Dilema

Capítulo Treinta y Cinco

Dos semanas

Han sido las dos mejores semanas de mi vida, aunque no empezaron bien; para empezar, llegamos a un sitio cerca de la nada, a decir verdad, no me sorprendió que Harry quisiera traernos a un lugar tan solitario, lo que dijo que quería es que todos nos distrajéramos de todo lo que hemos estado haciendo en estos últimos cinco meses,  las vacaciones de navidad han llegado tan rápido que no nos hemos dado cuenta. Así que por esta razón Harry nos ha traído a un pueblo que no conozco y que no sé si se encuentra en Oklahoma o en Kansas, no importa al final, lo mejor de todo es estar con Harry. Y como decía, todo ha iniciado mal, pues estamos cerca de lo que parece ser un lago, muy hermoso por cierto, donde podemos nadar y estar a gusto viendo los árboles danzar a un ritmo divino, pero me ha sucedido lo del periodo y no los pude acompañar, pero cabe mencionar que una vez que finalizó, pude acompañarlos la segunda vez que fueron, y me complace decir que fue una de las mejores cosas, ver a Harry en su faceta de padre me encanta, es tan lindo, tierno y cariñoso, y como no, si Ella es un encanto.

—¿Has pensado ya sobre la universidad a la que iras?—Cuestionó Harry un día mientras desayunábamos, lo miré mal porque se suponía que estábamos ahí para relajarnos, no para hablar sobre temas estresantes, aunque si le respondí.

—Últimamente ando teniendo un dilema con ese tema. Pero ¿por qué lo preguntas?—Yo necesitaba saber cuál era el fin de su pregunta, debía de saberlo antes de responder la suya.

—Pues solo es curiosidad.—Y como siempre, es Ella quien interviene, Se acababa de despertar de una pequeña siesta, supongo que sintió mi ausencia y vino a buscarme.

—No Callie, papá te lo pregunta porque quiere saber que tan enserio estás tomando la relación, lo escuché hablando con James anoche y...

—¿James? ¿Quién es James?—Eso me llenó de curiosidad y antes de que Harry pueda decir nada, Ella me responde.

—Es un amigo de papá, es mi pediatra favorito, pero no lo he visto desde que llegamos aquí. Te caerá bastante bien, es super divertido y siempre regaña a papá.—Me río ante tal confesión, vaya, ya me imagino a Harry siendo regañado por alguien más además de su madre.

—Si bueno, no creo que debamos de hablar de eso ahorita, ¿quieren que vayamos a comer helado?—Ella asiente y nos toma de la mano para que la sigamos nosotros a ella.

Después de haber pasado una semana en aquel sitio en medio de la nada, Harry decidió llevarnos a un lugar con un poco más de personas, Ella se hizo de un par de amigos, he de decir que me ha sorprendido el plan que ha tenido, me gusta cuando se toma tiempo para estar con su hija, es importante que él pase un buen rato con ella. Aunque ese tiempo solo lo pasa con ella mientras no hay nadie, conmigo ha empezado a abrirse un poco más, pero sé que sigue existiendo esa barrera que nos separa, aun así, confío en que si ha estado más abierto conmigo en cuanto a la relación que tiene con su hija, pronto también me contara sobre su familia y sobre lo que tiene en la cabeza y que no le deja dormir, han sido varias las noches en que hemos dormido juntos, han sido muchas las veces en las que se cuela a mi habitación, pienso que esas noches son aquellas en las que las pesadillas le impiden dormir, y bueno eso es lo que me gustaría que fuera; que Harry encontrará esa especie de paz en mí, para poder conciliar el sueño, pero no es así; en todas esas veces en todas esas noches que hemos pasado juntos, las pesadillas se vuelven a hacer presentes.

—¿En qué tanto piensas?—Miro a Harry, ha entrado a la habitación que compartimos, me mira mientras termino de empacar, las dos semanas han terminado y debemos de regresar a casa, mi padre siempre se toma demasiado en serio el tema de la puntualidad, ante cualquier cosa, todos debemos de cumplir con lo que papá dice y con lo que le decimos a papá. Me giro para terminar de arreglar las últimas prendas que quedan en el closet, Anne se encargó de hacer mis maletas para este viaje.

—En nada.—Sí, ahora estoy un poco molesta. Harry y yo hemos estado discutiendo las últimas dos horas, no me ha gustado como ha regañado a Ella y él me ha recordado que yo no soy su madre y que quien es el encargado de manejar su educación es él. Puede que sí, que no sea su madre, pero tuve el mejor ejemplo de cómo ser una buena mamá, y es que mi madre en ningún momento nos regañó de la forma en como lo hizo él, y lo peor es que Ella al parecer ya está acostumbrada a esto. Intento contener todo lo que siento y todo lo que me quedó por decir. Pero una lágrima me traiciona, y tras ella vienen otras más. Intento limpiarlas lo más rápido que puedo, pero es demasiado tarde, Harry las ha visto.

—Hey, lo siento, Callie, por favor, discúlpame, sé que yo no...—Sus manos se posan en mi cintura, intentando pegarme a su cuerpo, pero me alejo lo más rápido posible no quiero que venga con sus palabras lindas, es más, no es conmigo con quien debería de estarse disculpando, más bien, debería de estar en el cuarto de su pequeña hablando con ella sobre lo que no le agradó que hiciera, sobre lo mal que estuvo eso que hizo y sobre lo mal que él estuvo al regañarla.

—No, Harry, no soy yo a quien debes de pedirle disculpas, es más no deberías de estar aquí justo ahora, sino en el cuarto de tu hija, es a Ella a quien le debes de pedir perdón.

—Callie, entiende, Ella debe de comprender que hizo mal en...

—Puede que tengas razón, Harry, pero esa no era la forma de hacerle entender cuando algo está bien o está mal.—Harry asiente, y es entonces que la veo; es una nueva emoción, su tristeza se hace presente y seguida de ella aparece una nueva; la culpa.

—Mira, prometo que cuando lleguemos a casa hablaré con ella, pero enserio debemos de irnos ya.—Las manos de Harry pasan de mi cintura a mi rostro, no me opongo ahora que quiere darme un beso.




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