Dinastia Uni-Tomo 2

27-Percepcion p.1

En la barraca de los cadetes Koguchi pasaba otra mala noche, no pudo hablar con su hermana, ¿Qué le hubiera dicho en todo caso?, ¿Qué se alejara de Kouro Koukamy?, ahora que él la quería no podía intervenir, no sin arriesgarse a una imprevisible reacción.

 

Por otro lado estaba Okata, la imagen de aquella pobre niña enjaulada le carcomía la conciencia, le oprimía el corazón.

 

-Debo hacer algo-dijo al fin.

 

Con mucho cuidado se levanto y dejo la barraca oscura, era una helada noche de invierno y solo gracias a los meses previos fue capaz de cubrir la distancia hasta la explanada, increíblemente no se encontró con un solo guardia, tal vez Kouro no creía que un intruso pudiera llegar tan lejos; finalmente llego a la puerta del laboratorio y trato de abrirla, estaba cerrada, contuvo un juramento y retrocedió al patio para dar una mirada al edificio, la ventana de arriba estaba entreabierta.

 

-Ya esta-se dijo-voy al establo, consigo una cuerda…

-Haces un gancho y entras por la ventana-concluyo una voz, Hakai-mala idea, Kouro duerme allí arriba.

-¿Qué?...digo…

-¿Piensas en esa niña, verdad?-no parecía extrañado de verlo ahí a esas horas-sí, yo también, si fuera mi Tara enloquecería…volviendo al tema: la ventaba abierta significa que se quedo trabajando hasta tarde y entonces duerme en su estudio.

-Diablos.

-De todos modos no se para que quieres entrar.

-Quiero liberarla.

-Eso no va a funcionar, no así, ignoro qué medidas de seguridad tiene dentro pero aunque lograses sacarla, Kouro movería cielo y tierra para capturarla de nuevo, las consecuencias serian peores.

-Al menos quiero verla, no soporto imaginarla sola allí.

-¿Solo verla?-asintió-eso se podría arreglar.

 

Sin decir otra palabra indico que lo siguiera, salieron de la explanada y rodearon hasta quedar detrás y a la derecha del laboratorio, algunos arbustos crecían allí y Hakai los arranco fácilmente hasta revelar lo que parecía una salida de desagüe lo bastante grande para que alguien menudo pasase por allí.

 

-Increíble, ¿Jamás ha mirado detrás de ese biombo?-se volvió-te lo reitero, Koguchi, no intentes liberarla, ya buscaremos una solución.

-Gracias, General-se asomo al agujero-no tiene que quedarse, si me atrapan prefiero encararlo solo.

-Entra ya, chico, yo sabré cuando marcharme.

 

Koguchi sonrió, respiro hondo y se metió por el agujero, el desagüe estaba resbaloso pero era moho de simple humedad, una tubería distinta se ocupaba de los desperdicios mágicos; una vez dentro solo tuvo que mirar desde atrás del biombo para descubrir una jaula cubierta en medio del salón, no era la misma en la que habían traído a Okata pero pudieron pasarla allí, valía la pena ir a mirar.

 

Las luces visibles daban suficiente iluminación para evitar que tropezara pero igual debía andarse con el mayor de los cuidados, quizás fueran los nervios pero casi podía jurar oír voces y ruidos velados a su alrededor.

 

-¿Okata?-levanto la lona, allí estaba ella-soy yo, vine a ver como estabas.

-Sácame de aquí-suplico.

-No puedo, lo siento-se odio a sí mismo por decir esas palabras-ten fe, seguro tu hermano y tu madre vendrán pronto a salvarte.

-No quiero estar aquí, tengo miedo.

-Yo sé, si quieres me quedo contigo esta noche pero tendré que irme en la madrugada, no pueden saber que estuve aquí.

-No se tu nombre…

 

Se lo dijo y ademar le conto un cuento para que pudiera dormir, al final a él mismo le venció el sueño, lo que pudo ser muy peligroso de no ser por “los ruidos”, en horas de la madrugada una cacofonía lo despertó.

 

“¡Allí viene!”         “Ya baja…ya baja…”           “¡Tomara tu corazón!”

 



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En el texto hay: demonios, japon, magia

Editado: 11.08.2018

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