Dinastía griega | Kim Taehyung

Capítulo 4

Finalmente cayó en cuenta de que tanto Taehyung como ella estaban verdaderamente atrapados por la lealtad y las buenas intenciones. Su corazón le dio un vuelco: ahora no sólo estaba segura de que él no quería casarse con ella, también estaba segura de que ella tampoco quería convertirse en su esposa si éste no la deseaba.

– ¡Qué jovencita tan afortunada eres! No hagas esperar a tu novio – sonriendo con burlón deleite, Theo Demakis condujo a su reacia nieta hacia el estudio, a través del vestíbulo – ¡Ahora que le tenemos en nuestras manos, no dejes que este pájaro se te escape!

Cuando Aixa entró en la gran habitación, chocó con unos resplandecientes ojos dorados que le dijeron que Taehyung sin duda había escuchado el mordaz comentario de su abuelo. Incluso aunque intentó apartar su mirada, otra parte menos sensata de sí misma quería saborear todos los rasgos de su apariencia. Por desgracia, el traje oscuro que llevaba se combinaba con una camisa blanca que le daba un aspecto intimidante. Nunca lo había visto con una ropa tan formal: podría decirse que estaba vestido para un funeral, pensó con desmayo, sopesando la pétrea impasividad de su figura. Los nervios la hicieron tropezar con la esquina de una alfombra y se golpeó la cadera con una mesilla. Se sintió como una cría de elefante encerrada en una pequeña jaula.

– ¡Oh, Dios mío... lo siento! – musitó, enderezando la mesa con un frenético gesto.

Taehyung ya había reparado antes en ese rasgo de Aixa: ella pedía perdón incluso cuando no había hecho nada malo. La examinó de pies a cabeza con mirada rigurosa. Al más puro estilo Demakis, ella no había crecido en altura, sino a lo ancho, y apenas le llegaba al nivel del pecho; era pequeña y rellenita. Vestía como una anciana: una falda marrón que casi le llegaba a los tobillos, una blusa suelta de color blanco, una ancha chaqueta de punto que acababa en sus rodillas. Era imposible decir qué había debajo de tanta tela.

Taehyung se imaginó a sí mismo pidiéndole que se quitara todo para poder ver exactamente qué era lo que iba a obtener en el trato. Su abuelo no pondría ninguna objeción. Demakis era un maldito bastardo. Le había hecho saber que su nieta estaba enamorada de él y que estaba dispuesta a casarse.

–¿Es necesario que me mires de ese modo? – murmuró Aixa.

–Nunca antes me había tomado la molestia de mirarte – Taehyung siguió estudiándola con una intensidad descarada.

Ella iba a ser su esposa. Cuanto antes entendiera que él iba a hacer su voluntad y que el pastel de baklava quedaba descartado del menú, mejor. No estaba gorda, se dijo a sí mismo, sólo un poco rellenita y corpulenta. Prosiguió evaluando sus atributos. Una larga cabellera color castaño, brillante como un otoño inglés. Bien, un punto a su favor, por fin. El cutis perfecto con un rubor color melocotón, otro punto para ella. Los ojos, del mismo azul suave de un cielo invernal y llenos de infelicidad.

–Por favor... – le pidió Aixa entrecortadamente.

Taehyung vio el resplandor de las lágrimas en sus ojos y apartó la mirada de ella. Ya había visto más de lo que quería ver y estaba enfadado con ella por no saber comportarse. Una chica griega hubiera hecho que se sirvieran los aperitivos mientras hacía al chico preguntas corteses acerca de su familia. ¿Por qué tenía que estar triste? ¿Por la ausencia de romanticismo? ¿Qué más podía exigirle a él? ¿Acaso no iba a conseguir lo que quería? ¿No le había comprado un marido Theo Demakis? Esa humillante certeza lo hirió como un cuchillo envenenado.

Aixa estaba temblando. Se sintió como una esclava puesta en venta en una subasta y le sorprendió vagamente que Taehyung no le hubiera examinado la dentadura. Su total confianza en sí mismo también la apesadumbró, ya que había esperado que la propia situación en la que se encontraban derribara la barrera de protocolo y buenos modales que había entre ellos. A la vista de todo esto, su frialdad acobardaba a Aixa.

–Yo no quería esto... Si hubiese otra manera de... – la nerviosa y suplicante voz de Aixa se apagó.

–No la hay. Deberíamos hablar sobre las condiciones – la hermosa boca de Taehyung se torció en una sonrisa agria, sin dejarse impresionar por las palabras de Aixa.

–¿Condiciones? – dijo con sorpresa, alzando sus largas y negras pestañas con expresividad.

– Esto es un matrimonio de conveniencia y somos casi desconocidos el uno para el otro. Funcionará mejor si hablamos con sinceridad desde el principio.

– ¿No podemos comportarnos simplemente como amigos? – Aixa suspiró.

Al fondo de la habitación, los abogados de la familia Kim aún seguían litigando para obtener un buen acuerdo financiero. Contemplando el aire distraído de su madre y cómo su padre parecía ahogado por la culpa, a Taehyung no le pudo parecer más inocente la pregunta de Aixa.

–Los amigos no se casan para tener hijos. Necesito saber qué esperas de mí como marido.

La referencia a los niños le causó una cierta incomodidad a Aixa.

–Sé que no soy la esposa que tú hubieras elegido – dijo Aixa con su pequeño cuerpo en tensión – Supongo que aprenderemos a arreglarnos sobre la marcha.

–Eso es una invitación al desorden.

–Dices eso y, sin embargo, tampoco te gustaría que te impusiese ningún tipo de regla – El instinto inquisidor de Taehyung dio una señal de alerta. «No, no tiene ni un pelo de tonta», advirtió, frunciendo el ceño con desconcierto.

–Tengo un anillo... perteneció a mi abuela – Taehyung le tomó la mano – Por supuesto, si no te gusta, puedes...

-No... no, es precioso, precioso de verdad – un color rosa subió a sus mejillas y la envolvió un raro placer. El anillo de diamantes y rubíes se deslizó en su dedo como si hubiera sido forjado especialmente para ella. Aquel regalo de una reliquia familiar le sorprendió y, al tiempo, la conmovió – No esperaba algo así... Debo decir que la vida está llena de cosas inesperadas.

Al negarse Taehyung en redondo a comprar un anillo de compromiso, su padre le había sugerido usar el de rubíes. Sin embargo, Rae-Woon había esperado que Aixa se sintiera ofendida por la ofrenda de una pieza de joyería pasada de moda, aunque valiosa, que había pertenecido antes a otra persona.



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En el texto hay: taehyung, btstaehyung, kimtaehyung

Editado: 13.06.2021

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