Dinastía griega | Kim Taehyung

Capítulo 11

– ¡No sean estúpidos!– dijo Aixa antes de reflexionar un momento, darse la vuelta y salir corriendo.

No se detuvo hasta que consiguió despistar al tropel de periodistas que la seguían calle abajo. Respiró profundamente, miró a su alrededor y aligeró el paso: los paparazzi habían desaparecido.

La escena le había resultado enervante, ya que no estaba acostumbrada al acoso de los medios de comunicación. Su rostro había aparecido en las revistas tan sólo dos veces desde su matrimonio con motivo de un par de fiestas privadas que había dado para obtener fondos para su refugio.

Le impresionó que Taehyung estuviera sometido a ese tipo de acoso todos los días. Por primera vez, consideró el sorprendente hecho de que Tae había preferido correr el enorme riesgo de dejarla embarazada antes que perderla. En el fondo, Tae era muy simple. Y también demasiado inocente, pensó Aixa. Por lo que había leído, era bastante normal que las parejas tuvieran que pasar hasta un año entero intentando tener un hijo. El mismo libro le había enseñado que, aunque no había cumplido todavía los treinta años, ya había pasado hace tiempo su edad de mayor fertilidad. Considerando esos hechos, Aixa pensó que no había la menor oportunidad de que se hubiera quedado embarazada después de un único encuentro amoroso.

Cuando llegó a su cita con Leo, lo encontró con un aire tan alicaído como el que ella misma tenía.

–¿Qué es lo que ocurre? -le preguntó Aixa.

– Me encontré con una amiga de Stella en la conferencia. Me dio a entender que Stella tenía una cita esta noche con un tipo... No sabía cómo decírmelo. Creo que pensaba que me iba a disgustar saberlo. Aixa dio un respingo y le tocó el codo con la mano.

– Oh, Leo. Piensa que lleva dos años sola...

– Lo sé – Leo la miró con ojos frustrados– Me gustaría que me aconsejaras desde el punto de vista de una mujer. ¿Qué puedo hacer ahora?

– ¡No puedo! Eres tú el que tiene que tomar una decisión.

– Pero tengo tanto que perder – suspiró Leo.

– Mira, vayamos a cenar antes de volver. No tengo nada mejor que hacer.

– ¿Qué tal te fue con Taehyung esta tarde?– le preguntó por fin a Aixa mientras consultaban los menús en el restaurante.

Aixa intentó que sus labios esbozaran su habitual sonrisa, pero no lo consiguió. Recordó que su relación con Tae estaba hecha pedazos. Pensó que estaba intentando forzarla cruelmente a rechazar el matrimonio que en cierta ocasión le había ilusionado de una manera inocente y estúpida. Horrorizada y sin previo aviso, estalló en lágrimas que se derramaron por sus mejillas.

– Aixa...– Leo quedó espantado y tomó la mano que Aixa tenía sobre la mesa– ¿Quieres que nos vayamos?

– No. Estaré bien dentro de un rato. Lo siento...– le dijo mientras buscaba un pañuelo al tiempo que intentaba devolverle una sonrisa entre las lágrimas.

De repente, saltó el flash de una cámara. Leo parpadeó y, soltándola de la mano, se puso en pie de un salto.

–¡Ese tipo nos acaba de sacar una foto! ¿Qué es lo que ocurre?– dijo Leo.

– Deben de haberme seguido. Creí haber despistado a los periodistas que me esperaban a la salida del departamento de Taehyung, pero está claro que me equivoqué – suspiró Aixa limpiándose las lágrimas.

– Debiste habérmelo advertido...– Leo seguía de pie, dejando claro que prefería marcharse – No tenía idea de que atrajeses tanta atención cuando venías a Londres.

– Normalmente no la atraigo, pero debe haber empezado a circular el rumor acerca del divorcio y, evidentemente, todo lo que tenga que ver con la vida privada de Tae es noticia. Los paparazzi lo adoran.

A Aixa se le ocurrió que, de haberse encontrado en la misma situación que Leo, Tae se habría encogido de hombros y habría continuado con su comida. Taehyung sentía un tremendo desdén por ese tipo de incidentes que sin embargo, avergonzaban a otras personas. Aixa se sintió culpable por comparar a Tae con Leo, el cual era mucho más sensible y en absoluto tan arrogante como Taehyung.

Durante el camino de vuelta a casa, Leo le dijo que había solicitado un puesto de profesor en Londres. Aixa sintió una punzada de desasosiego, puesto que si la solicitud tenía éxito, ella echaría mucho de menos su compañía. Al mismo tiempo comprendía que una decisión como la que había tomado Leo tenía bastante sentido ahora que su padre había fallecido. Sólo cuando Leo terminó de contarle sus planes, Aixa empezó a meditar sobre su propia situación. Le parecía que, hiciese lo que hiciese, tenía las de perder. Si seguía adelante con el proceso de divorcio a pesar de la oposición de Tae, tendría que gastar mucho dinero en abogados y no poseía ese dinero.

Era necesario que encontrase otra manera de convencer a Taehyung. Por supuesto, una mujer valiente de verdad no permitiría que Tae alterara sus planes, reflexionó. Una mujer valiente de verdad acudiría al banco de esperma sin importarle lo que su marido pensara, considerando que, después de todo, le había pedido el divorcio y que, si su embarazo molestaba a su esposo, la culpa no sería de nadie más que de él.

Pero incluso aunque estaba muy enfadada con Taehyung y con su abuelo, no quería provocar la cólera de ninguno de los dos. En frente de su casa se encontró aparcado un coche desconocido. Molesta porque el letrero de “En venta” aún permanecía a un lado del camino, Aixa esperaba que el coche perteneciese al agente inmobiliario. Así podría decirle a la cara lo que pensaba del asunto. Un pequeño y belicoso hombre trajeado salió del coche y se aproximó hacia ella.

– ¿La señora Kim Aixa...?

– ¿Sí?– Aixa asintió a modo de confirmación.

El hombre le entregó un sobre, regresó al interior del coche y desapareció. Aixa abrió el sobre. Se trataba de un aviso de expropiación extendido por el bufete londinense de abogados de su abuelo. El notario de Aixa, el señor Bullen, encontró un hueco en su agenda para atenderla a la mañana siguiente.



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En el texto hay: taehyung, btstaehyung, kimtaehyung

Editado: 13.06.2021

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