Dilema

Capítulo Veinticuatro

Un gusto, Cara

Los rayos de luz salen y dan de golpe en mi habitación, en estos días me he dado cuenta de que, esta parte de la casa es la primera en iluminarse con la luz de la estrella más grande. Abro mis ojos poco a poco, de esta forma evitaré dañar mi vista, intento moverme, intento levantarme de la cama, pero algo me lo impide, o más bien, alguien. Recuerdo entonces que le he pedido a Harry que se quedará conmigo, pero no podía con la idea de que enserio se hubiese quedado, en mi mente, antes de quedarme profundamente dormida, pensé que se iría mientras yo dormía plácidamente. Al parecer no fue así, o quizás sí y regresó antes de que yo despertara. Me gusta la sensación de estar junto a Harry, me gusta la idea de que estemos juntos de esta forma. Aunque exactamente no sé en qué forma estamos, solo sé que hay algo, algo que nadie sabe cómo explicar, me gusta estar cerca de él, me gusta saber que puedo tenerlo a mi lado, pero me da miedo la idea de que para él esta cercanía implique una especie de alergia. Quizás después de la mamá de Ella, no pensaba conocer a nadie más, y esto que sea que esté surgiendo entre nosotros no sea lo más conveniente por ahora o al menos no lo que estaba esperando. Muerdo mi labio inferior intentando girarme para poder verlo, por suerte, siente mi movimiento y en lugar de ejercer mayor presión sobre mí, su agarre se suaviza y me deja moverme con libertad, me acomodo de modo en que pueda verlo, tiene los ojos cerrados y el ceño relajado, para nada es la imagen que veo todos los días durante el desayuno y el resto del día. Me gusta el Harry relajado y que descansa en mi cama, comienzo a acariciarle el rostro sin siquiera ser consciente de lo que hago, tiene unos cuantos mechones rizados sobre su frente, me gustan, los tomo con cuidado y los levanto, de modo que me dejen ver mejor la vista de su rostro. Su piel es menos blanca que la mía, y sus labios rosados son aún más rosados que los míos, además, están mucho más suaves, por inercia dirijo mis dedos a su boca, acariciando sus labios, mientras los miro y acaricio, Harry me hace una mala jugada; abre su boca y los chupa.

—Mierda, Harry.—Exclamo asustada, me ha pegado un buen susto al hacer eso. Harry me toma de la cintura y me acomoda sobre su cuerpo una vez que ha sacado mis dedos de su boca.

—Lo siento, me dio un poco de tentación.—Me rio.—Como todo en ti.—Exclama acercándose a mi rostro, le regalo una sonrisa y espero a que sea él quien me bese, quiero besarlo yo, pero no quiero ser rechazada y... —No pienso besarte, quiero que lo hagas tú.—Okay, eso no lo esperaba, así que, sin más, lo beso, no puedo arriesgarme a qué su oferta terminara. Lo beso lentamente, disfrutando el momento, mientras Harry intenta contener sus impulsos, su agarre en mis caderas se vuelve un poco más fuerte y me hace soltar un quejido en medio del beso.—Carajo, Callie, no es bueno que hagas eso.—Exclama separándose de mí, lo miro confundida, cosa que él nota y decide explicarme.—Gemir en medio de un beso, sobre mí, no creo que sea una buena combinación.—Mis ojos se abren tanto que temía se pudieran salir de su sitio, Harry disimula una sonrisa y me besa nuevamente.

—Me has tomado fuerte de las caderas, ¿Cómo no quieres que suelte un gemido de dolor, Mattson?—Niega acomodándose conmigo en brazos. Acaricia mi rostro de la misma forma de que yo lo estaba haciendo hace unos minutos, coloca un mechón detrás de mi oreja y acaricia desde el lóbulo hasta mi barbilla, cierro mis ojos y me dejo llevar por la sensación de su tacto, sus dedos índice y medio se detienen en mis labios, los acarician y por un momento siento cosquillas en ellos, mi boca intenta no moverse ni un poco para no perder ese premio, pero algo más se activa en mí. Algo que quizás Harry no quería que sucediera, pero que ha ocurrido.

—Una disculpa.—Exclama poniéndose de pie de inmediato.—¿Puedo usar tu baño?—Mis ojos se abren mucho, nuevamente, aun así asiento, Harry está a punto de entrar al baño, pero le tomo del brazo y le obligo a regresar a mí, me coloco de puntitas y lo beso, su boca y la mía se unen en un apasionado beso.

—No es buena idea, Callie.—Nunca es una buena idea seguir besando aún hombre cuando tiene una erección, menos porque no sabes si será capaz de controlar sus impulsos, pero es que Harry también provoca tanto en mí, que ni yo misma sé cómo explicarlo.

—¿Por qué no es buena idea, Harry?—Me separo de él solo para verlo, para saber que expresión tiene en el rostro en este momento.

—Porque no sabes todo lo que me provocas, Callie.—Me rio un poco antes de volver a besarlo.

—Sé lo que provoco, porque es lo mismo tú provocas en mí, así que, si es recíproco, está bien Harry, quiero hacerlo.—Estaba siendo honesta, quería que Harry fuera mi primero.

—Callie, yo...—Asiento y niego a la vez, parezco loca haciendo esto, pero no me importa.

—Está bien Harry, sino quieres no, no hay problema. Se supone que es cuando la chica esté lista, pero...

—No, si quiero, pero me gustaría que fuera en otro lugar, ¿Sabes? No es lindo tener relaciones en el mismo sitio donde vive tu hija.—Asiento recordando que, en efecto, Harry tiene una hija.

—Oh, cierto, yo...

Harry toma mi rostro entre sus manos y me deposita un pequeño beso en los labios, sé qué debe de estarse muriendo con esa erección dentro de los pantalones, pero es su decisión.

—No hay problema, porque no mejor te pones algo lindo hoy, y nos vamos a cenar.—Mi ceño se frunce. ¿Enserio que vayamos a cenar fuera?

—Harry, estás loco, no creo que Noah...

—Noah sospecha que hay algo entre nosotros, así que no creo que nos diga algo cuando le pidamos que cuide de Ella.

—Dirá que debes de usar condón sino quieres otro bebé.—Harry medio sonríe, no sé si lo hace porque enserio quería hacerlo o porque intenta ocultar lo que verdaderamente siente con el inoportuno comentario que he soltado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.