Dime que te quedarás (amor a lo Escocés #1)

Capítulo 11: Tus hoyuelos, tu pelo y tu acento

¿Qué está pasando?

Volteé hacia atrás buscando a Jackson con la mirada pero la gente ya se lo había tragado, miré la enorme mano en mi brazo arrastrándome y levanté mis ojos hasta encontrar al dueño de ésta, un hombre alto de cabello rojo estaba pegado a la mano.

Yo conocía a esa cabellera

― No tan rápido ― pude decir arrastrando las palabras ― Me voy a caer con estos tacones.

El hombre paró de caminar y me miró, la furia emanaba de cada uno de sus rasgos. Si, era Aiden.

Un muy molesto Aiden.

¿Por qué estaba molesto? No me gustaba verlo enojado

― No estés molesto ― creo que dije y me acerqué a él acariciándole el rostro ― Te ves muy feo con esa expresión enojada.

― Estas borracha ―dijo alejándose.

Me encantaba su voz, así que se lo dije ― ¿Qué? ― preguntó frunciendo el ceño

― Me encanta tu voz ―repetí tratando de sonar seria ― Creo que estoy enamorada de tu voz.

Él suspiro con frustración y se llevó una mano al pelo, desordenándoselo.

― Y estoy enamorada de tu pelo también. ―observé tomando un mechón entre mis dedos

Agarró mis dedos alejándolos de su cabello ― Unos tragos más y creo que puedes admitir que estas enamorada de mí ― sonrió mostrándome sus hoyuelos, la furia abandonando su rostro.

― Estoy enamorada de tus hoyuelos también ― suspiré metiendo mis dedos en sus hoyuelos, siempre había querido tocárselos. Él soltó una carcajada sin alejar mis dedos esta vez. Hice un puchero ― Jackson no tenía hoyuelos.

Su cara se contrajo ― ¿Quién es Jackson?

― Mi amigo, estaba bailando con él y me alejaste, eso fue bastante grosero Aiden Strachan ― lo regañe juguetonamente.

Él dejo de sonreír y su expresión se volvió fría alejándose de mí.

― Nos vamos ― anunció y se dio la vuelta.

― Pero yo no me quiero ir ― me quejé ― me estaba divirtiendo.

― Si yo digo que nos vamos, nos vamos ― soltó hablándome duramente, nunca me había hablado así y decidí que lo mejor sería hacerle caso

― Pero no puedo caminar, me duelen los pies.

Él suspiró perdiendo la paciencia de nuevo. Esto era extraño, nunca lo había visto perder la paciencia tantas veces seguidas

― Eso hubieses pensando antes de bailar con un desconocido toda la noche.

Yo me reí tontamente ― Pero era bastante lindo.

Creo que eso lo hizo molestar más porque se acercó a mí y me alzó, cargándome sobre su hombro.

― ¡¿Pero qué haces?! ― grité, mi cabeza estaba boca abajo chocando contra su espalda mientras él se apresuraba fuera del lugar. ― creo que voy a vomitar

Pude escucharlo maldecir y caminó más rápido

― Aiden ― balbucee tapándome la boca con la mano, la gente nos veía extrañados al pasar por su lado. Debía de lucir patética ― No creo que pueda aguantar más.

Pude sentir todo lo que había ingerido esta noche subir por mi garganta y tragué fuertemente intentando resistir un poco más. Finalmente Aiden me bajó y vomite en la calle sin poder contenerme. Definitivamente no estaba contándoles a mis amigos esto. Él me aguantó el pelo detrás de mí con una mano y con la otra me masajeaba suavemente la espada mientras mi cuerpo daba arcadas tratando de sacar todo.

Escuché a algunas personas riéndose al verme y no tuve la energía suficiente para sacarles el dedo. Esto solo mejoraba.

― ¿Te sientes mejor? ― preguntó Aiden cuando termine de vomitar. Su voz sonaba preocupada pero su expresión seguía enfadada.

Me límite a asentir, sin querer hablar. Mi aliento tenía que estar apestando en este momento pero al menos la embriaguez estaba abandonando mi cuerpo y el recuerdo de los últimos minutos pasó por mi mente cada vez más lucida.

Oh dios mío, qué vergüenza, me lamente internamente queriendo golpearme en la cabeza. Casi me había besado con un desconocido en una discoteca y Aiden me había visto. Y para rematar le había dicho que estaba enamorada de su voz, su pelo y sus hoyuelos y él había insinuado que también estaba enamorada de él. ¿¡Qué?!

Mi cabeza estaba empezando a palpitar por el esfuerzo, era demasiado para procesar en este momento, quería irme a casa, cepillarme los dientes y dormir.

Aiden me miró fijamente examinando mi expresión y suspiró... otra vez ― Espérame aquí, no te muevas y lo digo en serio Fabiola ― dijo sin rastro de diversión en su voz

― No voy a ir a ninguna parte ― susurré mirando al piso, sin atreverme a mirarlo.

Me recosté en su coche, necesitando apoyarme en algo y lo escuché alejarse. Levante un poco mi vista y lo vi hablando con el gorila de la entrada, este se alejó y regreso unos segundos después trayendo un agua y otra cosa consigo dándoseles a Aiden. El gorila le dio unas palmaditas en la espalda y se rió viendo hacia mí.

Aleje mi vista rápidamente y miré al suelo de nuevo, escuchando los pasos de Aiden acercándose.



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#322 en Novela romántica

En el texto hay: humor, drama, amor

Editado: 13.11.2019

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