― Sabes que el viernes en la noche Aiden y yo fuimos a una discoteca...
― Así que por eso lucia horrible el sábado. El hombre parecía como si no hubiese dormido nada en toda la noche ―me interrumpió Lisseth
Estábamos sentadas en el bar de la cafetería hablando, aprovechando el momento de tranquilidad que siempre se respiraba a principios de la tarde
― sí, llegamos tarde ― dije sin querer explicar porque no había dormido nada.
― ¿Entonces como la pasaron? ― indagó
― Bien, nunca había salido de fiesta aquí y me encantó la discoteca. Un amigo de él, Devon, estaba tocando.
Lisseth hizo una mueca al escuchar su nombre. ― Sí, sé quién es.
― ¿No te cae bien?
― Sinceramente no sé cómo Aiden es amigo de él.
Yo me había preguntado lo mismo hasta que los vi tocar juntos en el escenario, pero preferí reservarme eso para mí.
― A mí tampoco me agradó mucho. ― murmuré ― pero el punto no es ese... a que no adivinas qué pasó esa noche
Estaba tan emocionada por ver la reacción de Lisseth cuando le dijera
― ¿Qué sucedió? ― una sonrisa se formó en sus labios
― Aiden coqueteó con una mujer. ― solté haciendo énfasis en la palabra coqueteó. La miré atentamente esperando que se riera y empezara a burlarse de su jefe pero solo juntó las cejas con confusión
― ¿Aiden coqueteó con una mujer?
Asentí energéticamente
― ¡Si! Y eso no es lo mejor
― ¿Eso no es lo mejor?
― ¡No! bailó con ella, como por toda la noche y hasta intercambiaron números. ― expliqué emocionada
Lisseth dejó de sonreír examinando mi expresión ― ¿Aiden filtreo con otra mujer estando contigo?
Rodé mis ojos ― Sí, quiero decir prácticamente tuve que obligarlo a que accediera pero al final lo hizo
― ¿Tú lo obligaste? ― repitió lentamente
Suspiré perdiendo la emoción ― Si Lisseth, pero ese no es el punto. ¡Aiden consiguió el número de una chica!
― Ya entendí eso pero igual es extraño
― ¿Por qué es extraño? ¿Y por qué no estas emocionada como yo?
No entendía su reacción, Aiden consiguiendo el número de una chica después de haber rechazado a varias en las últimas semanas era una gran cosa. Ella me miró y después volteo su mirada hacia Aiden quien estaba hablando con unos clientes unos metros más allá.
― No sé, simplemente pensé que...
― ¿Qué pensaste? ― pregunté al ver que no terminaba su oración
Ella negó con la cabeza mirándome otra vez ― Nada, no importa.
La miré sin entender su actitud.
― Pienso que deberíamos acosarlo para que nos diga cuándo van a tener una cita
Sus cejas se alzaron con sorpresa ― ¿Van a tener una cita?
― Bueno me imagino, para algo se dieron el número
Ella se rió ― Eso sería divertido de ver
Mis labios se ampliaron en una gran sonrisa, esa era la actitud que esperaba ver
― ¡Exactamente! Deberíamos extorsionarlo o robarle el teléfono y revisar sus mensajes.
Sus ojos brillaron con travesura por la idea ― Si, sí. Yo lo distraigo y tú se lo quitas.
Nos levantamos dirigiéndonos hacia él, intentando aguantar las ganas de reírnos.
― ¿Que están tramando ustedes dos? ― preguntó al ver nuestras caras
― Nada ―respondimos al mismo tiempo
Él se cruzó de brazos mirándonos con sospecha. ― Sí y yo nací ayer.
Lisseth rodó sus ojos ― Deja de imaginar cosas Strachan, y ven a ver esto.
Sacó la libreta del delantal donde anotaba los pedidos y Aiden se inclinó hacia ella para ver mejor. Su teléfono estaba en el bolsillo trasero de su pantalón, sobresaliendo un poco cuando se inclinó.
Perfecto, caminé disimuladamente detrás de él y estiré mi mano sacándole el celular rápidamente.
¡Yes!
― ¡Hey! ¿Por qué tocas mi trasero? ―protestó enderezándose, poniendo una mano en el bolsillo de atrás― ¿Dónde está mi teléfono?
Corrí hasta detrás de la barra prendiendo la pantalla rápidamente, Lisseth siguiéndome el paso riéndose.
Mierda, tenía clave, no habíamos pensando en eso
― El teléfono tiene clave
Ella se dio un golpe en la mano con la frente. ― Estamos jodidas.
― ¿Que hacen con mi teléfono? ― acusó Aiden detrás de nosotras
Nos volteamos y escondí el celular detrás de mi espalda
― Nada ―dijimos al mismo tiempo de nuevo
Él alzó una ceja expectante. ― Dame mi teléfono Fabiola.
Yo sonreí inocentemente ― Primero dime cuando es tu cumpleaños
Sus cejas se fruncieron en confusión ― El tres de mayo ¿por qué?
Me di la vuelta nuevamente colocando los cuatros dígitos rápidamente.
Contraseña incorrecta. Mierda