Capítulo Treinta y Uno

¿Y Harry?

Durante lo que parecen ser varias horas, el silencio se hace presente y hace que todos nos sintamos un poco incomodos. Anne mira a Cassie, y es en ese momento en el que ambas intercambian miradas, que descubro que aquella neutralidad que tanto me incomoda de Harry, viene de ella; de la mujer que le dio la vida. Miro a papá quien tampoco intenta decir algo, estamos ensimismados mirando a las dos mujeres que se miran fijamente, es como una escena en donde dos personajes de alguna historia se reencuentran después de haberse perdido de vista durante un buen tiempo, lo cual me parecería normal, debido a que Cassie ha estado viajando por todo el mundo, así que cabe la posibilidad de que se hayan conocido en alguno de los viajes de mi amiga. Decido que debo de intervenir, no sé si están comunicándose de manera telepática o están en una especie de guerra de miradas.

—Anne,—Exclamo caminando en dirección a Cassie, la tomo por los hombros y camino con ella a mi lado para poder presentarlas de manera oficial.—mira, ella es Cassie Killer, mi amiga. Se estará quedando con nosotros este año, antes de irnos a la universidad.—Anne me mira, luego mira a Cassie y regresa su mirada a mí; sé que también busca el apoyo de mi padre, por lo que con la mirada le pido que se acerque a ella, por suerte me entiende y se dirige a donde se encuentra su esposa para poder tomarle de la mano, por lo que veo, ella aprecia el gesto de mi padre, le da un apretón tan fuerte que pienso que papá puede quedarse sin su mano.—Y ella es Anne, la esposa de papá.—Exclamo mirando a Cassie quien sigue sonriendo, no ha dejado de sonreír desde que se apareció aquí, y es ella quien decide dar el siguiente paso; extender el brazo con la palma lista para ser estrechada con la de Anne.

—Un gusto, Anne.—Anne duda antes de tomarla, y no sé porque siento que su mano tiembla un poco cuando se encuentra con la de mi amiga, ambas la estrechan con una sonrisa incomoda. Creo que a ambas les resulta un tanto vergonzoso conocer a nuevas personas, ¿se habrá puesto así de nerviosa cuando conoció a mi papá? Si fue así, seguro fueron dos los que se han de haber visto muy graciosos.

—El gusto es mío, Cassie.—La tensión sigue, así que debo de ayudar a que esto se solucione.

—Bueno, entonces, ya que hicimos las debidas presentaciones, qué les parece si nos cuentan todo su viaje.—Anne sonríe ahora dirigiéndose a mí, puede que, si haya sido la sorpresa del momento, digo, no creo que papá le haya comentado algo, lo que quiero decir es que incluso hasta a mi padre se le pueden ir ciertas cosas importantes, más aún cuando desconoce ciertas cosas del matrimonio después de tantos años solo.

—Bueno, pues, estuvo maravilloso...—Anne se acomoda en uno de los sillones de la sala, junto a ella está mi padre mirándola encantado, me gusta verlos juntos, es decir, mi padre se ve más feliz, sé que Noah y yo nos demoramos en que accediera a tener una nueva pareja, sé que fallamos muchas veces, pero al final mi padre se dio cuenta por sí solo que merecía darse una segunda oportunidad en el departamento del amor, es un hombre joven y que todavía tiene mucho que vivir y compartir con alguien, y aunque tenga dos hijos, no es lo mismo compartir sus triunfos con nosotros que con alguien más; papá está enamorado de Anne y sé que ella de él, por la forma en como lo mira; el amor flota en el aire, y por alguna razón me causa gracia que mi mente me muestre imágenes de ellos dos rodeados de corazoncitos mientras se miran con ojos de amor, tomados de las manos, sonriendo como un par de adolescentes recién enamorados, espero que esto que tienen ellos dos dure toda la vida. Cassie y yo escuchamos atentas todas y cada una de las historias que tienen de todos los lugares que visitaron, unas más graciosas que otras, me gusta ver que ambos se hacen felices, y puedo decir con toda seguridad que ellos se encontraron en el momento perfecto, creo que era cuestión de esperar. Noah y yo debimos de haber entendido eso hace mucho tiempo.—…y entonces, tu padre no dejaba de gritar.—Cassie y yo nos reímos como locas mientras Anne nos cuenta la historia de cómo mi padre estuvo gritando mientras se lanzaba desde el avión. Creo que ese era uno de los deseos que tenía mi padre en una lista que había escrito hace un par de años y que había mantenido oculta hasta que encontró a la persona perfecta para realizar todos y cada uno de los puntos que había en ella.

—Bueno, bueno,  yo creo que ya es hora de cenar.—Y en ese momento todas las mujeres que estamos en esta casa, nos miramos entre nosotras y soltamos un par de risas mientras nos ponemos de pie. Claramente a él no le gustaba tanto, como a cualquier persona, que saquen temas donde uno se vuelve la burla de otros.—¿Me ayudas con las verduras, Cassie?—Mi amiga asiente sonriendo, camina hasta donde se encuentra mi padre y ambos se dirigen a la cocina. Sé que es una buena manera para que mi padre sepa más sobre mi única amiga, cocinar siempre ayuda a que las conversaciones sean lo más honestas posibles.

—Entonces, Callie, ¿Cómo les fue en Fort Smith?—Mi rostro se ilumina con una enorme sonrisa al recordar los momentos lindos que pasamos en aquel sitio.

—Bien, aunque debo de mencionar que la señal ahí no es nada buena.—Anne sonríe.

—Creo que todos necesitamos un momento de desconexión de todo, aun más de las redes sociales.—Asiento realmente de acuerdo con lo que dice, creo que llega un momento en el que sentimos que es necesario un descanso de todo aparato electrónico.

—En eso estoy de acuerdo.—Los brazos de Anne me rodean en un fuerte abrazo, debo de mencionar que me alegra tener a una mujer como ella a mi lado. Mi padre seguro no solo pensó en lo que una mujer podría brindarle a él como pareja, sino que también pensó en lo que ella podría brindarles a sus hijos, y yo me siento muy orgullosa de él; porque hasta en esta situación, en esta decisión que era muy importante para él, pensó en nosotros.