Esta es la historia de Enrique, un hombre que vivía sin preocupaciones, porque lo tenía todo.
Una familia que lo apoyaba en todo, casa lujosa, una empresa muy reconocida en el país, una esposa e hijo ejemplar, mucho dinero. Y gozaba de una buena salud.
Enrique era un hombre que no se preocupaba por brindarle nada a los pobres, era mezquino, egoísta, maltrataba a sus empleados de una manera indignante. Y todo esto le pasaba a Enrique porque él no creía en Dios, el no creía que la salvación estaba a manos del Dios verdadero y por eso vivía su vida atormentando a los menos favorecidos.
Hasta que un día, Enrique salió de su casa y se fue en su vehículo último modelo a toda velocidad.
Enrique necesitaba llegar al trabajo lo más rápido posible, siendo las 5:40 am, sale con mucha prisa...
De repente, Enrique no se da de cuenta a qué hora un hombre atravesó la vía sin mirar el vehículo que venía a toda marcha.
Enrique atropello a este hombre con una fuerza terrible. Enviándolo hacia la parte de atrás del vehículo, a varios metros de distancia. Enrique no podía creer lo que estaba pasando, había matado un hombre de edad.
Enrique se baja del carro y comienza a buscar muy desesperado al hombre de edad que había atropellado...
Enrique buscaba por todos lados al hombre, pero no estaba. Y se agacho debajo del vehículo, pero tan poco estaba. Y se preguntó si era posible lo que había sucedido:
— No logro entender, si yo mismo vi con mis propios ojos el accidente.
En ese momento, pasan varias personas por el lugar. Y Enrique les pregunta que si habían visto a un hombre de mucha edad caminando en el sector. Y las personas le respondieron, que no han visto a nadie así en su camino.
Enrique al ver así, se sube a su vehículo y se va para la empresa muy nervioso y conduciendo muy despacio. Cuando llega a la empresa. Llama a su mujer para contarle todo lo sucedido, y le dice:
— Laura no creerás lo que me acaba de pasar cuando venía a la empresa.
Laura le dice:
— ¿Te compraste otro vehículo o viste un apartamento para mí?
Enrique le responde:
— Laura, no es eso, ya tienes todo. Fue algo muy extraño que me ocurrió a las 5 de la mañana, yo iba muy rápido en el vehículo y en un abrir y cerrar de ojo atropelle a un hombre de edad, lo extraño de esto fue que me baje del vehículo para auxiliarlo, pero el hombre ya no estaba.
Laura muy incrédula le dice:
— No será que estas un poco paranoico viendo personas donde no están.
— Yo lo vi y sentí el gran golpe, no estoy loco para imaginarme todo esto, te llame para que me dieras una opinión, pero ya veo que no.
Enrique trata de olvidar lo sucedido para atender a un gran amigo que llego de Emiratos Árabes, Hali vuelve a Colombia después de cuatro largos años...