Llegamos de Londres un par de horas después, Candice ya se veía un poco cabizbaja por la falta de Damián
― ¿No quedaron en cuando iban a volver a verse? ―le pregunté mientras esperábamos las maletas
Ella sonrió con un deje de tristeza ― En tres, cuatro semanas quizá, todo depende de su trabajo
Asentí sin saber cómo animarla, no tenía experiencia en relaciones a larga distancia y esperaba no llegar a tenerlas. Amor de lejos felices los tres solían decir aunque estaba segura de que eso no aplicaba en Damián y Candice
― ¿Agarramos un taxi? ―pregunté una vez que tuvimos nuestras maletas y empezamos a caminar hacia la salida
Ella sonrió mirando hacia otro lado ― No creo que haga falta
La miré confundida ― ¿Nancy vendrá a buscarnos? No me dijo nada
― Otra persona nos vino a buscar ― me hizo un gesto con la cabeza hacia algo detrás de mí
Me giré mirando hacia donde me había señalado sin entender, y en un segundo, identifiqué una cabellera roja al instante. Reconocería esa cabellera en donde fuera
Aiden
Él estaba unos metros más allá mirando a su alrededor como buscando algo, cuando encontró mi mirada unos segundos después. Nos quedamos quietos en nuestros sitios por un instante sin hacer más nada que mirarnos hasta que mi cuerpo reaccionó y salí corriendo hacia él
Lo había extrañado, en este momento al verlo, me di cuenta de lo mucho que me había hecho falta estos últimos días.
Me atrapó en cuanto me lancé hacia él, girándome en el aire. Mi corazón se hinchó de felicidad cuando sus brazos me apretaron a su pecho y enredé mis piernas alrededor de su cintura. Justo como un mono. No me importaban las miradas de la gente cerca de nosotros, yo estaba feliz de estar junto Aiden otra vez
Sentí su cuerpo relajarse al abrazarme y enterró su cara en mi cabello
―Volviste, mi niña
Mi niña, me encantaba cuando me decía así, mucho más cuando lo escuchaba de sus labios con su hermosa voz. Sonreí contra su cuello, envolviendo mis brazos alrededor de este, inhalando su olor, olía a jabón y a loción después del afeitado, tan varonil. Había extrañado su olor. ¿Eso era normal no? ¿Extrañar el olor de tu mejor amigo? Dios, estaba empezando a volverme loca.
― Te extrañé ― susurré contra su piel
Su agarre se apretó más en mí y lo sentí sonreír en mi pelo
― Yo también te extrañe, han sido los cuatro días más largos de mi vida
Me reí apartándome un poco para poder mirarlo a los ojos
― Estoy hablando en serio
Sus ojos recorrieron toda mi cara provocando que casi me sonrojara por la intensidad de su mirada
― Y yo ―depositó un suave beso en mi frente. Mi piel se erizo cuando bajó la mirada a mis ojos otra vez acariciando mi mejilla con su pulgar. Un brazo suyo alrededor de mi espalda y mis brazos rodeando su cuello evitaba que me cayera.
― No sabía que ibas a venir a buscarme, no me dijiste
―No respondías mis mensajes desde el viernes por lo que decidí hacer algo al respecto
Ups, por estar cuidando a Ethan ayer había olvidado checar mi celular. Empecé a murmurar una disculpa pero alguien aclarándose la garganta junto a nosotros me interrumpió
― No quiero hacer de mal tercio ni nada pero me preguntaba si íbamos a tardar mucho porque tengo que llegar haciendo unas cosas para la editorial. Trabajo acumulado y eso
Mierda. Me había olvidado de Candice y de mi maleta... Y mis piernas seguían envueltas en la cintura de Aiden. Sentí mis mejillas quemar por la vergüenza y me bajé de Aiden, separándome lo más que pude, no quería que Candice pensara cosas equivocadas
Ella nos veía con diversión, notando mi vergüenza. Diablos, ya empezaba a hacerse ideas equivocadas
― Olvidaste tu maleta ― dijo tendiéndomela. Podía sentir la mirada de Aiden fija en mí todavía pero hice lo que pude por ignorarla, estaba un poco apenada por mi reacción tan efusiva.
Aiden agarró nuestras maletas y caminamos hasta el estacionamiento, montándonos en su coche
― Entonces, ¿cómo esta Damián? ¿Cuándo regresa? ― se interesó una vez empezamos el camino hasta casa de Candice
― Está bien, gracias por preguntar, si el trato sigue como hasta ahora seguro regresa en un mes más o menos
Alguien se viene y alguien se va.
― Esas son buenas noticias. Dile que tengo una botella de whisky con su nombre esperando por su regreso
―oh, le digo eso ahorita y es capaz de venirse enseguida ― bromeó Candice
― ¿a qué esperas? ―Aiden le guiñó un ojo mirándola desde el espejo retrovisor ― ¿y bien? Que tal la pasaron estos días, ¿cómo estuvo Londres?
Candice suspiró ― Igual que siempre, nublada y lluviosa. Peor que aquí, imagínate
― El viernes no llovió ―recordé― en realidad hizo un tiempo estupendo el viernes.
― Sí, el único día porque ayer llovió todo el día. Damián y yo apenas pudimos disfrutar cuando salimos.