Me vestía como de costumbre,
de lo que creía que era luz,
pero… era un traje fúnebre.
El frío de la oscuridad,
que a nadie desagrada,
verdad, crueldad,
solo es de nuevo la ansiedad.
¿Cómo contener una dualidad?
La verdad muerta,
la mentira viva.
solo es de nuevo la ansiedad.
Obsesiones irracionales,
Un abanico de posibilidades,
una marioneta más del azar.
¿Necesitamos algo?
No necesitamos nada.
No necesitamos a nadie.
Dentro del remolino,
la confusión de los sentidos,
saber cómo sentirse,
¿Cómo describir como me siento?
En algunas ocasiones,
las preguntas dicen mucho,
pero no son suficientes,
ellas no son suficientes.
¿Olvidar lo que siempre nos han dicho?
Mejor perder el tiempo,
que intentar apagar,
el jardín en llamas,
de no sé donde.
Confundido solo con el cómo.
El círculo vicioso del tic toc,
el falso placer del orden,
ignorar el tiempo,
deseos despreciables.
Ocultado del mundo,
pues no creo que algo me entienda,
¿puede algo no tener fin?
Quiero saber que soy antes de que acabe.
Rituales sin rumbo.
Pero las lágrimas son un recuerdo,
pues nunca alcanzan a llegar,
la insignificante virtud,
suficiente para ahuyentarlas.
Agarraste un viejo a punto de desplomarse,
lo dotaste de un superpoder… y de una maldición.
¿Y si el talento y la disciplina no son suficientes?
La más fina hipocresía,
el mejor escudo para la vida,
el más pesado de cargar.