Dilema

Capítulo Ocho

Remodelacion. Parte I

La segunda semana de luna de miel de mi padre y Anne inicio hace dos días, Noah y yo mientras hemos estado yendo a la ciudad continúa a comprar cosas para terminar de decorar el espacio de Anne, sabemos que ama dibujar, y tiene un salón especial para ello en esta nueva casa, la verdad es que me da mucha envidia el hecho de que tenga un ventanal enorme y en la parte de arriba, justo en medio del techo, hay una pequeña ventana que deja que la luz del sol entré directo a la habitación y que ilumina todo el espacio. Noah está acomodando las cosas en el carrito de compras, mientras yo intento buscar una especie de cinta que me ayude para poder pintar sin hacer mal los trazos, por el momento sus cosas siguen en las cajas, queremos darle una sorpresa y si queremos que salga bien, Noah se encargará de convencer a Harry para que nos ayude con las cosas que están aún dentro de aquella caja. Tomo aire mientras sigo buscando dentro del área de pinturas, y comienzo a frustrarme hasta que la encuentro hasta el fondo, elijo un par de cintas y busco a Noah, no está donde se suponía lo había dejado ordenando nuestro carrito, más bien lo encuentro escondido detrás del árbol de navidad que adorna la tienda, estamos a mitades de julio, ¿cómo puede ya haber un árbol de navidad aquí? me concentro en ver el comportamiento de Noah quien al parecer se está protegiendo de algo o de alguien, me quedo de pie mirando en dirección a donde él mira y puedo notar a lo lejos, como mínimo a unos dos metros de distancia, a la chica que le roba los sueños y suspiros y por quien se acelera de manera anormal ese corazón irlandés: Estefanía está de pie hablando con su pequeño sobrino de tres años, al parecer discuten sobre si debe o no de comprarle el juguete que él tiene entre sus manos. Supongo que si yo fuera tía no dejaría de comprarle las cosas que me pidiera esa pequeña versión de Noah. Entonces Estefanía voltea a ver en nuestra dirección, no porque le hayamos llamado la atención, sino porque su hermoso y querido sobrino señala una de las esferas que hay en el árbol, finjo que tengo una llamada y camino en dirección a donde está Noah, tengo que sacarlo de aquí sino quiere colapsar cuando la vea junto a él. Tomo a Noah de la mano y lo obligó a caminar junto conmigo, es un trabajo difícil cuando le tiemblan las piernas y cuando es él quien lleva el carrito de las compras.

—¿La has visto? Es bellísima.—Arqueo una ceja mientras me coloco frente a él deteniendo el carrito a mitad del pasillo de los lácteos. Coloco varios cartones de leche de sabor vainilla, un par de yogures y quesos. Noah sigue ensimismado en la imagen de Estefanía usando ese hermoso conjunto negro y zapatos altos. Normalmente usaba ropa de mezclilla en color negro, me gustaba mucho como se veía, su cabello atado en una coleta, con la caída de este en forma ondulada, se veía bellísima.

—Se vería más linda contigo como novio. Deberías ya de hablarle.—Él me mira como si lo que le acabara de decir contuviera una mala palabra.

—Es complicado, ¿Sabes a cuantos chicos ha rechazado? No quiero arriesgarme a ser uno más de la lista.—Tomo aire mientras él sufre de manera interna, no creo que ella sea tan cruel como para rechazar al chico que ha estado enamorado de ella desde el primer grado.

—No creo que lo haga, ahora anda porque debemos de llegar a hacer demasiadas cosas en casa. De solo pensarlo me duele la cabeza.

Noah y yo llegamos a casa, cuando dejo todo en el que será el estudio de Anne me dispongo a acomodar todo y empezar a pintar lo más pronto posible. Pienso en muchas cosas mientras acomodo el periódico en el piso para no manchar nada. Entonces en mi mente solo aparece la imagen de Estefanía en ese centro comercial, ella vive en Oklahoma y el hecho de que estuviera en... No era nada normal, digo, ¿Porque llevaría a su sobrino a comprar algo simple como un dulce a una ciudad tan lejana como esa? No tenía sentido, ahogó un gritito cuando en mi mente se forma la idea de que Noah fue el motivo para que ella condujera tanto. Reviso en mi historia de Instagram, verifico si ha visto mi Storie, y entonces mi intuición aumenta cuando veo que no le éramos tan inexistentes. No le diré nada a Noah hasta que tenga más pruebas, si es necesario deberé de acercarme a ella para poder averiguar más.

Coloco mis airpods y busco una playlist que me agrade, una que me ponga de buen humor y como siempre es Ed Sheeran el que me hace sentir de la mejor manera. Me ato el cabello en una coleta y me dispongo a comenzar con mi labor, después de esto me daré una ducha y obligaré a qué Noah termine con la parte de los muebles, seguro que ahora debe de estar levitando en su habitación, gracias a Estefanía. Bailo al ritmo de Shape of You, canto la letra y de un momento a otro estoy bailando como si nada, como si no estuviera haciendo nada.

Mi celular vibra cuando mitad del álbum ÷ suena en alto en mis oídos, respondo la llamada y noto que es Zack, mi mejor amigo, el único que logró ganarse la aceptación de Noah.

—Hey, que pasó, Zackie, ¿Cómo has estado?—Zack había tenido que salir fuera de Estados Unidos por un tema de su familia, más bien, un tema de faldas, y hora estaba intentando regresar acá, mencionaba que nos extrañaba mucho, que él quería que estuviera a su lado en este proceso, sé por lo que ha estado pasando y no me alegraba para nada, aunque muchas chicas acá decían que si se lo merecía. Había tenido un problema con su anterior exnovia, y todo le vino después de que Leah Winter, su novia aquí en ese entonces, le dijo que estaba embarazada, lamentablemente ese bebé no era de Zack, él la dejó cuando se enteró y una semana después ella perdió el bebé y todos lo culparon a él solo por el mero hecho de que no quiso quedarse con ella.

Hola, Li, todo bien, gracias. Solo te llamaba para saber si puedes hoy comer un helado conmigo.—Joder, eso sí que no me lo esperaba, eso quería decir que él ya estaba de regreso. Asiento de manera frenética antes de gritarle que sí, sé qué le he lastimado el oído, pero eso no me quita la felicidad.—Bien, entonces, mándame tu nueva dirección, estoy en tu casa y me he acordado de que mencionaste el tema de tu mudanza.—Asiento y pidiéndole muchas disculpas le doy mi nueva dirección, es bueno tener a alguien cercano después de todo.




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