Dime que te quedarás (amor a lo Escocés #1)

Capítulo 20: Arepas

― Lamento decirlo pero Ethan ganó ― dije en la parte de atrás del carro después de contar los números que cada uno había conseguido. Ethan había ganado por tres números.

― ¿Qué? Eso es imposible ―Gabriel se veía un poco enfadado― Tuviste que haber hecho trampa

Ethan se rió 

― Cariño, te dije desde el principio que iba a ganar. Tengo más suerte con las mujeres

Gabriel bufó ― Tú podrás tener más suerte con las mujeres pero yo tengo más suerte con los hombres y dado que no somos heterosexuales...

La risa de Ethan murió al instante, perdiéndole la diversión al asunto y Gabriel y yo nos reímos fuertemente al ver su expresión.

― Gabriel uno, Ethan cero ― dije. Él ignoró mi comentario y siguió manejando.

― Me muero de hambre, deberíamos pararnos a comer algo ― dijo Gabriel después de un rato.

― Yo también ―eran como las cuatro de la mañana y después de una larga noche, algo de comer era lo que mi cuerpo necesitaba― una arepa a esta hora no caería mal ―suspiré extrañando mi comida post rumba de siempre

― ¿qué dijiste? ¿Arepa? ― preguntó Ethan

― Sí, arepa

― ¿qué mierda es eso?

― ¿Qué? ¿De verdad no saben lo que es una arepa?

― No ― dijeron los dos al mismo tiempo

― Oh dios mío, ustedes tienen que comer una, como ahora mismo. Es lo mejor que probarán en sus vidas. Se lo juro. En Venezuela después de salir de una fiesta siempre me como una, es lo mejor

― No creo que quiera comerme una arepa ―dijo Gabriel haciendo una mueca

Me incliné hacia su asiento y lo golpeé en la cabeza

 ― No digas arepa con asco.

― auch, eso dolió ― se sobó donde lo había golpeado

― Nunca digas arepa con asco frente a una venezolana, ahora busquemos un local donde la vendan y se van a comer una

― ¿Y dónde van a vender arepas a esta hora en Londres?

Mierda, no había pensado en eso 

― ¿No hay en todo Londres un lugar donde vendan comida venezolana? Vamos, tiene que haber un lugar. Piensen

Ellos dos suspiraron exasperadamente pensando.

― Bueno, hay una calle donde hay varios locales de comida latina, quizá ahí vendan pero no te aseguro nada ― comentó Gabriel después de un momento

Empecé a asentir energéticamente 

― ¡si si si! Por favor, vayamos. ―no había comido una arepa desde que deje Venezuela hace más de un mes. No entendía cómo hacia Nancy para sobrevivir sin ella.

Ethan cruzó por una calle dirigiéndose hacia el lugar de comida latina y grité cuando llegamos al ver un local que decía "El rincón venezolano" abierto. Dios me amaba en este instante. Ethan frenó de golpe lanzándonos hacia delante

― ¡¿Estás loca mujer!? ¿Por qué gritas de esa forma?

Ups

― Lo siento, es solo que me emocioné ―señale hacia el local― ahí deberían vender

― No vuelvas a gritar así si no quieres matarnos a todos

Manejamos los pocos metros que quedaban hasta el restaurante y se estacionó al frente. Me bajé rápidamente en cuánto pude y corrí hacia el local, Ethan y Gabriel siguiéndome unos segundos después. Las personas detrás del mostrador y las que estaban sentadas comiendo me miraron un poco asustados al verme entrar de esa manera

― Fabiola, tranquilízate ― llamo Gabriel detrás de mi

Me detuve dejando que me alcanzaran ― Estoy tranquila

Los dos hicieron el mismo gesto de desaprobación, sonreí inocentemente.

― ¿cuál es la emoción con esta arepa de todas formas? ¿Que trae?

¿Cómo le explicabas a alguien que nunca la ha probado que es una arepa?

― Es como una especie de tortilla hecha a base de harina de maíz la cual puedes abrir y echarle lo que quieras.

― ¿Lo que quiera? ― preguntó Ethan con confusión

― sí, vengan. Vamos a pedir ― caminamos hasta el mostrador viendo un cartel enorme con el menú

― Ni siquiera sé que pedir ― dijo Gabriel viendo el menú sin entender

Los ignore y pedí tres arepas reinas pepiadas. Una vez que nos las dieron nos sentamos en una mesa. Ethan y Gabriel mirando sus enormes arepas con expresiones asustadas. Gabriel agarro su comida con una servilleta viendo lo que tenía adentro 

― ¿Tiene pollo y aguacate? ¿El aguacate se puede comer así?

― No estoy seguro de cómo va a saber esta combinación

Me reí ― Dejen de quejarse y prueben, no se van a arrepentir

Los dos se miraron, dudando si hacerme caso o no. Un segundo después tomaron sus arepas y le dieron un mordisco. Sus expresiones cambiaron al instante, los ojos de cada uno se abrieron con sorpresa

― Esto sabe exquisito

― ¿por qué no había comido esto antes?

― Bendita sea la comida latina

Alcé mis cejas regodeándome 

― Se los dije ― no sé por qué el recuerdo de Aiden y yo la primera vez que me llevó a comer croissants pasó por mi mente.



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#345 en Novela romántica

En el texto hay: humor, drama, amor

Editado: 13.11.2019

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