Escape #1
—Los exámenes me tiene agotada, y eso no es normal en mí.—Miro a Cassie quien se ha tendido en el sofá más grande, mientras que yo me deshago del suéter gris que identifica a la escuela, noto que se ha deshecho de sus zapatos, miro por toda la casa intentado averiguar en donde los ha dejado, pero me resulta imposible esa misión, al parecer los ha arrojado a alguna parte lejos de aquí, el problema será encontrarlos.
—Eh, ¿Dónde dejaste tus zapatos, Cassie?—Intento no sonar preocupada, pero es el único par que quiso comprar para el instituto y no creo que quiera ir nuevamente a ver los horrendos diseños nuevos que han traído en la tienda de zapatos más cercana y que le ha gustado.
—¿Es enserio, Callie? Te estoy diciendo que estoy muy agotada con el tema de los exámenes y a ti lo que te preocupa es averiguar en dónde he dejado mis zapatos. No lo puedo creer, que insensible y desconsiderada eres. Pésima anfitriona.—Me río.
—No, Cassie, lo digo porque no creo que sea de tu agrado ir a buscar otro par a la tienda de zapatos, no sueles emocionarte tanto cuando de zapatos escolares se trata.—Ella me mira por una fracción de segundos y luego vuelve a acomodarse en el sofá.
—Dios, tienes razón Cassie. Ahm, me he deshecho de ellos en el auto de tu novio.—Ruedo los ojos. No me agrada el tono en el que lo dice, y en estos últimos meses he estado insistiendo para que me diga qué es lo que le molesta de Harry, sigo insistiendo en que existe algo entre ellos que no les permite tener una buena conexión, de Harry creo que es esa desconfianza, no voy a decir que a mi trataba de esa forma, tan seca, tan fría, tan... distante, es como si mi amiga tuviera una especie de enfermedad contagiosa y que pudiera causar la muerte de las persona que estuviera en contacto con ella.
—Bien, iré por ellos.—Cassie asiente tomando su celular entre sus manos, agradecía que por esta zona si hubiera una buena recepción, de esta manera es realmente más sencillo realizar las tareas y además para ella; está en contacto con su familia, quienes nos dicen que a finales de este año podremos pasarnos al departamento que le han comprado a su hija, al menos estaremos más cerca de la escuela y también lo veíamos como una forma de independizarme. Aunque creo que, no lo necesito tanto, me la he pasado casi doce años sin mis padres, en primer lugar, porque mi mamá falleció, y, en segundo lugar, porque mi padre se la pasaba en su trabajo consiguiendo el dinero para solventar los gastos de casa. Me gustaría decir que fui independiente al cien por ciento, pero Noah estuvo ahí para mí, él era ocho años mayor que yo así que siempre sintió ese sentido de responsabilidad que existía sobre mí.
Salgo de casa, cierro la puerta detrás de mí, miro mis pies, como avanza uno después del otro, voy tan concentrada en ello que no me doy cuenta de que alguien me está mirando fijamente mientras avanzo hasta su dirección, es hasta que en mi campo de visión aparece un par de pies, elevo la vista y de inmediato sonrío cuando mis ojos y los suyos se encuentran y es en ese mismo instante que una sonrisa se hace presente en su rostro. Me lanzo a él, Harry me toma de la cintura y me eleva lo suficiente para poder estar a la altura de sus labios, sus brazos me rodean perfectamente la cintura, pegándome a su cuerpo, sonrío en medio del beso, me gustaba cuando se ponía de este modo, todo tierno y cursi.
—Papá, dijiste que iríamos por helado, no que besarías todo el día a Callie.—La pequeña Ella hace su aparición, haciendo que Harry y yo nos riamos de lo graciosa que se ve. Harry se gira a verla, sin soltarme.
—Ella, sí iremos, pero Callie viene con nosotros.—Mi ceño se frunce, no creo que sea buena idea.—A menos que no quieras.—Y al parecer él se ha dado cuenta de mi reacción.
—No, bueno, si quiero ir, pero no puedo, le he prometido a Cassie de que comeríamos juntas, no puedo decirle que no.—Por alguna extraña razón, Harry me aleja de la camioneta en donde ya se encontraba Ella desde que llegué y encontré a Harry. No entendía porque él no dejaba que yo hablará de Cassie cerca de Ella, tampoco entendía por qué ellos nunca bajaban a comer con nosotros. Estaba bien que tuviéramos cada uno nuestras propias cocinas, pero no era necesario que nos lo tomáramos tan enserio. Era la comida y la cena los únicos dos momentos en los que podíamos estar juntos, todos.
—Bueno, pero espero que estés desocupada por la noche, te tengo una sorpresa, en dos semanas es navidad y no creo que nos dejen estar juntos ni un solo minuto.—Sonrío.
—¿Y qué tienes planeado?—Harry me mira sonriendo.
—Es una sorpresa que conocerás hoy. Así que más te vale estar lista.—Le regalo una sonrisa.
—Bien, estaré lista para la sorpresa de esta noche.—Harry me deja nuevamente en el suelo y avanza hasta su camioneta, me adentro a casa nuevamente cuando veo que la camioneta de Harry ha desaparecido de mi campo de visión. Cassie me mira con el ceño fruncido cuando me quedo recargada a la puerta,
—¿Y mis zapatos?—Abro los ojos como platos, y me doy un golpe mental cuando recuerdo que eso era a lo que iba,
—¿Tienes hambre?—Exclamo intentando que ella no me odié.
Durante la comida todo surgió bien. Anne y papá hablaron de sus respectivos trabajos, luego fue nuestro turno y hablamos de nuestros exámenes y de lo bien que nos va en la escuela. Cassie recibe una llamada de sus padres una vez que terminamos la comida y nos disponíamos a terminar de arreglar algo que llevaba tiempo queriendo arreglar en mi habitación, sin embargo, sus padres han interrumpido y se la han llevado, bueno es un decir.
Justo a las nueve de la noche, Harry entra a mi habitación, después de pasarme toda la tarde arreglándome; eso hice desde que Cassie se encerrará en su habitación a hablar con sus padres, el tema de Carrie Killer la hermana de Cassie sigue siendo un tema de conversación en su familia, y tengo entendido que cada que su madre se siente triste habla a Cassie para tocar el tema, ¿su madre sabrá que ese tema también le trae malos recuerdos a mi amiga?