― ¿Estas segura de que estas bien?
― Estoy perfecta y maravillosamente bien ―me reí alzando la vista hacia el cielo nocturno― mira Aiden, hay luna llena... Es tan hermosa
― Sí, lo es. ―bajé mí mirada cuando sentí sus dedos colocando mi cabello detrás de mí oreja, mirándome
― Ni siquiera la estás viendo ―volví a reír y señalé hacia el cielo con mi dedo― está allá arriba
― Sé dónde está la luna ―aguanté su cabeza entre mis manos, obligándolo a que subiera la vista al cielo.
― Mírala, y mira las estrellas ―suspiré, el cielo estaba completamente iluminado, como si estuviéramos en el campo y no en la ciudad. ― Es tan hermoso y tan triste
― ¿Por qué triste?
― Porque todas esas estrellas están muertas, y llevan así durante tanto tiempo... Somos tan insignificantes delante de ellas
― Hey ― Aiden me pellizco suavemente la mejilla― No pienses en esas cosas. Estamos en una fiesta para que te diviertas, no para que te pongas triste
― Entonces tráeme una cerveza para alejar la tristeza
― Acabas de tomar un montón de whisky, ¿de verdad quieres una cerveza? ―asentí― ¿estas segura de que todavía no has alcanzado tu límite de alcohol?
Bufé
― Por favor Aiden, puedo soportar grandes cantidades de alcohol ―ahora yo estaba mintiendo, estaba segura de que ya había alcanzado y sobrepasado mi límite de alcohol pero Aiden no tenía por qué saber eso. Era bastante buena fingiendo sobriedad, o eso pensaba yo.
Aiden soltó una ronca risa que provocó un vuelco en mi estómago
― Esta bien, señorita puedo soportar grandes cantidades de alcohol. ¿Te vas a quedar aquí afuera? ―volví a asentir, quería ver la estrellas.― ya vuelvo, no te me pierdas ―se inclinó dándome un suave beso en la mejilla y entró de regreso a la casa a buscar nuestras bebidas
― ¿Estas perdida? ―preguntó un chico que debía tener la misma edad de Aiden a mi lado. Miré a mi alrededor sin estar segura de sí hablaba conmigo ― es contigo ―se rió viendo mi confusión
― Oh ―me reí― ¿por qué pensarías que estoy pérdida?
― Tenias la mirada algo ida
― Estoy contando las estrellas ―él miró al cielo también examinándolo
― Y cuántas llevas ―preguntó divertido. Me quedé pensando en su pregunta, llevaba quince, no mentira iba por la treinta, o ¿eran veintidós?
― Mierda, perdí la cuenta por tu culpa ―lo acuse
― ¿Mi culpa? Pero si no hice nada
― Me distrajiste, ahora no puedo recordar cuantas llevaba ―hice un mohín con la boca frustrada y volví a mirar al cielo, dispuesta a volver a empezar. Él se rió al verme
― No fue mi intención, ¿me dejas ayudarte a contarlas?
Ladeé mi cabeza a un lado con duda ― ¿Y cómo sabremos que no estamos contando la misma estrella dos veces?
― Buen punto ―me miró fijo por unos segundos, sus ojos se veían oscuros a la luz de la luna ― ¿me dejas contarlas para ti?
Solté una carcajada sin poder evitarlo ― ¡Esa es nueva! ―lo señalé con mi dedo índice― Buen intento ahí, muy buen intento. ―él se río conmigo― pero no gracias, puedo hacerlo sola
― No parecía así la última vez ―dijo dando un paso más cerca de mí
― Porque tú me distrajiste, había hecho un gran avance te informo
― Estoy seguro ―se rió. El chico era lindo, tenía que concederle eso― soy Tony por cierto
― Fabiola ―dije estrechando su mano
― Entonces me dirás por qué estás aquí sola contando las estrellas y no en la piscina con los demás ―voltee hacia la piscina donde todavía habían un montón de gente salpicándose y divirtiéndose
― Esa piscina debe estar helada
― ¿Quieres que te cuente un secreto? ―susurró inclinando su cabeza cerca de mi oído, mis cejas se alzaron con curiosidad y asentí fervientemente― Tiene calefacción
― Oh ―me reí, me sentía un poco estúpida― eso es bueno
― Bastante, y voy a ella. ¿Vienes conmigo?
Quería decir que si porque realmente tenía ganas de meterme pero Aiden no había regresado y debía esperarlo
― Lo siento, no puedo ―me disculpe
― ¿No puedes? ¿Qué te detiene? ―me tendió la mano para que la tomara― vamos, las estrellas no se irán a ninguna parte
Me reí de nuevo ― Las estr...
― ¿Pasa algo? ― Aiden llegó a mi lado y pasó un brazo por mi cintura de manera posesiva. Su mirada se mantenía fija en Tony
― Regresaste ―sonreí feliz― mira conoce a Tony, estuvo contando estrellas conmigo
― Un gusto, soy Aiden ―dijo con voz seria. Tony asintió hacia él en modo de saludo y me miró
― No sabía que estabas acompañada, mi error
― Lo está ―respondió Aiden
Yo estaba borracha pero aun así podía sentir algo de tensión irradiando de los dos.
Incómodo
― Un placer conocerte Fabiola, diviértanse