Dime que te quedarás (amor a lo Escocés #1)

Capítulo 8: Evanna's place

Al día siguiente en la tarde Nancy, Bodric y yo decidimos ir a la cafetería de Aiden, fuimos caminando porque uno, a esos seres les encantaba caminar y dos, el local quedaba realmente cerca de nuestros edificios. Nunca había pasado por esa calle así que era la primera vez que lo veía, por fuera tenía el mismo aspecto antiguo y rustico de los demás locales alrededor, arriba del mismo había un cartel que decía "Evanna's place".

― ¿Por qué Evanna? ― pregunté.

― Era el nombre de su mamá. ―me dijo Bodric

― ¿Aiden le puso a su negocio el nombre de su mamá? Es un bonito detalle de su parte. ―estaba conmovida.

Bodric asintió abriendo la puerta del café― Él la adoraba.

Entré de primera y admiré al lugar, habían unas pocas mesas esparcidas alrededor de éste, en mi lado izquierdo estaba una chimenea apagada con sofás en su entorno, personas se encontraban sentadas ahí tranquilamente, algunos leyendo un libro mientras se tomaban su taza de café o de chocolate caliente, completamente ajenos al ruido que había unos metros más adelante donde estaban unos jóvenes tomando cervezas viendo un partido de futbol desde el televisor de plasma que se encontraba al lado de la barra.

Automáticamente me encantó el lugar, el ambiente que había, como cada uno parecía estar en su lugar ajenos a los otros pero al mismo tiempo estaban conectados, no sabía cómo explicarlo, pero parecía como que cada quién tenía su espacio. Podía ver claramente a Aiden en cada uno de los aspectos de este lugar, él estaba reflejado en cada esquina, como si hubiese puesto todo su ser aquí. Tampoco sabía cómo estaba tan segura de eso, pero se sentía de esa manera.

Aiden se encontraba detrás de la barra hablando con dos de los hombres que estaban viendo el partido de futbol sin notar nuestra presencia.

― ¡Aiden! ―llamó Bodric al acercarnos a él.

El pelirrojo se fijó en nosotros al escuchar su nombre y su boca se transformó en una gran sonrisa sacando a relucir sus hoyuelos. Llegamos a la barra y nos sentamos en los taburetes altos, sonriendo de vuelta.

― No sabía que iban a venir, no me dijiste nada esta mañana. ― nos saludó, diciendo lo último para mí.

Me encogí de hombros. ― Lo decidimos hace unos momentos.

― No queríamos hacerte esperar más por nuestra compañía. ― bromeó Nancy

― Que considerado de su parte. ― dijo Aiden alzando las cejas sin dejar de sonreír.

― Somos todo acerca de consideraciones.

Una camarera pelirroja a finales de sus veintes soltó un chillido al vernos y se apresuró a donde estábamos nosotros.

¿Tenían que ser todos pelirrojos aquí?

― Tenías tiempo sin venir ― dijo la camarera abrazando fuertemente a Nancy.

― He estado tan ocupada este último mes que no he tenido chance ― se disculpó, devolviéndole el abrazo.

La mesera se alejó y frunció los labios cruzándose de brazos ― Aiden me dijo que ibas a venir la semana pasada y me quede esperándote.

― Fue culpa de cierta señorita que se le olvidó decirme que nos habían invitado ―explicó Nancy mirándome

Ay no, aquí vamos de nuevo.

La mesera siguió su mirada notándome por primera vez y sonrió.

― Así que esta es la culpable. Tú debes ser Fabiola.

― Mucho gusto. ― saludé sorprendida de que supiera mi nombre.

Ella se acercó y me acarició el cabello con toda la confianza del mundo. Sí, eso no era extraño ni nada.

― Tu cabello es tan lindo, me encanta el color, siempre lo quise tener negro.

Irónico pensé dado que yo siempre quise tener el de ella

Le sonreí y murmuré un gracias, nerviosa por su cercanía. Dejó de tocar mi pelo y puso su mano en mi hombro.

― Estaba esperando por conocerte, Nancy y Aiden me han hablado mucho de ti, es casi como si ya fueras mi amiga. ― rió tontamente― Soy Lisseth.

Esta mujer irradiaba alegría, sus ojos a pesar de ser negros transmitían luz lo que contrastaba con su piel pálida y al verlos era imposible contener una sonrisa, sin embargo no pude evitar sentir un poco de pena dado que nadie me había hablado de ella, pero no pareció importarle que no supiera quien era.

Se alejó de mí y saludó a Bodric.

― Guapetón, tú también tenías tiempo sin venir ―lo acusó alegremente dándole dos besos en la mejilla.

Él se rió contagiado por su felicidad ― Nancy me tenía amarrado ― comentó en broma ganándose un golpe de parte de ella.

― Ya, ya Lisseth, anda a trabajar que por algo te pago― intervino Aiden riendo cuando nuevos clientes entraron por la puerta.

Lisseth le sacó la lengua haciendo una mueca.

― No eres para nada divertido. ― Nos sonrió de nuevo y se alejó a atender sus mesas.

― Entonces, ¿qué van a tomar? ― preguntó una vez que Lisseth se fue.

― Whisky ― dijo Bodric rápidamente.

Yo había escuchado que la cerveza nativa de escocia que servían en barriles era diferente a la comercial que venían en botellas y mucho mejor, así que eso fue lo que pedí. Nancy en cambio se decidió por un té, sin muchas ganar de probar alcohol todavía.



#9 en Joven Adulto
#345 en Novela romántica

En el texto hay: humor, drama, amor

Editado: 13.11.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.