! ¡Callie! ¡Baja, ahora!.—Mis ojos se abren después de varios intentos fallidos por parte de Noah para que me despertara. Muerdo mi labio inferior cuando siento un fuerte dolor en mi vientre bajo. Bajo mis pies de la cama con cuidado y es entonces que sucede. ¡Hoy no, por favor! El horror en mi rostro se hace presente, era el día en que Anne y papá se iban de luna de miel y nos dejarían a cargo de muchas cosas. Cosa que no me agradaba ya que Harry seguía comportándose como un idiota conmigo. Al menos solo conmigo, con Callie Stella Henderson, seguía siendo un patán, sin embargo había creado una buena relación con Noah, no quiera sonar muy machista o lo que sea, pero supongo que se llevan bien por el mero hecho de ser hombres, pero al menos para Noah y para mí nunca había sido un problema, pero a eso yo le atribuía en que si éramos hermanos de sangre, Noah siempre cuidaba de mí, era yo la persona más importante de su vida y estoy segura de que lo sigo siendo, nos conocíamos de toda la vida, habíamos habitado el mismo espacio durante nueve meses y luego compartimos a los mismos padres, tenemos similitudes exageradas en nuestro ADN y nuestro compartimiento es idéntico en muchos sentidos. Sin embargo, a Harry apenas teníamos unas cuantas semanas de conocerlo, y solo había logrado hacerse “amigo” de mi hermano, lo cual me sorprendía ya que a Noah no siempre le agrada los desconocidos, menos a los que se comportan como imbéciles con su hermanita menor. Supongo que no ha visto su actitud conmigo y por esa razón deja que entre a su vida. No me molesta, para nada, no siento envidia, es solo que me sorprende que Noah se relacione tan fácilmente con alguien que dejó a su madre sola el día más importante de su vida. Iniciar de cero suele asustar siempre, he visto a mi padre los últimos meses morirse de nervios cada que tenía una cita con Anne, cada que planeaban cada detalle de su boda se ponía realmente ansioso y todo se le complicaba más. Así que si, para ambos fue y sigue siendo difícil, pero con el apoyo de la familia y el amor que hay en ella, todo puede resultar mejor.
Regresando mi mente al dolor que siento en el vientre bajo, corro al baño y me confirmo que si es lo que presentía. Mi periodo ha llegado y al parecer planea hacerme sufrir estos tres días. Me doy una ducha rápido y me coloco la copa. La verdad es que es mucho más ecológica y aparte de eso, me hace sentir más cómoda y segura que otra cosa. Las toallas femeninas eran un desastre, me sentía incómoda la mayor parte del tiempo y en verdad que es difícil encontrarlas sin aroma, ese detalle solo hace que lo perfumado y la sangre se mezclen y se perciba un olor espantoso en el ambiente, el otro problema es que tanto mi padre como mi hermano no saben elegir toallas, estuve un día usando toallas sin alas, porque Noah sintió que no eran nada cómodas las alas, y pues hubo ciertos desastres con mi ropa interior. Lo bueno de todo eso fue que Noah me repuso cierta parte de esa ropa; un día entero de shopping para comprar ropa interior y una que otra falda. Me termino de secar el cabello y noto que mi cama sigue igual de desecha así que empiezo quitando las almohadas y luego las sábanas, las acomodo y después de haber hecho este espacio, me dejó caer de espaldas sobre el suave colchón.
—¡Callie! ¿Qué tanto haces que no hayas bajado a despedirte de nuestro padre y de Anne?—Mi ceño se frunce. Estaba claro que Noah me jugaba una broma. Papá nunca se iría sin despedirse de mí.
—Me ha llegado el periodo, Noah.—Y con eso tengo a mi hermano tomándome entre sus brazos y cargándome hasta el elevador, por suerte está casa tenía uno, me agradaba la nueva casa, no me baja hasta que estamos en la planta baja. La primera en verme y en soltar un grito ahogado es Anne, mi padre solo nos mira sonriendo, él sabía que en estos momentos era así. Una Anne preocupada corre hasta nosotros. Dedico una mirada rápida a Harry Mattson, quién tiene en brazos a una Ella dormida, no tiene expresión alguna, o quizás sí; mientras rueda sus ojos noto que hay irritación en sus expresiones. Lamentaba estarlo irritando, nótese el sarcasmo.
—Oh, cielos, ¿Te encuentras bien, cariño?—Asiento, Noah me baja y ella se apresura a tomarme del rostro, me toma la temperatura con la palma de la mano y verifica que en verdad me encuentre bien, su ceño se frunce a modo de preocupación y se gira a mirar a mi padre;—Bobby, debemos de llevarla a un hospital. La tiene que ver un médico. No nos iremos sabiendo que está enferma.—Yo era realmente consciente de mi tono de piel, era un tono claro, muy claro, lo que la gente llama blanco como la leche. Pero cuando mi periodo llegaba adquiría un color un poco raro, de pronto me sentía como uno de los tantos Minions. Se me escapa una risa pequeña y sutil, la tomo por los hombros y la obligo a verme.
—Me encuentro bien, Anne. Es solo... Mi periodo.—Esto último lo susurro, no es como que me guste que los chicos sepan cuando estoy en mis días difíciles. Con chicos me refiero a Harry. Papá y Noah tuvieron que acostumbrarse a esta etapa.
—¿Segura?, No me sentiría a gusto sabiendo que...—Pero Harry interviene, de alguna manera me sorprende y de otra manera me saca de mis casillas con lo que ha dicho.
—Por Dios, madre. Ha pasado años sin una figura materna, claro que Noah puede encargarse de ella a la perfección.—Y recordé las muchas veces en que Noah ha tenido que llevarme al hospital porque me sentía fatal, porque había tenido un incidente en casa mientras me prepara el desayuno o simplemente porque tenía que ir a una revisión de rutina y papá no podía acompañaros por su trabajo.
—Aunque me ha parecido inoportuno, agrio y sin tacto, el comentario de tu hijo, él tiene razón. Noah y ella han formado un gran equipo.—Por Dios, ¿Es que él no recordaba que también tenía una hija? Y que al igual que yo no tenía mamá. Al parecer a este chico no le gira bien la ardilla.